Hayedo sí, cantera no
¿Beneficio rápido o protección de la naturaleza? Es un dilema que se presenta frecuentemente y origina posturas enfrentadas entre los afectados. Una iniciativa novedosa, como es la reproducción del ‘Guernica’ de Picasso pintado en un bosque de hayas, ha sacado a la luz pública uno de estos conflictos, provocado por la intención de la empresa Magnesitas de Navarra (Magna) de abrir una cantera en los montes de Zilbeti.
La historia viene de atrás, de hace cinco años, cuando Magna intentó iniciar la extracción de magnesita en Erdiz (Baztan), proyecto que se encontró con la oposición mayoritaria de los vecinos y que en actualidad se encuentra aparcado. Frenada en Baztan, Magna, que posee una planta de procesado de magnesita en la localidad de Zubiri, con más de un centenar de trabajadores en plantilla, ha puesto ahora sus ojos en Zilbeti, concretamente en el subsuelo del hayedo de Antzeri.
También en Zilbeti y su entorno ha surgido la oposición vecinal, que se ha organizado en Aldude Mendia Koordinakundea. Otra parte de la población, encabezada por el alcalde del valle, se muestra favorable a la cantera: cabe señalar que varios concejales trabajan precisamente en la citada factoría de Magna. Según la coordinadora, la empresa ha intentado en todo momento mantener en secreto los contactos con el Ayuntamiento, hasta el punto de que «muchos vecinos nos enteramos por la tele de lo que se estaba planeando».
Lo cierto es que el hayedo de Antzeri se encuentra en plena zona protegida europea, con la designación ZEC (Zona de Especial Conservación), además de estar integrado en la red Natura 2000. Ello impide cualquier tipo de actividad minera en el área, pero es sabido que en varios casos en Nafarroa estas zonas protegidas han sido reducidas a posteriori para permitir usos en principio prohibidos. La coordinadora entiende que Atzeri ha de permanecer intacto y ha llevado el tema al juzgado; la decisión está en manos del Tribunal Administrativo de Navarra.
El de la justicia no es el único frente abierto por la coordinadora. También trabaja en concienciar a los vecinos de Zilbeti y de todo el valle de Erro sobre la importancia de oponerse a los planes de Magna, y ya ha conseguido reunir más de 2.000 firmas en este sentido, a pesar de los obstáculos a que se enfrenta. Por ejemplo, explica Roberto Huarte, «el Ayuntamiento nos ha puesto todo tipo de trabas cuando hemos querido conocer en detalle el proyecto de Magna. De esta forma, nos dificultó la presentación de alegaciones, que casualmente se abrió en agosto, en plenas vacaciones. Pero llegamos a tiempo».
Es difícil cuantificar la cantidad exacta, pero basta echar una mirada al monte amenazado para cerciorarse de que serían muchos miles de hayas las que caerían bajo la motosierra en las 17 hectáreas afectadas. Son todos árboles jóvenes, pues hasta hace cuarenta años estos terrenos pertenecían al Estado español, que antes de revertirlos a Nafarroa taló a matarrasa el bosque. El hayedo tuvo capacidad de regeneración y ahora Antzeri es un bosque joven, pero si se horadara la cantera no habría tal recuperación, pues desaparecería la tierra en que se sustentan los árboles.
Todo el mundo es consciente en Zilbeti del daño ecológico que supondría la cantera. Pero, por otro lado, no falta quien argumenta que proporcionaría puestos de trabajo. ¿Cuántos? Podrían ser una docena, y con plazo de caducidad. ¿Qué plazo? En torno a treinta años, cuando probablemente la cantera dejara de ser rentable para Magna. «Y no olvidemos que es una multinacional, de esas que se marchan a otro país de un día para otro si les conviene», apunta Huarte.
Los opositores al proyecto subrayan que la empresa ha sabido elegir bien el momento para presentar «el caramelo» de los puestos de trabajo, en plena crisis económica. Al mismo tiempo, sospechan que el verdadero interés de Magna no radica en este monte, pues de hecho su mineral es de mediocre calidad, sino que su objetivo real es vencer la resistencia vecinal, pasar por encima de la ZEC y establecer así un precedente para volver a intentar abrir la cantera de Baztan, su verdadera meta, al ser de gran calidad.
Apadrinar un árbol
Además de pintar –con material degradable por la naturaleza– el ‘Guernica’ gigante en la corteza de las hayas, Alduide Mendia Koordinakundea ha emprendido una campaña de «apadrinamiento» de los árboles de Antzeri. Consiste en adoptar un haya, al que se le coloca una cinta con el nombre del donante, que entrega diez euros para hacer frente a los gastos derivados de los recursos judiciales. Ya son más de un centenar las cintas colocadas, y quien desee apadrinar puede dirigirse a la dirección zilbetiapadrina@hotmail.com.
«En la coordinadora somos una treintena de personas, de Zilbeti y Auritzberri, desde baserritarras hasta cocineros, que solo tenemos nuestro trabajo y no somos expertos en leyes ni nada parecido, que no contamos con abogados entre nosotros, y nos enfrentamos a una multinacional poderosa. Es un combate desigual, por eso necesitamos toda la ayuda posible» explica Joseba Martinez, miembro del grupo. Joseba es de Auritzberri, otro pueblo amenazado por una cantera, concretamente la que proyecta Silice Navarra, y no duda en afirmar que estas empresas y el Gobierno de Navarra van de la mano en el intento «de hipotecar el futuro del Pirineo navarro, fiando su supervivencia a proyectos agresivos con el medio ambiente como las canteras, en vez de ayudar a rentabilizar este mismo medio ambiente con iniciativas como el turismo sostenible».