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La fumata negra anuncia que la primera reunión del cónclave concluye sin acuerdo

El humo de la primera fumata del cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI ha salido negro, lo que indica que no ha sido elegido el nuevo Papa tras la primera votación realizada por los 115 cardenales electores del Colegio Cardenalicio que esta tarde se han encerrado en la Capilla Sixtina.

La fumata negra, en la chimenea de la Capilla Sixtina. (Tiziana FABI/AFP PHOTO)

Con la fumata negra ha terminado el primer día de cónclave, que ha dado comienzo a las 10.00 con la Misa Pro Eligendo Romano Pontífice, presidida por el cardenal decano Angelo Sodano y concelebrada por los 115 cardenales electores en la Basílica de San Pedro, ante la atenta mirada de más de 20.000 fieles.

Los cardenales volverán a reunirse este miércoles por la mañana para realizar dos votaciones más y en caso de que ningún cardenal obtenga los dos tercios de lo votos, saldrá la segunda fumata negra sobre las 12.00. En este caso, por la tarde, volverán a encerrarse en la Capilla Sixtina donde tendrán lugar dos escrutinios más, al final de los cuales, si ninguno resulta positivo, saldrá la tercera fumata negra.

Si, por el contrario, en alguna de las votaciones de este miércoles algún cardenal consigue la mayoría cualificada de dos tercios, entonces la fumata blanca se podría adelantar y salir, o bien entre las 10.30 y las 11.00 o entre las 17.30 y las 18.00.

En caso de que al final del segundo día de cónclave, la sede siga estando vacante, los cardenales se retirarán una vez más a la Casa Santa Marta. Los días siguientes, se seguirá el mismo proceso de votación y si al tercer día aún no ha salido la fumata blanca, los cardenales tendrán un día de pausa para la oración y el libre coloquio.

Si tras cuatro series de escrutinios no se obtuviera resultado positivo, entonces, según el Motu Proprio publicado por Benedicto XVI, los cardenales podrán votar entre los dos más votados en el último escrutinio aunque no por mayoría sino que de nuevo se deberán alcanzar «al menos» los dos tercios de los votos.

Durante todo el proceso, los 115 cardenales deberán cumplir con el juramento hecho este martes según el cual se comprometen a «observar con la máxima fidelidad» el secreto sobre todo lo relacionado con la elección del nuevo Papa, tanto durante como después de la elección; juran no favorecer ninguna interferencia, y cada uno promete, en caso de ser elegido, desempeñar fielmente el 'munus Petrinum' de Pastor de la Iglesia Universal.