Normalización de los abusos sexuales

Tomando como referencia el libro autobiográfico homónimo de Vanessa Springora, “El consentimiento” aborda de manera clara y descarnada el sobrecogedor capítulo de abusos que sufrió Springora siendo adolescente a manos del escritor Gabriel Matzneff. La cineasta Vanessa Filho no se anda por las ramas a la hora de captar con su objetivo los diferentes episodios que rodearon este truculento caso ocurrido a mediados de los 80. El filme centra su interés en el personaje encarnado por Kim Higelin, una joven de 14 años que se convierte en manos de Matzneff (Jean-Paul Rouve) en un juguete sexual, siendo manipulada y manipulada por un hombre de 50 años de edad que pasa por ser uno de los grandes autores de la literatura moderna del Estado francés. A pesar de ser advertida sobre el carácter depredador del escritor, ella es seducida por su gran personalidad e intelecto artístico. Dicha espiral se transforma en una relación muy tóxica en la que ella se siente desbordadap sicológica, física y emocionalmente.

Una de las cuestiones que más impacta en el filme es la manera en que todo en este pesadillesco entorno se revela como algo muy normalizado en ciertos sectores sociales que no veían con desagrado las prácticas cometidas por el escritor, llegando a extremos en los que la propia madre de la víctima (interpretada por Laetitia Casta), no pone reparos a lo que está sufriendo su hija. Parece aceptar la relación, evidenciando la complicidad que a menudo existe en torno a estos casos. Kim Higelin ha afrontado con acierto el difícil reto que suponía encarnar a la protagonista y transmite con credibilidad las diferentes etapas por las que atraviesa. Junto a ella, Jean-Paul Rouve, firma una no menos acertada interpretación mostrando la inquietante pesonalidad de un monstruo calculador y sin remordimientos.