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El PP hace valer su rodillo para aprobar la reforma educativa

El Pleno del Congreso ha aprobado este jueves la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) con el único apoyo del PP, que ha hecho valer su mayoría absoluta. El resto de formaciones con representación parlamentaria han votado en contra a excepción de UPN, que se ha abstenido.


La Cámara Baja ha dado luz verde a la reforma liderada por el ministro José Ignacio Wert tras aprobar los cambios introducidos en el Senado y votar a favor de la norma 182 diputados, en contra 143 y abstenerse los dos de UPN. Wert ha intervenido para agradecer las aportaciones de los grupos durante el trámite legislativo y ha citado el Eclesiastés –libro del Antiguo Testamento– para señalar que «hay un tiempo para destruir y un tiempo para construir», añadiendo que es su deseo que haya terminado el primero para dar paso al segundo.

No parece ser esa la voluntad del resto. De hecho, durante el debate, la mayoría de los grupos de la oposición ha reiterado su compromiso de derogar la nueva normativa cuando cambie la mayoría parlamentaria y algunos han anunciado su intención de recurrirla ante el Tribunal Constitucional, algo que también hará el Ejecutivo de Lakua.

La Lomce cuenta con un extenso rechazo tanto político como social desde la presentación de su primer borrador en setiembre de 2012. Una vez que llegó el proyecto de ley al Congreso en verano, los grupos de la oposición presentaron 11 enmiendas a la totalidad, que pedían la retirada de su texto, y que fueron tumbadas por el PP el 16 de julio. Un día después, toda la oposición, salvo UPyD, UPN y Foro de Asturias, selló un documento de compromiso para derogar la Lomce cuando el PP salga del Gobierno.

Esta ley supone la modificación de la actual LOE, aprobada por el Gobierno del PSOE en 2006. Entre las novedades de la nueva normativa, destaca la introducción de evaluaciones «nacionales» al final de cada etapa, diseñadas por el Gobierno de Madrid. Además, las asignaturas estarán agrupadas en tres bloques: troncales, específicas y de libre configuración. El horario y currículo de las primeras lo definirá el Ejecutivo, mientras que las comunidades autónomas se encargarán de las específicas.

La Lomce se aplicará en la ESO en los cursos 2015-16 y 2016-2017 para primero y tercero cursos y para segundo y cuarto, respectivamente, y la primera evaluación final de ESO, necesaria para obtener el título, se realizará en el año 2017. En Bachillerato, la reforma comienza para el primer curso en 2015-2016, y para el segundo en 2016-2017, y su primera evaluación final será también en 2017. La selectividad, que se suprime, se mantiene, no obstante para los alumnos que quieran acceder a la Universidad antes del curso 2017-18.

Bertso de Maite Aristegi

Durante el debate previo a la votación, la diputada de Amaiur Maite Aristegi ha mostrado su rechazoa la nueva ley con un bertso el que ha asegurado que «no dejaremos que la Lomce entre en nuestras aulas». Isabel Sánchez (PNV) ha anunciado que la CAV no renunciará a «su sistema educativo de éxito» y ha asegurado que algunos artículos son inconstitucionales.

Invade competencias, es españolizadora, reaccionaria, clasista, ataca el modelo de inmersión lingüística de las comunidades con lengua cooficial, minusvalora a la educación pública frente a la concertada-privada, no es laica y defiende la educación diferenciada por sexos son algunas de las críticas que se han podido escuchar. «Es una ley que está muerta antes de publicarse en el BOE», ha subrayado el diputado del PSOE Mario Bedera.

La votación de la Lomce ha coincidido en la Cámara Baja con la de la petición de reprobación al ministro español de Educación, José Ignacio Wert, por su gestión, defendida por el PSOE con el apoyo de la mayoría de la oposición, pero que ha sido rechazada por la mayoría parlamentaria del PP.

UPN respalda al ministro, la vicepresidenta se equivoca

Coincidiendo con la aprobación de la ley se ha votado también una moción del PSOE para reprobar al ministro Wert. La propuesta ha sido rechazada por el PP, que en este caso ha contado con el apoyo de UPN. La vicepresidenta del Gobierno de Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, ha protagonizado la anécdota de la jornada al votar por error a favor de la reprobación de su compañero de filas.