La Quincena escultórica: el ciclo oculto

La oferta de la Quincena Musical es amplia, con programaciones muy diversas agrupadas en distintos ciclos: música antigua, música de cámara, música contemporánea, grandes conciertos en el Auditorio Kursaal, Quincena infantil, órgano, jóvenes intérpretes, Tabakalera dantzan, Quincena andante... Pero hay un grupo de eventos y conciertos que, camuflados entre otros, crean un ciclo extraoficial pero muy sugerente: la Quincena escultórica.

No busquen este ciclo en ninguna programación, porque no lo van a encontrar: este ciclo no existe, nadie le ha dado nombre ni entidad; pero hay una serie de programas de Quincena íntimamente relacionados con la escultura directamente o con otras artes que pudiéramos llamar, de algún modo, escultóricas. Chillida y Basterretxea, en sus centenarios, pero también Oteiza e incluso Balenciaga, son los pilares sobre los que se asienta este ciclo fantasma.

El primero de los programas tuvo lugar durante la jornada inaugural de Quincena, el pasado día 1 de agosto, en el cual Kresala Dantza Taldea estrenó ‘‘Hiru’’ en el Peine del Viento -un enclave escultórico paradigmático-, un «trenzado de danza, música y poesía que gravita como una obra que vibra en metamorfosis» que nace como homenaje a Eduardo Chillida en el centenario de su nacimiento.

Siguiendo con este centenario y como parte del ciclo de Quincena andante, tenemos La Quincena en Chillida Leku, que acogió ayer un espectáculo de DAB Dantza Konpainia titulado ‘‘Noeud’’, obra premiada con el premio Karrikan 2023 y que pretende «establecer un itinerario para, desde la represión, hacer una evolución de la liberación y del movimiento libre, basándonos en las innovadoras interpretaciones que en su momento hicieron Eduardo Chillida y Cristóbal Balenciaga». Qué mejor espacio para disfrutar de este espectáculo que allí donde el escultor distribuyó una gran muestra de su obra.

Hoy, sábado 10, se podrá volver a disfrutar de ‘‘Noeud’’, pero esta vez habrá que trasladarse hasta Getaria, a la casa del otro artista inspirador de la idea original de Marina Eskisabel para DAB Dantza Konpainia: el Museo Balenciaga; un artista que, si bien no era escultor, compartía con Chillida -además de una sincera amistad- el manejo de los volúmenes, el perfilado de las siluetas y la elegancia de los espacios.

El martes 13 -supersticiones aparte- traerá consigo una propuesta algo más filosófica para la Quincena escultórica integrada dentro del ciclo Tabakalera Dantzan, que este año ofrece una residencia de creación a la coreógrafa Myriam Perez Cazabon para realizar una composición artística con la compositora Sofía Martínez. El estreno de esta obra, con música en directo del dúo de guitarras Lallement & Marques, se realizará en el patio de Tabakalera, donde jugará con los espacios haciendo honor a su nombre: ‘‘Isiltasuna zizelkatzen / Esculpiendo el silencio’’.

La siguiente cita nos lleva de nuevo a Chillida Leku el viernes 16, para disfrutar de un concierto del Cuarteto Gerhard, considerado uno de los cuartetos de cuerda más destacados de su generación a nivel internacional. Residentes en la Quincena Musical, interpretarán en esta edición la sexta parte de la integral de los cuartetos de Shostakovich, que corresponde a los Cuartetos 14 y 15.

El domingo 21, este recorrido escultórico nos llevará hasta el Itsas Etxea Auditorioa de Hondarribia para un concierto-homenaje al pintor y escultor bermeano Néstor Basterretxea, de quien también se conmemora el centenario de su nacimiento. Además de la proyección del documental ‘‘Néstor Basterretxea, erroen modernitatea’’, se podrá disfrutar de la música de Pello Ramírez -violonchelo y acordeón- y Nacho Soto -piano-, con obras del propio Ramírez.

Pero este conjunto escultórico no estaría completo sin sumar a Oteiza a la ecuación, de modo que el jueves 29, y para cerrar este ciclo inexistente, el multiinstrumentista Abraham Cupeiro, junto al Ensemble Música Práctica y otros invitados de la talla de Eñaut Elorrieta, Agus Barandiaran (Korrontzi), Oreka TX o los solistas de la Kamerata Oiasso, ofrecerán un concierto titulado ‘‘Los sonidos olvidados’’ en el Santuario de Arantzazu, un paraíso artístico con piezas como la fachada principal de Jorge Oteiza, pero también las puertas principales de Eduardo Chillida o las pinturas de la cripta de Néstor Basterretxea. En un espacio con una sonoridad excepcional, este concierto, que busca las fuentes originales para fundirlas con lo contemporáneo, creará un discurso nuevo y sorprendente. Tan sorprendente como este ciclo oculto de Quincena.