GARA Euskal Herriko egunkaria
Elkarrizketa
Josu Zeziaga
Hijo de una victima de amianto pasivo

«No hay nadie libre del amianto, nuestra madre fue toda su vida ama de casa»

Su madre, Luisa Soraluze Aranguren, falleció en Bergara el 1 de octubre de 2011 de un mesotelioma pleural. Era ama de casa, pero estuvo expuesta al amianto porque su marido traía el buzo a casa para lavarlo. «Mi aita falleció 22 años antes. No podíamos creer lo que le pasó», dijo.


¿Cómo supieron su hermana y usted lo que estaba pasando con ama?

Nos extrañó mucho que tuviera ese cáncer derivado del amianto. Nos asesoramos y, al final, nos certificaron que sería por una vía indirecta: lavando el buzo de aita.

¿Dónde trabajó ?

Aita en Altos Hornos de Bergara, que hoy es ArcelorMittal. Murió 22 años antes que mi madre en 1989. Teníamos olvidado, bueno, nunca se olvida, pero nos sorprendió lo de ama a mi hermana y a mí.

¿Tuvo amianto su padre?

Que trabaja con amianto nos estamos enterando ahora. Directamente en contacto con amianto estaba a diario, como nos han ido diciendo los trabajadores y amigos que estaban con él en la empresa. Está claro que el buzo llegaba con amianto.

¿Han presentado ya la demanda contra la empresa Arcelor, en ese caso?

Hemos hecho todos los trámites. Estuvimos en acto de conciliación, sin acuerdo. Esperamos fecha para el juicio contra Arcelor.

¿Cómo notó su madre que tenía amianto?

Al principio, tenía molestias. No le dimos mayor importancia. No nos imaginamos que podría ser de eso. Iba al médico, como otras mil veces. Pero ese día vino con un susto de muerte: el médico le preguntó dónde había trabajado al notar esos síntomas que produce el amianto. Al contestarle que había sido ama de casa toda la vida, el médico se sorprendió.

Fue el camino. Le mandó a hacer una biopsia para asegurarse. Al no haber trabajado nunca fuera de casa, llamó la atención. Y en 2011 en marzo dio positivo. Empezamos con la quimioterapìa, pero no hay forma de hacer frente a esa enfermedad.

¿Cuándo murió?

El día 1 de octubre. Nos extrañamos de ese desenlace tan rápido desde que notó los primeros síntomas. Es devastador.

¿Ha escuchado o tiene referencia de más casos similares en esta zona de Bergara?

Nos extrañó a mi hermana y a mí. No hemos escuchado nada. Es chocante. Tiene que haber más casos, sin duda. Poco a poco se va muriendo la gente sola y sin meter ruido y eso es lo que les beneficia a quienes han provocado este drama para los trabajadores.

¿Qué piden a Arcelor?

Una indemnización. Es lo único que podemos pedir ya en estas circustancias.

¿Mantiene contactos con miembros del comité y de otros trabajadores?

Ellos nos confirmaron que trabajaban con mucho amianto. Nos dicen que trabajaban codo con codo con el amianto. Estaba en la empresa, por lo menos donde trabajaba aita. Esa información la conocen todos, porque vivimos en el mismo barrio de altos hornos y conocemos el amianto.

¿No pensaron que su madre estuviera afectada?

En la vida. Leíamos artículos de GARA sobre amianto, en Beasain, en otros puntos, pero creíamos que todo eso estaba lejos, que no nos llegaría. No hay nadie libre del amianto. Está cada vez más claro. Nuestra experiencia nos dice eso. Porque fíjate, nuestra madre fue ama de casa e, igual que otras mujeres, el contacto con ese mineral cancerígeno lo tuvo del buzo de aita. Son muchas las que han pasado por ahí. Nosotros somos, sin duda, de máximo riesgo. Cuando se termine esta pesadilla, tendré que hacer las pruebas, porque cuando quieres reaccionar puede ser demasiado tarde. J. BASTERRA