GARA Euskal Herriko egunkaria

Solamente las rozamos


Muchos niños y niñas del Estado español fueron evacuados durante la guerra civil española, más de 300.000. Marcharon, quizá desconcertados o tristes o puede que en la ignorante felicidad que envuelve la infancia.

Se fueron en barco, junto a sus hermanos y hermanas, con hatillos o maletas, con sombreros y recuerdos. Algunos partieron hacia Francia, otros hacia el Reino Unido (4.000 niños), Bélgica (5.000 niños), Suiza (800 niños), Dinamarca (100 niños), México o la Unión Soviética. La idea era salvarles, alejarlos de tanta muerte. La vuelta, si la hubo, esa ya fue otra historia, una historia de desarraigo, una historia de verse atrapadas en la España franquista e inquisitorial en la que faltaba de todo, en las casas saqueadas o expropiadas, en las calles y en las escuelas.

El mundo avanzaba fuera de las fronteras españolas, dentro el reloj se había parado en el tiempo, como si de un experimento humano se tratase, era la dictadura. La vida, ahora que habían regresado, se complicaba para los divergentes, pero eso mismo forjó el carácter fuerte, rebelde que creó una resistencia vital y política.

Algunas tuvimos la suerte de rozar a esa generación que no ha acaparado portadas, detenernos y escucharles aunque nunca fuera suficiente. Somos gracias a lo que algunas fueron en sus exilios, somos gracias a que nos queda un poquito de nuestra querida Carmen, de Julia, de Rosa, de María...