GARA Euskal Herriko egunkaria
Ante la manifestación del sábado en Bilbo

Sare alienta «una agenda de acuerdos» en torno a los presos

Sare prevé que la marcha del sábado en Bilbo por el respeto de los derechos humanos y el final de la dispersión sea fiel reflejo de la pluralidad de voluntades que se han expresado contra la actual política carcelaria. La red ciudadana espera que el «grito del silencio» marque su desarrollo, haciendo que «todas las personas se sientan cómodas». A los políticos, les animaron a que saquen esa materia de «la agenda de la confrontación» y la trasladen a la de «los acuerdos».


Sare sigue extendiendo su red y, gracias al esfuerzo colectivo basado en el compromiso individual de cada person,a augura que será capaz de colapsar las calles de Bilbo en una nueva expresión de la mayoría social contra la vulneración de los derechos humanos de las personas presas y sus familiares y amigos. Ayer, en una nueva comparecencia para dar más detalles de la movilización del sábado, Teresa Toda y Joseba Azkarraga avanzaron que prevén que la convocatoria sea «numerosa, pacífica, aglutinadora y activa» y recordaron el llamamiento a realizarla en silencio.

Su objetivo, así lo remarcaron, es que en la capital vizcaina «se escuche el grito del silencio» contra la actual política penitenciaria de los estados español y francés. «No nos cansaremos de repetirlo -insistió Azkarraga, en castellano-; queremos afrontar la complejidad, diversidad y pluralidad de la sociedad vasca buscando los puntos en común que como comunidad nos unen, más allá de siglas y debates partidistas». En ese sentido, citó a las 101 personas de diferentes ámbitos sociales que se han adherido al objetivo de la movilización, a los que se siguen sumando nuevas como la del escritor Bernardo Atxaga.

Respecto al carácter silencioso de la iniciativa, Azkarraga explicó que se pretende que «todas las personas que quieran acudir se sientan cómodas en una manifestación de estas características, sin eslóganes y sin pancartas». El exconsejero autonómico quiso dejar claro, a preguntas de los periodistas, que no buscan «a nadie en concreto», en referencia a la posibilidad de que con esa caracterización personas de partidos como el PNV se puedan sumar.

Joseba Azkarraga dejó claro que Sare no ha hecho ninguna invitación concreta a agentes políticos, sociales y sindicales a sumarse a su movilización, sino que se ha dirigido «a título individual» al conjunto de la sociedad vasca. De ahí que «respete» a aquellas formaciones políticas, sociales y sindicales que han llamado a sus militantes a acudir a la capital vizcaina como a las que no lo han hecho.

«No vamos a entrar en el debate sobre qué tienen que hacer los partidos políticos. Lo que sí nos gustaría es que el debate sobre la vulneración de los derechos de los presos pase de estar en la agenda de la confrontación entre los partidos a la agenda de los acuerdos entre los partidos», manifestó Azkarraga.

Los representantes de la red ciudadana añadieron en su reflexión que el «pilar esencial» del trabajo que desarrollan y gracias al que el movimiento se consolida y amplía es «el respeto de los derechos humanos para todas las personas sin excepción. En ese reto todos y todas tenemos mucho que ganar y Sare quiere aportar en la medida de sus posibilidades, todo lo que esté en sus manos».

Sí anunciaron que la cita del sábado es un hito más en el trabajo de la red ciudadana que ha venido desarrollando en los últimos meses. Las iniciativas no se detendrán y buscarán la activación ciudadana, «basada en la necesidad de acabar con la mordaza que suponen las leyes excepcionales y la invitación a darle la mano a una solución para esta sociedad, en la que la paz y la convivencia entre todos sea nuestro objetivo».

Superar la confrontación

Sare no elude que existen todavía resquemores en el seno de la sociedad vasca a consecuencia de la confrontación armada y que es necesario superarlos día a día. «El sufrimiento derivado de tantos años de enfrentamientos permanece en quienes padecieron sus consecuencias, pero mientras que han desaparecido la mayoría de las causas de nuevos sufrimientos en Euskal Herria, persiste y se ahonda en el sufrimiento de miles de personas: las presas y presos vascos y sus familiares y personas allegadas».

Uno de los mayores exponentes de ese sufrimiento es la dispersión carcelaria, que perdura desde hace ya más de 25 años y que se sigue cobrando víctimas entre los encarcelados y sus allegados. «La dispersión es un castigo añadido alimentado en la venganza, vulnerador de derechos humanos fundamentales, contrario a leyes y freno para avanzar en el proceso de paz», entienden. De ahí que sea prioritaria su reivindicación de que acabe.

Para Sare, toda persona que respete los derechos humanos debería estar el sábado en el tramo delimitado entre La Casilla y el edificio consistorial, desbordando las calles Autonomía y Hurtado Amezaga. También aclararon que aunque el acto final tendrá lugar en Zabalburu, todos los asistentes podrán escuchar en todo momento lo que allí acontezca desde cualquier punto. «El lugar de la vía pública que ocupemos tendrá la misma importancia y relevancia», precisó Toda al dar detalles de aspectos de la multitudinaria movilización.

Transporte público

Sare instó a quienes se vayan a sumar a la movilización a que acudan en transporte público a Bilbo. A los operadores les animaron a reforzar los servicios viendo la avalancha de personas que se espera el sábado.

«No se puede poner el contador a cero»

A una semana vista de la reunión convocada en el Tribunal Supremo para armonizar criterios, Sare denuncia además que el Gobierno español trata de «retrasar» la aplicación de la legislación europea sobre el cómputo de las penas, aunque «tarde o temprano lo va a tener que cumplir, igual después de un rapapolvo», en clara referencia a la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo que anuló la doctrina 197/2006.

«No se puede poner el contador a cero», enfatizó Joseba Azkarraga, cuando los presos vascos que han cumplido parte de la condena en cárceles francesas son trasladados a las prisiones españolas. «Estamos ante la continuidad de la propia `doctrina Parot'», estimó.

Azkarraga lamentó que el Ejecutivo español «traslada que hay que respetar las decisiones judiciales cuando le gustan, pero, cuando no es así, intentan cambiarlas, incluso trasladando cierta presión hacia los jueces, lo que es muy negativo desde el punto de vista democrático». La mayor parte de la Sala Segunda del Supremo ha denunciado esta presión.

El representante de la red ciudadana censuró además que la demora que persiguen las autoridades españolas puede obligar a que algunos presos vascos «cumplan más tiempo de prisión que la pena impuesta por los tribunales». A.G.