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París deporta líderes independentistas a 17.000 kilómetros e incendia Kanaky

El traslado de siete líderes independentistas, de noche y en avión fletado para tal fin, a cárceles francesas situadas a 17.000 kilómetros de distancia por cargos relacionados con los disturbios que siguieron al plan de reforma electoral de Macron ha sido criticado como «deportación política» y «táctica colonial», y ha vuelto a desatar la ira en Kanaky.

Las protestas y cortes de carretera se han intensificado tras la deportación al Estado francés de los líderes independentistas. (Delphine MAYEUR | AFP)

La decisión de trasladar a los líderes independentistas acusados de coordinar el levantamiento que siguió al plan de Emmanuel Macron para reformar el cuerpo electoral y permitir el voto de los colonos que llevaran diez años residiendo en Kanaky a cárceles francesas ha provocado indignación y revueltas en el archipiélago del Pacífico Sur. Los independentistas temían que el plan diluyera su voto, dejando definitivamente fuera de su alcance la esperanza de lograr finalmente la independencia. Los enfrentamientos, las barricadas y los incendios, que han causado daños generalizados, se han multiplicado en los últimos dos días.

La situación es especialmente tensa. Una vez más se han levantado barricadas en toda la isla principal y los enfrentamientos entre las fuerzas francesas y los manifestantes se han reanudado con mayor intensidad. En un comunicado difundido ayer, el alto comisionado de la República en Nueva Caledonia, Louis Le Franc, denunció que se habían cometido «numerosos delitos, entre ellos incendios en el ayuntamiento de Koumac, locales de la policía municipal de Dumbéa, y actos de destrucción en diferentes barrios de Noumea».

Hasta ahora, las protestas habían permanecido contenidas en la capital Noumea y sus suburbios. Pero ahora se han extendido a las comunas «forestales», inmensos territorios con muy poca urbanización, donde los insurgentes tienen la ventaja del terreno frente a las fuerzas francesas, más acostumbradas al contexto urbano. Ayer, en Poya, en el norte, cientos de activistas se enfrentaron a los vehículos blindados de la Gendarmería, que intentaban levantar el bloqueo instalado en la carretera estratégica que atraviesa toda la isla principal. En el archipiélago de la Lealtad, hasta ahora a salvo de la violencia, la Gendarmería fue blanco de ataques en la isla de Maré, mientras que la isla de Lifou está ahora aislada del resto del país, tras un incendio provocado que dañó la pista de aterrizaje en el aeródromo local.

«TÁCTICAS COLONIALES»

La Célula de Coordinación de Acciones sobre el Terreno (CCAT), acusada por París de estar en el origen del levantamiento contra la reforma electoral, pidió «la liberación y el regreso inmediato» de sus líderes enviados a la metrópoli. En un comunicado, exigió que sus «hermanos y hermanas» sean «juzgados en su tierra», denunciando las «tácticas coloniales» francesas. «El encarcelamiento es intolerable, inaceptable y sobre todo injusto e injustificado», prosigue el comunicado, que precisa que los «presos políticos» han recurrido y que los tribunales deben pronunciarse en un plazo de quince días.

Entre los líderes independentistas encarcelados en el Estado francés se encuentra Christian Tein, jefe de la CCAT. Su abogado, Pierre Ortent, informó que había sido encarcelado en Mulhouse (Alto Rin), y expresó su «estupor», «nadie tenía información previa de que el destino sería la metrópoli. Se trata de procedimientos perfectamente excepcionales», añadiendo que «no tenía información sobre la fecha exacta del traslado».

«ERROR GRAVE Y DRAMÁTICO»

Estas deportaciones amenazan con exponer aún más las divisiones en el panorama político antes de la primera vuelta de las elecciones, que se celebrará el día 30. A este respecto, Jean-Luc Mélenchon, líder de La France Insoumise, dijo que la decisión de encarcelar a Tein «a 17.000 kilómetros de su familia» es una «alienación de sus derechos y un error político grave y dramático».