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Xabier Alegria y Lorentxa Gimon
Portavoces de EPPK

«Miramos con gran interés al Foro Social y sus resultados»

Son dos de los seis portavoces de Euskal Preso Politikoen Kolektiboa y han respondido a un cuestionario conjunto de GARA y ‘Berria’, casi un año después de la última entrevista concedida por EPPK y en un momento en que el problema pendiente de los presos ha vuelto a retomar gran centralidad. Parte de la manifestación multitudinaria del 12 de enero y llega hasta citas próximas claves como el Foro Social del jueves y viernes de esta semana y la vista del día 20 en Estrasburgo.

EPPK hizo públicas las conclusiones de su debate interno a principios de junio. (Jon HERNAEZ/ARGAZKI PRESS)

No es tarea sencilla entrevistar a EPPK, debido a las dificultades inherentes a la prisión y a las añadidas por los estados. En abril del pasado año, cuatro de los seis portavoces que acababa de nombrar EPPK respondieron a las preguntas de GARA y ‘Berria’. Ahora son los otros dos, Xabier Alegria y Lorentxo Gimon, los que afrontan nuevos interrogantes surgidos desde entonces, también a partir de un cuestionario conjunto elaborado por ambos diarios. La entrevista original ha sido realizada en euskara y aquí se reproduce la traducción al castellano realizada en la redacción. Las preguntas fueron remitidas en enero y las respuestas están fechadas en febrero; recogen, en todo caso, cuestiones de máxima actualidad en estas próximas semanas. Xabier Alegria, de Lezo, está encarcelado en Puerto-III (Cádiz) y Lorentxa Gimon, de Angelu, en Rennes (Bretaña).


Sexteto que compone la portavocía de EPPK.

Antes que nada, ¿cómo han vivido en la cárcel la manifestación del 12 de enero? Aparte de estas grandes manifestaciones, ¿qué más puede hacer la sociedad para resolver la situación de los presos? ¿Ahora qué?
Xabier ALEGRIA: Al igual que la del pasado año, nos ha llenado de alegría y de orgullo. Nos ha dado gran fuerza. La de este año tiene importancia especial, porque ha respondido adecuadamente al afán de provocar el bloqueo. La del pasado año fue colosal, pero la de este año ha subrayado la determinación de sujetar el timón con fuerza y seguir remando con ganas. Es el reflejo de que están tomando cuerpo el empeño y el sentido que reclama, y que reclamará, este proceso.

Con ser importante, no es suficiente. Se necesita una presión social y político-institucional permanente. La ciudadanía ha entendido que hay que dar pasos, y excarcelar a los presos es algo positivo y natural. Es hora de movilizar y agitar al pueblo. Hace falta el compromiso de todos, también los responsables de partidos, sindicatos y diversos agentes. Haciendo suyo el proyecto y la responsabilidad de materializar los derechos de los presos y liberarlos, cabe construir un acuerdo de amplio consenso entre todos los agentes.

Lorentxa GIMON: En Bilbo y en Baiona se ha plasmado una imagen realmente bella y emocionante, la solidaridad mostrada a nuestras familias. Nos emocionó especialmente el calor recibido por los familiares y desde aquí queremos destacar su increíble esfuerzo y dignidad. Uniéndonos a ellos, al renunciar a la visita encontramos también la forma de estar en Bilbo.

Algunos presos han mencionado que la lucha por la libertad de Iosu Uribetxebarria fue muy especial para el Colectivo –muy espontánea, con gran unidad...– ¿La han vivido así?
X.A: Ha sido importante. Iosu estaba en una situación extrema, y hemos dado una respuesta amplia y total a la actitud modélica que él había adoptado.  También espontánea, porque no ha habido opción para el debate, hemos entrado a fondo para denunciar una situación irracional y resolverla. Y ha sido duro, ha traído sufrimiento para Iosu y para sus allegados, pero la victoria ha sido para todos, frente a la obcecación del Gobierno y del tribunal. El Colectivo no ha planteado una confrontación, ha sido la respuesta a una emergencia de vida o muerte. Y también en favor de los derechos humanos y de la paz.

L.G. Es difícil hablar de victoria, pero el esfuerzo ha traído su cosecha, y también deja una semilla plantada de cara al futuro. Estamos contentos y ha merecido la pena. Hacemos llegar a Iosu nuestro solidaridad y nuestro abrazo más fuerte.

¿El caso de Uribetxebarria ha ayudado a encarrilar la situación de los presos enfermos?
X.A: Con Iosu ha salido a la luz la actitud hacia los presos enfermos. Ha servido para mostrar dónde ponen los topes, dónde están sus intenciones de liberar a los presos enfermos. No tenemos intención de entrar en ningún tipo de peleas políticas en relación a los compañeros que tienen enfermedades graves. Decimos que tienen que estar en la calle con prioridad, y que existe disposición a hacer lo necesario para facilitar esa excarcelación. Tienen cerrado el camino.

L.G: La rabia y la crueldad del  enemigo no tiene límite. No tiene voluntad de dar un paso, ni siquiera en los casos extremos. Dice que el arrepentimiento es el único camino para intentar crear resignación en los presos enfermos. No hay duda de su actitud de bloquear el proceso, usando para ello hasta las situaciones más graves.

En su último comunicado, destacaron que acabar con la dispersión era la apuesta política de EPPK. Es un paso muy necesario. ¿Cómo acelerarlo? ¿Cómo impulsarlo?
X.A: Acabar con la dispersión es un asunto pre-político, es decir, un asunto a canalizar desde el mero respeto a los derechos. Sería suficiente que los gobiernos declararan un alto el fuego permanente verificable, desactivando esta política de castigo repleta de violencia. Una política que no va solo contra los presos, también contra familiares, amigos y miles de ciudadanos vascos. Los gobiernos seguirían teniendo la llave en sus manos. Nosotros, en la cárcel, con los derechos respetados y en Euskal Herria. La velada pena de muerte contra los familiares, desactivada. Los presos enfermos, en la calle, y los que han cumplido la condena, sin ser retenidos a modo de secuestro. Bastaría con tener en cuenta los estándares democráticos internacionales y los derechos humanos.

A partir de ahí, tienen la opción de recorrer el camino para hallar una salida definitiva a la resolución del conflicto. El reconocimiento de nuestra esencia política, el reconocimiento de EPPK, desarrollado en la práctica sin ninguna grandilocuencia, sería una inversión eficaz por la paz y la democracia, realmente, para todas las partes. Porque solo respetando la palabra y la decisión de la ciudadanía vasca se puede dibujar un futuro que se desarrolle en paz y libertad.

L.G: Los presos queremos y tenemos que tomar parte en el proceso que se ha abierto. En la calle, desde la calle. Para eso se tiene que producir un proceso de excarcelación, no contemplamos que el proceso de resuelva con las cárceles de España y Francia llenas de presos vascos. Tendrá que ser hablado y acordado. ETA y los gobiernos tendrán que abrir el camino. El Colectivo tiene una perspectiva abierta, está dispuesto a profundizar en ese camino.

¿Qué están dispuestos a hacer? ¿Utilizarán los resquicios que dejan las leyes?
X.A: Tendrían que emplear las leyes en general, y sus interpretaciones y aplicaciones, para dar cobertura y seguridad a los pasos que se produzcan, en eso no tendríamos problema. Mientras no cambie ese punto de vista será difícil avanzar, no porque no queramos, sino porque no nos dejan. Es muy importante que los presos estemos juntos para tomar decisiones y dar pasos conjuntamente. En Euskal Herria, con la ciudadanía vasca. Hacer nuestra aportación al proceso de la manera más firme y rápida. La propia dispersión es el obstáculo para actuar más valientemente, más «unilateralmente».

L.G: Reunirnos en Euskal Herria es acabar con la deportación. Es la prioridad, porque creará condiciones políticas y opciones y mecanismos nuevos, facilitando el camino a todos. Las leyes no protegen la dispersión... sino lo contrario. La ley se está usando precisamente no para desarrollar los derechos, sino para pisotearlos. Han convertido las leyes de excepción en obstáculo para avanzar, en excusa para no moverse. En este momento las leyes no recogen una solución integral. Pero, en cualquier caso, queremos aprovechar sus oportunidades. Estamos en ello.

En uno de sus últimos comunicados dicen que «corresponde a los estados desactivar el estado de excepción y todas sus medidas». Si no quiere hacerlo, ¿dónde y cómo habrá que incidir?
X.A: A los presos nos tienen con las manos atadas. La clave de la puerta de las cárceles está en las manos del enemigo y no en las de la izquierda abertzale. La izquierda abertzale ha marcado la nueva dirección para la resolución del conflicto y está ofreciendo una nueva oportunidad. Al Gobierno le está costando asimilar la nueva realidad. Si no quiere dar nuevos pasos, los presos, la sociedad vasca y la comunidad internacional tendremos que obligarle.

L.G: Hará falta la fuerza que se va sumando, la terquedad basada en la razón; con caudales humildes pero con muchos ríos a la vez podremos superar el muro puesto por los gobiernos, o si no, agujerearlo. Meter el aguijón y hacer cuña es necesario en todos los momentos y para todas las labores del proceso. Al igual que la defensa de los derechos ciudadanos fortalece la resolución, hay ocasión de acelerar el proceso en todas las tareas que nos hacen vascos y pueblo libre.

¿Hay algo que esté en manos del Colectivo? Ya han manifestado la disposición a dar «pasos decisivos». ¿Cuáles son?
X.A: Sí, por supuesto. Como recordábamos en el último comunicado, creemos que hemos hecho un recorrido importante. Estamos dispuestos a dar pasos decisivos, a plantear nuevas iniciativas, a contribuir a desbloquear la situación, iniciativas que podrían traer cambios a nuestra situación, pero sobre todo, subrayamos, para acelerar el proceso que quieren ahogar o pudrir. Estamos actuando desde esa responsabilidad. En la perspectiva del proceso de liberación, con los objetivos políticos a la vista.

Hay una especie de prisa forzada, desde diversas declaraciones de múltiples espacios, para que EPPK haga o diga algo, sobre ETA, sobre las víctimas, etcétera... Nuestra posición es clara y estamos dándola a conocer continuamente. En cualquier caso, a todos los que hablan sobre EPPK o en nombre de EPPK les animaríamos a actuar desde el ámbito de cada cual.

L.G: El Colectivo está formado por militantes políticos responsables. La voluntad política que mostramos de que el proceso de liberación de Euskal Herria avance es nítida. Vamos materializando pasos cuando vemos el momento más adecuado, con toda la responsabilidad de desbloquear el proceso, con la prioridad de excarcelar a todos los presos y con la autodeterminación en el horizonte; es decir con la amnistía como perspectiva (resolución integral).

Mientras se mantenga la dispersión, tienen la opción de convertir cualquier paso en un chantaje o castigo añadido contra algunos presos, recurriendo al mantra de «es insuficiente» o inventando nuevas divisiones y clasificaciones entre nosotros. Sin tener eso en cuenta, estar pidiéndonos y pidiéndonos cosas solo favorece a quienes se valen de la violencia.

¿Están dispuestos a aceptar diferencias entre los presos? ¿Y a admitir situaciones distintas?
L.G: Entre los presos hay compañeros que han llevado trayectorias distintas, es una realidad y así lo aceptamos y reivindicamos. Lo que nos iguala es que de un modo u otro hemos estamos trabajando por Euskal Herria en la calle y que por eso nos han encarcelado. Que nos han encarcelado por razones políticas y que por eso somos presos políticos. Compartimos los mismos objetivos políticos y su reflejo es la cohesión política del Colectivo.

X.A: Lo que nos ha igualado en prisión es el enemigo, estableciendo que todos somos miembros de ETA, con una maniobra jurídico-política sin base ni credibilidad, clasificándonos como FIES o DPS, con las consecuencias que ello trae en la vida diaria. Profundizamos en la pluralidad del Colectivo en el debate del año 2003. Tenemos compañeros de diferente situación y procedencia y siempre lo hemos tenido en cuenta, lo contrario sería un sinsentido. Pero otra cosa es alimentar el intento de diferenciarnos dentro de una especie de juego para repartir premios y castigos, o bien destinado a castigar aún más a los compañeros.

Es hora de que los gobiernos, algunos partidos, medios de difusión y demás acepten que actuar con amenazas solo logra que la unidad tome forma de caparazón y que la mano se convierta en puño. El reconocimiento de los derechos, la repatriación, también traería una apertura en esto, haría que los diferentes colores de nuestro interior brillaran más. Ante situaciones diferentes, actuaremos de modo diferente.

Si la pregunta es si aceptaríamos una excarcelación escalonada, nuestra preocupación principal no son los diferentes modos y plazos siempre que eso se materialice en un plan de resolución integral. Analizamos ese escalonamiento más por otros factores que por lo que se le ha imputado a cada uno: por ejemplo, la duración de la excarcelación, la edad, las condiciones... La pluralidad no se basa en que haya compañeros de ETA y otros que no son de ETA.

Tras el último debate, la dirección de EPPK se ha renovado y la estructura se ha readecuado. ¿Cómo valoran el cambio? ¿Responde mejor a la realidad del Colectivo a día de hoy?
X.A: El debate llevó al Colectivo a adaptarse a la situación política y  a colocarse ante los nuevos retos políticos. Con la Declaración de Aiete y la decisión tomada por ETA, hemos entrado en una nueva era. EPPK ha acometido la adecuación de su línea política, tomando como hoja de ruta la propuesta de Anoeta, el Acuerdo de Gernika y la Declaración de Aiete. En junio llevamos a cabo una declaración importante. Desde entonces, hemos estado inmersos en una dinámica de debate permanente para materializar nuevos pasos. Planteando iniciativas junto al debate.

L.G: Hemos dado pasos también en la organización. Renovamos la interlocución, tres miembros por cada estado. Nombramos otros catorce compañeros a su lado, completando la dirección del Colectivo. En cada cárcel, un miembro del Colectivo, para resolver los problemas existentes allí con los responsables. Son pasos que nos ponen en mejores condiciones para responder a la realidad, para dirigir los debates y tomar decisiones propias. Para ser parte activa en la discusión política.

¿Cómo son las relaciones entre los miembros del Colectivo y cómo son los debates?
X.A: Tenemos una procedencia y una trayectoria diferentes en la militancia política; hay desde miembros de ETA a periodistas de ‘Egin’. Hay tantas personas como opiniones, cada uno aporta su forma de ver y su fuerza.  Definimos nuestra línea política y dinámica tomando en consideración esa amplia pluralidad. Para el Colectivo, cualquier aportación es indispensable con el fin de avanzar en común. Las dificultades están ahí: la dispersión, las prohibiciones, los cacheos que han aumentado, etcétera... Pero por encima de todas las trabas, estamos muy vivos. Sería más fácil, claro, si estuviéramos todos juntos y en Euskal Herria.

L.G: La nueva situación política ha provocado un gran interés, y ponemos la atención en todas las noticias que recibimos. La dinámica de debate y de aportación está siendo amplia, podemos decir que la más viva de los últimos años, con una participación muy alta y fortaleciendo nuestra camaradería. Desde que nos encarcelan, se desarrolla dentro del Colectivo una relación personal y militante grande. Resulta muy enriquecedor.

En la calle también está cambiando lo que era el movimiento pro-amnistía. ¿Cómo se observa desde las cárceles?
X.A: La situación política ha provocado cambios y las herramientas políticas, organizaciones, movimientos... están en proceso de adaptarse a esos movimientos. Nosotros también lo hemos hecho. En las últimas décadas, el movimiento pro-amnistía ha sido una referencia política muy importante de las reivindicaciones y la situación de los presos políticos vascos. El Colectivo tiene una gran deuda con todos los compañeros que han trabajado ahí en estos largos años. Han dado a conocer el origen político del conflicto y la naturaleza política del Colectivo. Muchos de ellos que han sido encarcelados por hacer ese trabajo político son miembros de EPPK y todavía siguen en la cárcel.

L.G: Han surgido otras referencias. Por ejemplo el movimiento Herrira, que desarrolla otro perfil y otra dinámica, indispensable para la unidad de fuerzas y la activación popular. Estamos seguros de que los derechos y las reivindicaciones de los presos políticos vascos se están insertando adecuadamente en la sociedad vasca.

Recientemente ETA presentó una agenda para la paz y en ella indica que hay que buscar «plazos y fórmulas» para traer a casa a presos y refugiados. ¿Cuáles son esos plazos y fórmulas posibles? ¿Cuál es la posición de EPPK?
X.A: ETA tiene una gran responsabilidad respecto a la resolución del conflicto, y EPPK le reconoce esa responsabilidad y esa tarea. En este espacio, nos parece fundamental abrir espacios y que los pasos que se den sean acordados, tasados, tanto en los tiempos como en las formas. Evitar eso sería una irresponsabilidad. Supondría no cerrar el conflicto político ni sus consecuencias. Se quebrarían la seguridad y la estabilidad que exigen estos procesos. Por tanto, los plazos y las fórmulas se tienen que acordar. Un proceso de resolución definitiva hace imprescindible una conformidad entre los interlocutores que pueden ofrecerse garantías mutuamente. No dar salida a las consecuencias del conflicto conlleva un gran riesgo de paralizar el proceso político.

L.G: De cara a conformar pasos concretos, con prioridad y con total facilidad, los gobiernos tienen opción de hablar con los presos. El ejercicio sería provechoso para todas las partes. Dejando de lado los torpes cantos de sirena de hasta ahora, reiteramos por tanto el llamamiento a los gobiernos para que inicien contactos con los interlocutores de EPPK.

En Irlanda también se buscaron fórmulas y plazos propios. ¿Es un modelo para EPPK?
X.A: En Irlanda no solo se buscaron fórmulas y plazos, sino que se acordaron por las dos partes. No hay que olvidar que hubo un acuerdo político previo para poner el conflicto en vías de solución, lo que se conoció como Acuerdo de Viernes Santo. Ese modelo les ha servido para hacer un camino, no sin dificultad ni sin trabas. Cada conflicto reclama sus propias soluciones.

L.G: Otras experiencias del mundo nos parecen interesantes, cómo no; de todo se extraen enseñanzas. Pero de todos modos aquí necesitamos nuestro propio modelo, tenemos una realidad específica, y se puede mirar a cualquier lado pero debe respondérsele a esa realidad. Más que una fórmula concreta, la capacidad de convertirse en modelo se basa en estas claves básicas: crear las condiciones para estructurar la voz de los presos y dar pasos en forma de excarcelaciones son elementos que alimentan la resolución, tanto uno como otro.

«Lo que tenemos en juego no es mejorar nuestra situación, sino la viabilidad del proceso». ¿Soltar el nudo de los presos facilitaría todo?
X.A: Como se ha dicho, el final de la dispersión tiene conexión directa con la aceptación y la toma en consideración de la voluntad de la ciudadanía vasca. El proceso se debe desarrollar en su integridad, y las fuerzas que quieren provocar el bloqueo han escogido el «tema» de presos-exiliados-deportados.

La forma en la que los estados se están empecinando, enrocando, ante reivindicaciones básicas enseña en qué condiciones tendremos que desarrollar el proceso democrático en su integridad, y por tanto que la confrontación democrática deberá ser intensa y larga. ¡Preparémonos! Lo de Bilbo y Baiona demuestra una firme y profunda acumulación de fuerzas. La clave estriba en incidir en todos los capítulos y apuestas del proceso, darse cuenta de la importancia de todas las gotas de agua que agujerearán la piedra, en los pueblos, los distintos ámbitos...

L.G: El final de la dispersión no es solo el final de una urgencia, no es solo influir en un punto o un momento que está atascado. Es también eso, pero su importancia está en materializar el ejercicio de respetar la palabra de Euskal Herria. Avanzar en el tema de los presos puede facilitar la oportunidad de mover otros hilos, podría alimentar la valentía de todas las partes, además de acelerar el proceso; sobre todo diríamos que lo asentará y dará profundidad. Ahí estriba su importancia.

El grupo de mediadores [de EPPK] está en contacto con los agentes y ha dado a conocer que ha tenido una buena acogida. ¿Qué pedirán a esos agentes?
X.A: Los mediadores de EPPK están actuando y nos alegramos. Han respondido con responsabilidad a lo solicitado. Estamos ansiosos de escuchar directamente a esos agentes, y quisiéramos que también escucharan nuestras ideas y propuestas directamente, sin mediadores. Pensamos que la relación directa puede tener una fuerza multiplicadora para conectar al Colectivo con la ciudadanía vasca. Estando en Euskal Herria, sería mucho más fácil.

L.G: En la medida en que son sujetos de la ciudadanía, los agentes juegan un papel importante. No les pediremos que compartan nuestra posición política, respetamos la de cada cual. Lo que les pedimos es que se conviertan en una fuerza influyente para que los derechos de los presos sean respetados. Que se den cuenta de la importancia que tiene apoyar los derechos de los presos y que hagan concienciarse a la ciudadanía. Que fomenten que los dirigentes políticos se impliquen en el proceso. Los portavoces están listos para compartir  reflexiones con partidos y agentes vascos. El asunto es que las administraciones no pongan trabas.

Puede intuirse que hay un cambio sobre este tema dentro del PSE. ¿Cómo lo valora EPPK?
X.A: Han dado algunos pasos en ciertos ayuntamientos mostrando la conformidad con acabar con la dispersión y con excarcelar a los presos enfermos, y nos ha llegado algún mensaje sobre la necesidad de cambiar de política carcelaria. La cuestión ahora es que esas palabras sean el reflejo de una voluntad sincera. El PSE está fuera del poder en Hego Euskal Herria y también en Madrid. Creemos que tienen un espejo en ciertos pasos de algunos electos del PSF. Esa voluntad abriría nuevas opciones, porque esta situación no sería prolongable si el PSE, junto al PSN, así lo quisiera.

¿Qué tendría que hacer Iñigo Urkullu desde Lehendakaritza en la cuestión de los presos? ¿Y el PNV?
X.A: El PNV tiene una gran responsabilidad en el asunto de los presos vascos ante la ciudadanía vasca. Como Urkullu admite, han hecho muchas gestiones en los palacios españoles que tienen mucho que ver con la actual situación. Es decir, con la permanente vulneración de derechos. Una política que ha provocado numerosas muertes.

Lo que Urkullu tiene que hacer es lo que pide este pueblo, lo que ha reivindicado con una mayoría muy amplia. Cumplir y hacer cumplir lo que se ha reafirmado en el propio Parlamento de Gasteiz: «Euskal presoak Euskal Herrira!». Al menos, no estropear su juramento bajo el árbol de Gernika. Y darse cuenta de la dimensión de la responsabilidad que tiene el PNV en la puesta en marcha y desarrollo de la dispersión, haciendo caso a su base social.

L.G: Tiene que implicarse a tope en el proceso político que se ha abierto y buscar acuerdos para una resolución integral completa. Respetando a toda la ciudadanía vasca y, por tanto, tomando como espacio a Euskal Herria en su totalidad. Y por lo que se refiere a nosotros los presos, tomar decisiones políticas eficaces, junto al resto de agentes, que permitan que la dispersión acabe a corto plazo y que haya excarcelaciones.

¿Y qué le piden al frente amplio que se ha formado alrededor de EH Bildu?
X.A: EH Bildu es el resultado fértil de un ejercicio de acuerdo y de suma de fuerzas, y es dueño de una gran responsabilidad debido al éxito que ha tenido. Tiene trabajo para convertirse en fuelle del proceso y garantizar que, más allá de marcas, este tenga como dimensión a Euskal Herria. La clave está en Euskal Herria, para que el proceso se vaya fortaleciendo tirando de las nuevas oportunidades y condiciones abiertas por el Acuerdo de Aiete y la movilización popular. En su integridad.

EH Bildu tiene capacidades y responsabilidades enormes en la construcción del acuerdo de las fuerzas políticas y sociales. A partir de la madurez que ha mostrado, enlazará los esfuerzos de las instituciones y los compromisos de la calle con generosidad y con firmeza. Tendrá que esforzarse a fondo para que la primavera vasca que tiene que gestar este nuevo tiempo acabe floreciendo. Y también para que acabe la dispersión.

L.G: Teniendo en cuenta la representación político-institucional que tiene, le pedimos que tome decisiones y acometa iniciativas para ir conformando y fortaleciendo el proceso. También en el tema de los presos.

¿Cómo valoran la participación de la comunidad internacional en el proceso político vasco?
X.A: Comparándola con procesos anteriores, la implicación internacional es importante y para alegrarse. Si le sumamos que las personalidades y organismos que están participando son de primer nivel, confirma el interés internacional por la resolución del conflicto. Han topado con grandes dificultades, con la actitud negativa de Francia y España. Tendrán que utilizar las otras herramientas que existen en el ámbito internacional para conseguir pasos.

L.G: En el ámbito internacional, pero sobre todo en Euskal Herria, el amplio eco y la adhesión a la vía de Aiete prueban la viabilidad de la hoja de ruta marcada. Miramos con gran interés y expectativa al camino, a la organización del Foro Social y a los ejes de trabajo que resultarán de ahí. En nuestra opinión, ese camino debe ir adelante desde el ámbito internacional, pero sobre todo con el apoyo de la ciudadanía vasca. Nosotros también nos colocamos ahí, preparados para profundizar en esa vía. Con ese objetivo, hemos dado el sí a la invitación formulada por el Foro Social, para que la interlocución de EPPK pueda tomar parte directamente. De hecho, hemos formulado la solicitud a la Administración.

El Tribunal de Estrasburgo revisará el día 20 la sentencia de Inés del Río y, en consecuencia, la doctrina 197/2006. ¿Cómo se debe preparar la gente para los dos escenarios posibles, es decir, que se mantenga el sentido del fallo del año pasado o, al revés, que sea en contra?
X.A: Hay que tener en cuenta los dos escenarios y preparar la respuesta para ambos. Estrasburgo se posicionó, y lo hizo además de modo completo. Nadie entendería ahora una decisión negativa. El tribunal dice que se están vulnerando los derechos básicos de los presos, pero además en la clave del proceso político la lectura es muy negativa y peligrosa si se defiende la doctrina. El Tribunal de Estrasburgo lo sabe y lo tendrá que valorar.

España ha tenido una reacción tan virulenta para que el recurso fuera aceptado a trámite, utilizando una presión directa de alto nivel –con lo que el asunto se ha atrasado y la vulneración de derechos de los compañeros se ha prolongado–, que también tenemos que tener en cuenta el otro escenario. El Gobierno español también hace su lectura en clave de proceso.

L.G: No es una simple batalla jurídica. Hay un interés político profundo. Estrasburgo puede marcar un punto de inflexión en la política carcelaria que lleva Madrid. El Gobierno tendría la tentación de no aplicar una decisión contraria, de inventar excusas y triquiñuelas. La ciudadanía vasca y los responsables políticos tendrán entonces que mostrar fuerza suficiente para impedirlo. Para poner fin a la grave vulneración de derechos que se está produciendo de facto y para excarcelar inmediatamente a todos los compañeros, porque el daño que se ha provocado ya es increíble, irreparable. Como esto puede tener consecuencias políticas de más largo alcance, hay mucho que ganar de cara al futuro.

Visto que no hay pasos adelante por parte de los gobiernos español y francés, ¿cómo están los ánimos de los miembros de EPPK? En la entrevista del pasado abril indicaban que estaban esperanzados en la nueva situación, ¿continúan igual?
X.A: Sabíamos que la apuesta no era fácil. No quieren dar pasos, aunque tienen sobre la mesa una oportunidad política como nunca. Siguen con las detenciones, juicios y condenas sin dar el mínimo paso positivo. Dejan claro así que están contra la solución y que para eso nos quieren utilizar a los presos, como secuestrados políticos para chantajear al pueblo.

L.G: La lucha de tantos años nos ha llevado a pensar y actuar con prudencia y por eso los ánimos continúan ahí. Siempre hay que tener esperanza, pero solo con eso no hacemos nada, la esperanza por sí sola no cambia la situación. La determinación en la lucha guía nuestra cabeza. Y podríamos decir que está reforzada. Tenemos confianza en nuestras fuerzas y también en las de la ciudadanía vasca.

A tenor de las declaraciones, la colisión entre el ministro Manuel Valls y los electos de Ipar Euskal Herria es muy notoria. ¿Cómo se entiende esto?
X.A: Desde París dicen una y otra vez que se alinean al lado de España, se presentan como fiel colaborador con España, pero Francia mira también sus propios intereses cuando le niega la existencia política a Euskal Herria. Francia es un agente de primer orden en el conflicto. No faltan ejemplos de su implicación directa. No puede desviar su problema político ni la realidad de las consecuencias del conflicto, y tendrá que implicarse con responsabilidad en el proceso de resolución.

L.G: Parece que el ministro Valls o la posición que representa han fijado la del Gobierno francés, poniendo fin así a las sensaciones de algunos meses. En Ipar Euskal Herria, desde Aiete hasta ahora les ha surgido un problema. Se ha construido un consenso político amplio de la izquierda a la derecha, que valoramos como muy importante.

Como se ha dicho ya, el meollo para responder al bloqueo está en Euskal Herria. En Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa está tomando cuerpo una forma de actuar muy válida. Se le está dando un gran impulso al proceso, con compromisos concretos, priorizando los espacios de trabajo en común. Dando forma a un acuerdo que hay que trabajar y consensuar teniendo en cuenta todo el proceso. El propio reconocimiento de Euskal Herria, el final de la dispersión, la experiencia permanente de diálogo entre diferentes, cada uno con sus formas y en su espacio, activándose y apoyándose. El Foro de Baiona es pionero. Están en juego la posición hacia el reconocimiento territorial y la respuesta del pueblo.

A la piedra que rueda no se le adhiere el musgo. El camino se dibuja con pasos. Hemos partido hacia la construcción de un terreno de juego democdrático. EPPK está dando pasos y dará más. Con la ciudadanía vasca, con Euskal Herria como meta, con Euskal Herria en el corazón. Lortzen ari garena, lortuko duguna!