Errenteria supera miedos en un gran paso a la reconciliación y la resolución del conflicto
Pocas localidades han sufrido tanto el conflicto como Errenteria. Y pese a eso, o quizás por eso, allí se dio ayer un paso adelante muy relevante. Víctimas de los dos lados acudieron al estreno de la iniciativa Eraikiz, impulsada por todos los grupos municipales, de Bildu al PP. El alcalde, Julen Mendoza, fue el primero en admitir sus miedos... y en superarlos.
Que la reconciliación es una realidad imparable a pie de calle, aunque muchas veces no lo parezca por las actitudes y discursos de ciertas cúpulas políticas, quedó muy claro ayer tarde. Y no en cualquier sitio, sino en Errenteria, una de las localidades más sacudidas por las violencias de uno y otro signo. En un céntrico cine, los unos y los otros, los otros y los unos, todos, superaron sus miedos, esa realidad que admitió el alcalde, Julen Mendoza, en un discurso muy sentido y profundo.
Antes hubo una foto que también decía mucho: la del primer edil de Bildu saludando con un beso a la viuda de José Luis Caso, concejal del PP muerto a manos de ETA en 1997. En la sala había también expresos, familiares, torturados... Y sobre todo estaban juntos los cinco grupos municipales de la localidad, respaldados por algunos dirigentes de mayor rango como Iñigo Manrique (PP), el exalcalde Miguel Buen (PSE)... Los cinco han logrado consensuar una iniciativa en positivo que, como admitió Mendoza, habría sido imposible no ya hace años, sino incluso hace unos pocos meses.
La han denominado Eraikiz. Se trata de un breve ciclo de cine y teatro, apenas cuatro sesiones pero con un objetivo de largo alcance y que va mucho más allá de las proyecciones: impulsar una reflexión personal y colectiva para avanzar hacia la reconciliación, la resolución, la paz.
Las víctimas y los presos
Lo resumió Mendoza en una intervención que empezó en lo genérico y acabó en lo personal. El alcalde habló de la necesidad de sacudirse los «miedos» para «aprender a hablar, a escuchar, a empatizar», siguiendo la famosa máxima de Nelson Mandela: «Si quieres hacer las paces con tu enemigo, tienes que trabajar con él, y entonces se convierte en tu compañero». Julen Mendoza añadió que él también quería superar su propio miedo a acercarse «a quienes durante mucho tiempo he considerado ‘los otros’,» y les expresó «un profundo ‘lo siento’, de todo corazón», por el sufrimiento que han padecido. Dijo que asume que todo ese daño es ya irreversible, pero que «haré lo que esté en mis manos» para repararlo.
Ante un auditorio lleno y en un silencio absoluto, el alcalde de Bildu planteó que también es capaz de entender que quienes desde ese otro lado han sufrido tanto sean reticentes a solucionar cuestiones pendientes como la de los presos, pero les hizo ver que la reconciliación requiere «bases sólidas» y que eso pasa por un respeto absoluto a los derechos humanos. Y, por tanto, por excarcelar a los presos enfermos, a los sometidos a condenas alargadas ilegalmente, por acabar con la dispersión...
Su discurso fue aplaudido esta vez por toda la sala, sin excepción. Luego un concejal de cada grupo (Bildu, PSE, PNV, PP y Ezker Anitza) depositó un ramo de flores ante velas situadas junto a retazos del ‘Guernica’, símbolo de la violencia y el dolor del país. Los jóvenes de la coral de Orereta lo habían descubierto tras otra intervención cargada de simbolismo: la pulsión de los corazones, las personas, el futuro a construir.
La pantalla bajó, las luces se apagaron y se dio paso ya a esa reflexión a la que invitan todos los grupos de Errenteria conjuntamente. Ayer se proyectó ’Memorias de un conspirador’, la cinta de Angel Amigo sobre Jesús Eguiguren (PSE), ambos presentes en el coloquio posterior. Mañana le toca a ‘Barrura begiratzeko leihoak’, la película con cinco historias de otros tantos presos vascos. El 31 de enero se representará ‘A fuego lento’, la obra sobre el proceso de negociación 2005-2007. Y el 2 de febrero, ‘Hablan los ojos’, el documental de Gorka Espiau sobre las víctimas, con Rosa Rodero y Joxean Agirre en la mesa redonda a continuación.