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Euskal Herria Batera plantea un Aberri Eguna unitario para 2025

En un acto de marcados tintes simbólicos, con el apoyo de las dos principales fuerzas políticas vascas y de una amplia representación social, la plataforma Euskal Herria Batera declaró ayer «su firme compromiso» para lograr que el Aberri Eguna de 2025 sea unitario y, a ser posible, se celebre el mismo día de la Patria Vasca.

Una soka-dantza dio inicio al acto. (Jaizki FONTANEDA | FOKU)

Tal vez en futuras crónicas nos refiramos al de ayer como el del inicio del “espíritu del Teatro Campos”. Los movimientos futuros dirán si lo dicho en Bilbo se materializará en algo real; aunque sí dejó el poso de un primer paso: el anuncio de que se buscará dar un «salto cualitativo», que se concretaría en la celebración de un Aberri Eguna unitario el año próximo.

La cuestión es que, tal y como estamos, metidos en plena confrontación electoral y con el Aberri Eguna celebrado hoy por unos en Iruñea e Ustaritze -EH Bildu y EH Bai- y por otros en Bilbo -el PNV-, la imagen que se transmitió ayer en el teatro bilbaino fue de celebración e, incluso, sintonía. La palabra más repetida fue unión.

Surgida en el fragor de la pandemia, en 2020, con el objetivo de «celebrar el Aberri Eguna de un modo unitario, actuar como comunidad y reafirmarnos como pueblo», la plataforma Euskal Herria Batera reunió ayer en el Teatro Campos de Bilbo a una importante representación de la sociedad vasca. De la política había representantes del PNV -Itxaso Atutxa encabezó la amplia delegación, entre la que se encontraba Amaia Arregi, alcaldesa ahora de Bilbo-, y de EH Bildu -también con grupo numeroso, con Nerea Kortajarena, Miren Zabaleta...-, EH Bai, Eusko Alkartasuna, Alternatiba y Sortu. Había representación sindical, con LAB, Steilas y Etxalde, así como un amplio espectro de entidades y personalidades del mundo del euskara, ikastolas, cultura, ámbito universitario, deporte, diáspora...

La lista de quienes acudieron o mostraron su respaldo fue amplia. El acto, por contra, no fue multitudinario, pero sí tuvo un carácter marcadamente simbólico. Empezando por el lugar elegido -el Teatro Campos, uno de los tres lugares de donde se celebró el multitudinario primer Aberri Eguna de la historia, convocado por el PNV en 1932-. Simbólico también fue su inicio, con la recreación de la soka-dantza que bailaron aquellos jóvenes abogados que luego formaron parte del Gobierno Vasco durante la guerra y el exilio.

92 años después, políticos y representantes de la sociedad vasca bailaron de nuevo ayer la soka-dantza. Y la fotografía no dejaba de resultar llamativa. «Los actos multitudinarios serán mañana, pero creemos sinceramente que el acto más importante es el de hoy, por lo que ha supuesto de unidad, de color, de aunar esfuerzos entre todos en un camino que no será posible si no lo hacemos juntos, entre todos, apoyándonos y teniendo muy claro el camino que tenemos que emprender y la meta que tenemos que alcanzar», apuntó después Xabier Euzkitze.

ALIMENTAR LA SOBERANÍA

Presentado por Estitxu Garai e Iñaki Goirizelaia, el acto, realizado íntegramente en euskara, excepto un puntual uso del castellano y francés, buscó remarcar lo que nos hace país, tanto en lo histórico como en lo cotidiano. Se recordó cómo desde los ojos de quienes nos han visitado a lo largo de los siglos se nos ha visto como lo que somos, un pueblo. Y resonaron las palabras de Víctor Hugo, Humboldt, Orson Welles, John Adams... también de Xaho, Campión o Sabino Arana. Y en un acto audiovisual escenificado, con guion de Jon Maia, se recordó lo que, por encima de fronteras administrativas, es Euskal Herria: una lengua, una cultura, una sociedad y un país vivos, con grandes retos.

Ante un mundo globalizado, se planteó la fórmula de encontrar lo que compartimos y no hurgar en las diferencias. En el texto consensuado se apuntó que «solo desde la unidad podremos asegurar que nuestro país mantenga su cultura, su lengua y su identidad en un mundo globalizado, en el que las prisas y el beneficio se imponen a la diversidad. Cuando decimos juntos hablamos de la acción conjunta entre la sociedad civil, las instituciones y las organizaciones sociales, de la colaboración entre los territorios vascos, del diálogo entre diferentes ideologías y sectores para, en nuestra pluralidad y desde nuestras múltiples perspectivas, alimentar el solar de Euskal Herria y reivindicar nuestra plena soberanía».