INFO
Elkarrizketa
Iñigo URKULLU
Lehendakari de la CAV

«Creo que a través del trabajo discreto he logrado algún fruto en política penitenciaria»

Sostiene Iñigo Urkullu que las cosas no se ven distintas desde la planta alta de Sabin Etxea que desde Ajuria Enea, aunque las responsabilidades son diferentes. Lleva poco más de un mes en el cargo de lehendakari y tiene el Gobierno en fase de construcción.

Iñigo Urkullu. (Raul BOGAJO / ARGAZKI PRESS)

Iñigo Urkullu (Alonsotegi, 1961) apunta que hasta la fecha la tarea principal como lehendakari ha sido intentar resolver problemas heredados, poner en marcha la elaboración del nuevo presupuesto y atender a requerimientos del momento como la concesión de entrevistas, o la cita con Juan Carlos de Borbón que tiene mañana.

¿Cuál es el mayor susto que se ha llevado desde que es lehendakari?

Todavía estamos gestionando problemas anteriores a mi elección. Más que susto, disgustos que uno tiene con relación a compromisos adquiridos por el Gobierno anterior que no los teníamos detectados y suponen una mayor carga.

¿Por ejemplo?

Prefiero mirar adelante.

¿La situación económica que se ha encontrado es la esperada?

No. Es la que veníamos denunciando desde el PNV. Es peor que la que decía el Gobierno vasco anterior.

¿Cuáles van a ser las líneas generales del presupuesto?

Sabemos las limitaciones del marco económico en el que nos movemos, no solo el de la CAV o el Estado español, sino el de la UE, y que el objetivo del cumplimiento del déficit es claro. Por tanto, en este 2013 tiene que primar la resistencia en el mantenimiento del empleo público, en lo referido a la Administración pública, y el compromiso con las políticas sociales, la inversión en las personas.

Dijo que no es tiempo para grandes infraestructuras. ¿A qué se refería?

A todo lo que es cemento, salvando el compromiso con el Tren de Alta Velocidad, en la medida en que, además, esta es una cuestión extrapresupuestaria para el Gobierno vasco. En lo que se refiere a nuestros presupuestos, en este 2013 va a haber una reducción en las inversiones de infraestructuras. Entre el cemento y las personas, desde el Gobierno vamos a primar las personas.

Dice que el TAV es una cuestión extrapresupuestaria, ¿ha descartado la idea de adelantar el dinero para su financiación?

Tengo pendiente una entrevista con el presidente del Gobierno español y, en la medida en que esta es una competencia suya, primero quiero hablarlo con él.

¿Van a negociar con los partidos antes de presentar el proyecto en marzo?

Voy a hablar con todos los grupos políticos antes del 12 de marzo. Me he establecido como calendario propio hablar con todos ellos desde el 8 de febrero hasta el 4 de marzo.

¿Tiene alguna previsión de con quién puede resultar más fácil el acuerdo?

No. No tengo ninguna previsión. Quiero hablar del escenario en el que nos estamos moviendo y, por eso, quiero abrir la ronda con los diputados generales, para hacer un diagnóstico de cada uno de los territorios, otro con la presidenta de Eudel, y junto con lo que hayamos visto en la redacción del anteproyecto, tener una relación con los responsables de los partidos, explicarles cuál es el diagnóstico y el planteamiento en este escenario común, y mirar cuál puede ser su voluntad y disposición.

EH Bildu y, sobre todo, el PSE dicen que hay que abordar primer un debate sobre fiscalidad. ¿Está dispuesto a ello?

Sí, bueno, lo vengo diciendo desde 2009. No tengo ningún reparo en abordar una reflexión sobre la política fiscal, pero siempre he dicho también que hay unos ámbitos competenciales para esa cuestión que son las juntas generales de cada territorio, que son las que tienen la competencia. Pero siendo condiciones que están sobre la mesa incluso para abordar el presupuesto del Gobierno vasco, yo no tengo ningún inconveniente, pero siempre respetando los principios competenciales. En este punto, el PNV tiene ya una reflexión sobre la reforma del sistema tributario.

¿Por qué se han lanzado a gobernar con 27 parlamentarios?

Porque no fue posible por parte de los grupos políticos el alcanzar un acuerdo que pudiera dar lugar a una coalición o a un acuerdo de legislatura. Este país necesitaba un gobierno y nosotros hemos asumido la responsabilidad.

¿Buscarán un acuerdo estable o van a ir ley por ley?

Todavía estamos en una fase de reconfiguración de cada partido tras las elecciones. Estamos viviendo procesos internos en algunos partidos, incluido el PNV, también la creación de un partido que represente a una sensibilidad política... Tenemos que superar todavía ese estadio. Voy a gobernar siendo consciente del apoyo que tengo de partida y de que para algunas cuestiones tengo que intentar acordar y, en cualquier caso, dialogar. Y eso es lo que voy a hacer permanentemente.

El 30 de enero se reunirá con Mariano Rajoy. ¿Qué le va a plantear?

Las mismas cuestiones que planteé en el pleno de investidura. Le presentaré mis reflexiones sobre los tres ámbitos en los que nos tenemos que mover en esta legislatura. La reactivación económica, es decir, cómo entendemos la crisis económica, cómo plantamos aquellas cuestiones pendientes entre ambos gobiernos, sean transferencias o la propia negociación del Cupo. En este terreno también hay otras materias, como líneas de financiación para las empresas. Otro eje de actuación es el de paz y convivencia, y todo lo que entra en él. Y el tercer eje de actuación es el del estatus de autogobierno, una reflexión sobre lo que es el autogobierno que data ya de hace 33 años, y que en estos momentos merece la pena una reconsideración para su actualización.

En el capítulo de paz y convivencia entra la cuestión de la política penitenciaria. ¿Qué cambios cree que hacen falta en esa materia?

Primero, como lehendakari, que pueda ser transferida a la Comunidad Autónoma del País Vasco la capacidad de gestión de las instituciones penitenciarias ubicadas aquí en orden a una política penitenciaria propia. Esto está contemplado en el Estatuto y creo que como lehendakari tengo que insistir en ese punto. Y, segundo, creo que en todo caso tiene que haber una modificación de la política penitenciaria, no porque haya un tiempo diferente, sino por cumplir el espíritu y la letra de la Constitución española y los derechos que asisten a todas las personas privadas de libertad.

¿Va a pedir la transferencia a la CAV de la política penitenciaria y de los presos vascos?

Pedimos que los traigan a las prisiones más cercanas a su lugar de residencia. Este un llamamiento que han hecho las instituciones vascas desde hace muchos años.

Ustedes han dicho que en esta materia prefieren el trabajo discreto. ¿Han conseguido algún fruto?

Pues sí. Creo que sí. Creo que he conseguido frutos en la participación de todas las sensibilidades ideológicas en las elecciones. Creo que he conseguido algún fruto también en política penitenciaria, que no se dicen públicamente, pero sin embargo han existido movimientos en política penitenciaria. Creo que hay en estos momentos personas privadas de libertad que pueden pertenecer a la órbita de la izquierda abertzale que durante estos días pasados han podido beneficiarse de determinadas medidas y que, sin embargo, eso no se ha publicado ni quiero que de mi boca salga más de lo que he dicho ya. Pero sí, creo que se consiguen cosas de una manera más discreta que lo que puedan ser grandes pronunciamientos.

¿Son cosas que se ha producido y no las hemos visto? Acercamientos no ha habido...

Cada uno sabrá, y los interesados e interesadas sabrán a qué me estoy refiriendo.

Cuando dijo que respetaba a las más de cien mil personas que se manifestaron en Bilbo pero también al resto de tres millones de vascos que no se habían manifestado, ¿a qué se refería?

La manifestación tuvo una asistencia muy importante y la respeto, pero estamos sometidos a una interpretación como si esa parte de la sociedad vasca fuera el todo. Hay muchas personas que no participaron en la manifestación del pasado 12 de enero en Bilbo y que, sin embargo, también reivindican el acercamiento.

Es que se entendió como cuando Mariano Rajoy o Mayor Oreja medían una reivindicación diciendo que son más los que no se manifiestan que los que se manifiestan.

No lo dije en ese sentido. Es una reivindicación compartida por muchos ciudadanos, más que los que participaron en la manifestación, y algunos tienen otras reivindicaciones que también se deberían tener en cuenta.

El 21 de febrero del año pasado el PNV aprobó en el Congreso junto a PP y PSOE un acuerdo sobre la gestión del final de ETA. ¿Se ha avanzado algo en esa materia?

Ha habido episodios en el pasado que podían haber sido gestionados mucho mejor, como es el caso de Josu [Uribetxebarria] Bolinaga, u otros presos en situación de enfermedad grave. Pequeños pasos, sí los ha habido. Estamos viendo también otras actitudes, no solo en el Gobierno español, sino en otros estamentos del Estado.

¿Cuál tiene que ser el papel del lehendakari en esta materia?

Primero, para consolidar la paz de manera definitiva y trabajar la convivencia, que se parta del reconocimiento del daño causado y una revisión crítica del pasado por parte de aquellos que lo tienen que hacer. Y no estoy hablando de condena, sino revisión crítica y reconocimiento del daño causado, y esta es una cuestión que en voces autorizadas de la izquierda abertzale se ha reconocido como una tarea pendiente. Y, evidentemente, tenemos que hablar de las víctimas del terrorismo, de las víctimas de abusos policiales, de una política penitenciaria diferente. Es lo que pretendo llevar adelante con un plan que estoy trabajando y presentaré.

De la Declaración de Aiete solo se ha cumplido un punto de los cinco. ¿Hay que impulsar el cumplimiento del resto?

Claro que sí. Pero como lehendakari tengo que subrayar que en lo que respecta a la CAV hay un foro que es el Parlamento que centra la representación de todas las sensibilidades ideológicas y es el que tiene que ser el foro de debate y de acuerdos. No quiere eso decir que niegue la existencia de otros foros, pero el Parlamento debe recoger ese debate de los partidos.

¿Y cómo se incardina eso con el resto de vascos no representados en el Parlamento de la CAV?

Los partidos, que tienen su representación, tienen que saber cómo pueden gestionar eso en cada uno de los otros ámbitos.

¿Qué plantea y en qué plazos en materia de reforma estatutaria o reivindicación de soberanía?

Primero, que estamos en la reivindicación del cumplimiento del Estatuto de Gernika. En segundo lugar creo que, hoy en día, hay un reconocimiento por parte del PSOE de manera explícita de que es necesaria una reforma de la Constitución, que hay hechos nacionales, como el catalán y vasco, que no han tenido un encaje satisfactorio en el modelo de Estado. Creo que el propio PP, tanto el presidente del Gobierno como otros cargos autonómicos, son conscientes de la quiebra del modelo de Estado que PSOE y PP pergeñaron tras la fracasada LOAPA. A partir de ahí, nosotros, desde la CAPV, debemos dar pasos hacia otro estatus de autogobierno, lo que podría ser una reforma estatutaria o, en todo caso, a un planteamiento que sea acordado por las formaciones políticas y ratificado por la sociedad vasca.

En el programa electoral plantearon una ponencia parlamentaria. ¿Tiene fecha para su puesta en marcha?

Mi deseo sería que se pudiera constituir una ponencia en el Parlamento vasco en este primer semestre, aunque eso dependerá de los grupos. Nosotros hemos planteado y defendido que este es un debate que hay que llevarlo de manera serena, alejado de los focos de los medios de comunicación, intentando que además haya un basamento jurídico de cara a los planteamientos de nuevo estatus jurídico que se puedan hacer. Que todos los grupos puedan tener una participación y que se someta después a un debate parlamentario. Con calma. Por eso yo me fijé el horizonte de 2015. Pero, insisto, eso corresponde ya al Parlamento y a los grupos políticos.

La entrevista se puede leer íntegra en GARA.