Fagor Electrodomésticos solicita preconcurso de acreedores
Fagor Electrodomésticos ha presentado preconcurso de acreedores en el Juzgado Mercantil número 1 de Donostia y ha iniciado el proceso de refinanciación de su deuda, según ha informado la compañía. Esta mañana ha notificado la decisión a los representantes de los trabajadores. Ahora deberá decidir cómo gestionar los 2.000 operarios que en estos momentos se encuentran en plantilla. De momento, las plantas permanecerán cerradas e irán al paro.
La Corporación Mondragón no ha logrado finalmente la financiación necesaria para hacer frente a su abultada deuda. Fagor Electrodomésticos necesitaba 120 millones de euros para evitar el concurso de acreedores. Sin embargo, no ha habido acuerdo y la dirección de la empresa ha decidido finalmente que presentará preconcurso de acreedores. Esta mañana ha comunicado la decisión a los representantes de los trabajadores y ya por la tarde, ha hecho pública una escueta nota en la que informa de que ha comunicado al Juzgado de lo Mercantil número 1 de Donostia «el inicio de las negociaciones para alcanzar un convenio anticipado de restructuración de deuda, al amparo de lo previsto en el artículo 5.3 de la Ley Concursal».
La nota añade que a partir de ese momento la empresa dispone de «un plazo de hasta cuatro meses para ampliar las vías de negociación necesarias para alcanzar un acuerdo con sus acreedores, iniciadas semanas atrás con la Corporación Mondragón, el Gobierno de Lakua, la banca acreedora y el resto de acreedores para afrontar los pagos inmediatos que permitirían normalizar la actividad de Fagor».
Los trabajadores, al paro
Fagor Electrodomésticos cuenta con cerca de 2.000 empleados en plantilla y deberá decidir ahora cómo gestionar su futuro. De momento las plantas de electrodomésticos permanecerán cerradas y los trabajadores irán al paro, según han informado en Arrasate.
En el primer semestre del año tuvo unas pérdidas de 66,8 millones de euros. Ante la gravedad de la situación, en mayo, la Corporación Mondragón aprobó la creación de un Fondo de Reestructuración y Empleo Societario (FRES) dotado de 70 millones de euros para garantizar la viabilidad de la compañía. Los socios dieron luz verde a una rebaja salarial del 6%, que se sumó a la del 14% que ya afrontaban los trabajadores.
El lehendakari Urkullu advirtió de que cualquier inyección económica debe ajustarse al marco legal.