2024 EKA. 11 KOLABORAZIOA Nervios en el Ayuntamiento de Bilbao Fernando BATANA, Iratxe VILLAGRÁ y Gorka COBOS Sección Sindical LAB-Bilbobus El pasado viernes 31 de mayo el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, realizó unas declaraciones públicas en un medio de comunicación (TVE) impropias del primer edil de la capital vizcaína. Hablaba de la huelga de Bilbobus y la definía como injusta, tratando de esta forma de descalificar a quienes ejercemos este derecho fundamental, pero lo más grave de sus manifestaciones fue cuando con un tono amenazador afirmó: «... Incluso estamos dispuestos a pedir un arbitraje, nosotros estamos dispuestos, nosotros cuando digo, la empresa está dispuesta... ». Ya no hay ninguna duda, el alcalde de Bilbao, ante la opinión pública, ejerciendo de portavoz y representante de los intereses de la multinacional ALSA. Solo los nervios y la frustración pueden ser origen de unas declaraciones tan torpes y esto es así porque las cosas no les están saliendo como tenían previsto. Durante muchos meses empresa y ayuntamiento se negaron a recibir a los representantes de la plantilla, dejando que el conflicto se fuera agravando y empujando a la plantilla hacia una situación límite. Cuando les pareció oportuno utilizaron determinados medios de comunicación para denunciar supuestos «sabotajes» que imposibilitaban la realización de los servicios mínimos. ¿La plantilla se benefició de esa situación? No, ¿verdad? Pero quien sí sacó partido fue la empresa, porque una vez iniciada la huelga indefinida, el ayuntamiento encontró la fórmula mágica para resolver el contrato gracias a ese incumplimiento de los servicios mínimos y posibilitó que ALSA se ahorrase 20 millones de euros. Creían que después de esto las cosas irían rodadas, pero se encontraron con el NO de una plantilla a un preacuerdo firmado a toda prisa entre empresa-UGT, CCOO y USO. Se han vuelto a topar con una plantilla que, de manera coherente y responsable, ha rechazado rebajar los paros a un día semanal en el periodo vacacional. Y como consecuencia de esto, empresa y ayuntamiento vuelven a utilizar a sus medios afines para tratar de deslegitimar y desacreditar a los trabajadores y trabajadoras de Bilbobus ante la ciudadanía sacando a la luz cifras sobre lo que cobramos o dejamos de cobrar. Pues vuelven a pinchar en hueso, porque el 23 de mayo ya quedó claro en la manifestación promovida por la Federación de Asociaciones de Vecinos, a la que acudieron varios miles de ciudadanos, que contamos con su solidaridad y lo que exigen es un servicio de transporte público digno y de calidad que es lo que se merecen. Por tanto señor Aburto (108.000 euros/año) señora Abete (+90.000 euros/año) dejen de criminalizar a los trabajadores y trabajadoras de Bilbobus, pónganse manos a la obra, hagan el trabajo para el que fueron elegidos y gánense su salario que sale de los impuestos de los ciudadanos, solucionando un conflicto que ya dura demasiado. Creían que después de esto las cosas irían rodadas, pero se encontraron con el NO de la plantilla