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La muerte de un niño eleva a 40 las víctimas del hambre en Gaza

Eyad Hegazi, muerto por desnutrición a los 10 años, en brazos de su hermana. (BASHAR TALEB | AFP)

La muerte del niño de 10 años Eyad Hegazi por «desnutrición, sed y falta de medicinas» en el hospital Mártires de Al-Aqsa en Deir al-Ba- lah, en el centro de Gaza, elevó ayer a 40 las víctimas del hambre desde que comenzó la brutal ofensiva israelí contra la Franja, haciendo saltar las alarmas una vez más sobre la crisis humanitaria.

El hambre también asola el norte de la Franja, según el director del hospital Kamal Adwan: «El norte de Gaza está afrontando un desastre humanitario con el espectro de la hambruna acechando».

«No tenemos comida en Yabalia, tenemos algunas latas [de comida]», señaló a Efe el director en funciones del hospital Al-Awda de esa ciudad, también al norte, sobre su situación en el centro.

En toda la Franja, 82.000 niños presentan síntomas de desnutrición, y el 35% están graves, según informó el Gobierno gazatí. Según la OMS, más de 8.000 niños menores de cinco años han sido tratados en Gaza por desnutrición aguda, «incluidos 1.600 niños que padecían desnutrición aguda grave».

«Más del 96% de las mujeres y los niños de entre 6 y 23 meses no cumplen sus necesidades nutricionales a falta de una diversidad mínima en la dieta», señaló la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), en su último informe sobre Gaza.

De los 40 muertos a causa del hambre en la Franja, 33 son niños.

El jueves por la noche, el comisario general de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, Philippe Lazzarini, también denunció con un texto en redes sociales la situación de los niños en el enclave: «Demasiados han muerto, demasiados resultaron heridos y demasiados estarán marcados de por vida». «Sin un alto el fuego se convertirán en una generación perdida, fácil de caer presa en la explotación», sentenció para pedir un alto el fuego que parece alejarse.

«YA BASTA»

Mientras, en Rafah, el Ejército israelí avanzará «hasta lograr todos sus objetivos», aseguró ayer Yaron Finkelman, comandante del Comando Sur, que no especificó hasta dónde, pese a que miles de palestinos siguen desplazados en las playas de Al-Mawasi (al oeste de la ciudad) que Israel designó como «zona segura». Esos objetivos, según la retórica sionista habitual, son el retorno de todos los cautivos israelíes y la eliminación de Hamas.

Israel siguió bombardeando ayer la devastada Franja de Gaza, concentrando sus ataques en Rafah, donde avanza en su incursión terrestre, pero extendiéndolos a otras zonas del enclave.

«Estábamos en casa comiendo. De repente, la casa se derrumbó sobre nosotros», relata Anwar Harz, herido en un ataque nocturno israelí en la ciudad de Gaza y atendido en el hospital Al-Ahli. «Ya basta, basta de guerra y destrucción», clama.

Varios palestinos, entre ellos niños, fueron trasladados a este hospital, uno de los pocos que funcionan en el enclave palestino.

FRONTERA CON LÍBANO

En el noveno mes de la ofensiva contra Gaza, el frente norte de Israel, en la frontera con Líbano, vive un nuevo estallido de violencia con intensos tiroteos transfronterizos entre Hizbulah y el Ejército sionista, que atacó ayer infraestructuras de la milicia chií en Líbano poco después de que esta lanzara hasta 35 cohetes hacia la zona de Kiryat Shmona y Kfar Szold, en respuesta a los ataques previos de las fuerzas israelíes.

Hizbulah reivindicó al menos 13 ataques contra distintos puntos del norte de Israel y el Ejército sionista dijo a primera hora de la mañana haber interceptado 11 de los 16 drones en apoyo del «firme pueblo palestino de la Franja de Gaza».