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Un compromiso de 2.000 millones en ayuda para enfrentar la crisis olvidada de Sudán

La conferencia sobre Sudán celebrada ayer en París recibió compromisos por un montante total de 2.000 millones de euros en ayuda humanitaria para hacer frente a la crisis en Sudán, inmerso en una guerra civil que ayer cumplió un año y en el marco de la cual podrían haberse cometido crímenes contra la humanidad, según la ONU.

Refugiadas sudanesas cogen agua en el campo de refugiados de Farchana (Chad). (Joris BOLOMEY | AFP)

«Hoy -por ayer- podemos anunciar que en total se movilizarán más de 2.000 millones de euros» para ayuda humanitaria para Sudán, recalcó el presidente francés, Emmanuel Macron, al término de la conferencia internacional sobre Sudán celebrada en París.

La guerra civil de Sudán que enfrenta a dos facciones del Ejército -el Ejército apoyado por el Gobierno y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR)- y de la que ayer se cumplió un año, ha generado «una de las peores crisis del mundo», resaltó Macron al cerrar la cita, copresidida por el Estado francés y Alemania, y en la que participaron varias decenas de países, la UE, la UA, organizaciones internacionales y varias ONG.

El conflicto ha dejado un millón de personas en riesgo de morir de hambre este año, 8,5 millones de desplazados -1,8 millones en países vecinos-, 27 millones de personas en situación de «extrema precariedad» y dependientes de la ayuda y 18 millones que sufren lo que se considera «hambre aguda».

La declaración final pide un alto el fuego y la reapertura de «todos» los pasos fronterizos para permitir la entrada y distribución eficaz de ayuda, para que ninguna zona quede aislada y el acceso humanitario no sea instrumentalizado con fines militares.

En su objetivo de «apoyar una solución negociada» a la guerra civil, insta a los actores extranjeros a «dejar de dar apoyo militar» a los bandos enfrentados y, olvidando el papel del Estado francés en África, criticó el «cinismo terrible» de los países que siguen financiando la guerra en Sudán para lograr influencia en la región, en alusión velada a Rusia.

«UNA GUERRA CONTRA EL PUEBLO»

Cuando se cumple un año de la guerra, el secretario general de la ONU, António Guterres, lamentó que el mundo «está olvidando al pueblo de Sudán». Recordó que el foco no mira a Sudán, donde se vive «una urgencia dramática de vida o muerte» y «una guerra dirigida contra el pueblo sudanés», no entre dos partes.

«Es una guerra contra poblados, casas, hospitales, escuelas y sistemas vitales que han quedado reducidos a escombros. Es una guerra contra los derechos humanos y la ley internacional (en la que) ataques indiscriminados matan, lastiman o aterrorizan a civiles», y al personal humanitario, señaló Guterres, que añadió que esos ataques contra civiles podrían constituir «crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad».

Ahora se teme una ofensiva a gran escala de las FAR contra El Fasher, capital de Darfur Norte, lo que «sería devastador para los civiles», ya que la ciudad concentra las operaciones logísticas de asistencia para todo ese estado, el más castigado por la violencia.