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Primer triunfo en el Top 16

El rebote y las genialidades de James salvan al Baskonia

La escuadra gasteiztarra estuvo a merced de un Nizhny Novgorod guiado por un gran Rochestie. Los 18 rechaces ofensivos, el acierto en los tiros libres y un triple final de Mike James trajeron la remontada.


LABORAL KUTXA BASKONIA 81

NIZHNY NOVGOROD 74

Laboral Kutxa Baskonia respiró tranquilo cuando terminó el partido y vio que el marcador reflejaba un 81-74 favorable. Durante más de 30 minutos los de Ibon Navarro estuvieron a merced de un Nizhny Novgorod que perdió por falta de experiencia y falta de rotación. Esa falta de experiencia provocó que los baskonistas agarraran hasta 18 rebotes en ataque -con especial mención a un Iverson muy agresivo- y que lanzaran 30 tiros libres -contra 17- con un 80% de acierto.

Y a las circunstancias colectivas toca añadirle la genialidad de Mike James. Abroncado por Ibon Navarro y «Jota» Cuspinera en la primera mitad por olvidarse de jugar en equipo, levantó al Buesa Arena con dos matazos en transición, pero además, con 73-71 en el marcador dentro del último minuto, clavó un triple espectacular para decantar definitivamente el duelo. Le falta dirección -tanto Adams como él quedaron en evidencia frente a Rochestie- pero no agallas, y esas agallas supusieron una gran victoria anoche.

Desde luego que poco tuvo que ver el partido frente a la escuadra rusa en comparación con lo visto ante el Real Madrid. Pass the fucking ball!, llegó a espetar Ibon Navarro en un tiempo muerto del segundo cuarto, después de ver cómo los suyos malgastaban un buen número de ataques a base de lanzar sin calibrar si había mejores opciones. La palma en ese despropósito se lo llevó Davis Bertans, autor de 6 de los 10 triples que lanzó la escuadra gasteiztarra en la primera mitad, pese a que anotara solo uno -cobrando el tiro adicional, algo que volvería a repetir en el último período-, amén de un Mike James por entonces desquiciado.

En contra, el Nizhny Novgorod jugaba con ideas claras, compartiendo las opciones de tiro y sin supeditar su juego a un Rochestie en principio vigilado. Así, Thompkins y Parakhouski se erigían en los principales anotadores y hasta seis de sus diez hombres de rotación -el tercer base Savelyev entró cuando Khvostov cometía su tercera falta- daban al menos una asistencia. La escuadra rusa llegó a tener ocho puntos de renta, 21-29, aunque al descanso los de Ibon Navarro arreglaban el desaguisado, reduciendo su desventaja a cuatro puntos: 31-35, sin que los locales hubiesen ido en cabeza ni un segundo.

Elevando la intensidad

Los siguientes 20 minutos fueron otra cosa. Claro que, ante una defensa más compacta de los gasteiztarras, Rochestie también dio un paso adelante, con un gran Thompkins como escudero. Así, a pesar de los de Ibon Navarro llegaban a remontar fugazmente, los rusos volvían a adelantarse. Así fue hasta que un triple sobre la bocina de James pusiera el empate a 52 al final del tercer cuarto.

Varios tiros libres errados por Parakhouski, los rebotes de Iverson y una fe en la remontada de los gasteiztarras plasmada en Mike James completaron la voltereta local. Sufriendo, pero Laboral Kutxa Baskonia entra de lleno en este Top 16.

«Luchamos contra nuestro egoísmo»

No estaba satisfecho Ibon Navarro, a pesar del resultado final. En parte gracias a los méritos del Nizhny Novgorod, el preparador gasteiztarra achacó a su equipo de abusar de las acciones individuales. En su haber, Navarro destacaba que «el equipo ha visto que, si defiende, incuso con unos porcentajes tan horribles tendrá su oportunidad de ganar y así ha sido».

«No ha sido nuestro mejor partido en ataque. Entre otras razones, por mérito del rival, que se ha cerrado muy bien. No hemos sido capaces de pasarnos el balón como queremos y hemos jugado con un punto de impaciencia, incluso de egoísmo a veces en la primera parte. Pero hemos visto que, si defendíamos, tendríamos la oportunidad de ganar, y así ha sido», insistía el técnico gasteiztarra.

En todo caso, no abandonaría su discurso autocrítico. «No creo que haya jugadores egoístas, pero sí jugadores que necesitan anotar para sentirse importantes», dijo, en explícita referencia a sus bases. «El equipo no ha sabido aislarse de esa corriente, aunque en la segunda parte hemos estado un poco mejor. Seguimos luchando contra nuestro egoísmo», remachaba. A.G.