Reiniciado el diálogo para una gran coalición soberanista y de izquierdas
La posibilidad de una coalición plurinacional de fuerzas de izquierda y por el derecho a decidir para las europeas vuelve a escena tras descartarse por completo un frente exclusivamente catalán. ERC y EH Bildu se situarían a la cabeza si esta opción cuaja, junto a fuerzas gallegas como BNG y quizás la Anova de Xosé Manuel Beiras. En cualquier caso, ayer no hubo avances significativos. ERC anuncia que decidirá el 1 de febrero y que por ahora lo ve «difícil».
Aunque no se esperan decisiones antes del 1 de febrero, la opción de una gran coalición para las elecciones europeas que abandere el derecho a decidir y políticas de izquierda transformadoras vuelve a estar sobre la mesa. Los contactos se retomaron ayer con una reunión entre algunas fuerzas en Barcelona, siguiendo la senda de la declaración de intenciones suscrita en diciembre en Bilbo por EH Bildu, ERC y BNG.
En las conversaciones participan estas tres fuerzas muy representativas en sus respectivas naciones sin Estado, pero no son las únicas que tienen las puertas abiertas. EH Bildu ya anunció al inicio de este proceso que se había puesto en contacto en Catalunya con ERC, CUP y Solidaritat; en Galiza, con BNG y Anova; y en Mallorca, con el PSM. También ha tendido la mano a formaciones como Izquierda Castellana, NOS-UP, Red Roja y el Bloque Independentista de Cuchas (Aragón), y aspira a tener relación con formaciones canarias, asturianas, andaluzas y de otros puntos del Estado que hace cinco años apoyaron a Iniciativa Internacionalista de una u otra forma.
En esa declaración de intenciones firmada el 16 de diciembre, las tres fuerzas citadas no concretaban una coalición, pero sí adelantaban su voluntad de «explorar las vías más efectivas de colaboración entre nuestras naciones» de cara a las elecciones de mayo. El objetivo final conjunto se fijaba en reivindicar «una Europa que reconozca el derecho de las naciones a decidir libremente su futuro», a través de «una alianza amplia por el derecho de los pueblos a decidir su futuro», y que además dé impulso a «la transformación del modelo socio-económico».
El reinicio de los contactos no permitió vislumbrar si llegarán a buen puerto. Las mayores reticencias parecen situarse en ERC, que fue la única que salió a la palestra para anticipar que ve «difícil» cerrar la entente, aunque las conversaciones seguirán en los próximos días. No hay mucho margen, ya que su Consell Nacional tiene previsto decidir sobre el tema el próximo sábado, 1 de febrero.
Esta coalición aparecía como probable en los discursos de los diferentes partidos desde noviembre. Sin embargo, al socaire del acuerdo entre los partidos catalanes -el 12 de diciembre-, que puso fecha y pregunta a la consulta, en Catalunya surgió una segunda opción que pasó rápidamente al plano principal. Dado que esta consulta requiere una unidad de acción -y más aún cuando el plan B soberanista en caso de veto estatal es acudir a unas elecciones plebiscitarias-, los partidos catalanes decidieron sopesar la posibilidad de ir juntos ya en estas europeas de mayo, lo que evitaría entrar en una pugna electoral entre ellos a apenas seis meses de la votación fijada para el 9 de noviembre.
De este modo, la vía de una coalición plurinacional quedó en stand by, a la espera de si cuajaba la opción de un frente nacional catalán para las europeas. Entrado ya enero, esta posibilidad se fue enfriando al imponerse otros cálculos que entendían que en esa fase todavía será mejor acumular fuerzas a través de varias opciones electorales diferentes. Es la misma lectura que finalmente ha hecho que ERC no entre en un gobierno de coalición con CiU: Esquerra considera que de cara a Europa tiene más fuerza simbólica que la demanda soberanista sea apoyada tanto por la derecha como la izquierda, por Govern y oposición a la vez.
A ello se le sumó que ni UDC -socio minoritario de CiU- ni ICV ni la CUP se inclinaban por una coalición catalana para las europeas. Así las cosas, anteayer era Oriol Junqueras, líder de ERC, quien cerraba ya totalmente esa puerta. «Ante la complejidad de formar una lista conjunta con todos los que estamos comprometidos con la democracia y la consulta del 9 de noviembre, lo mejor para preservar la transversalidad del proceso, que es una de sus principales fortalezas, es no dejar fuera a nadie. Es preferible sumar cada fuerza el máximo de votos posibles y adoptar el firme compromiso de trabajar conjuntamente en el Parlamento Europeo en favor de la mayoría social y política».
Decisiones por separado
Antes de decantarse por una u otra coalición, lo que sí ha hecho ERC es designar a su cabeza de lista. Se trata del filósofo y catedrático de la Universidad de Girona, Josep Maria Terricabras, que acredita un marcado perfil de izquierdas.
Por su parte, EH Bildu anticipó en noviembre que la coalición afrontaría este proceso unida, tras la reflexión hecha por cada uno de los partidos en solitario. Como adelantó GARA, decidió también que sea cual sea la fórmula final tendrá sus papeletas propias, con los nombres de los candidatos vascos de la lista, así como lemas y campaña específica.
El frente catalán, descartado incluso con una lista liderada por la sociedad civil
Anteayer por la noche, el presidente de ERC, Oriol Junqueras, verbalizó lo que era un secreto a voces en Catalunya: no habrá coalición entre ERC y CiU para las elecciones europeas de mayo. La idea de una gran coalición conjunta, lanzada por agentes sociales como la Assemblea Nacional Catalana (ANC), tomó fuerza a mediados de diciembre, cuando CiU, ERC, ICV-EUiA y CUP sellaron el acuerdo sobre la pregunta y la fecha de la consulta. Sin embargo, los dos últimos descartaron rápidamente participar en una gran coalición catalana, por lo que las negociaciones quedaron en manos de CiU y ERC.
Públicamente solo CDC pareció apostar decididamente por la coalición, defendiendo una única voz catalana en Europa y con el objetivo poco confesable de no medirse a una ERC que, según las últimas encuestas públicas, podría superar por primera vez al nacionalismo conservador. Sin embargo, dentro de la propia CiU, Unió no veía con buenos ojos una coalición con Esquerra -el líder del partido, Josep Antoni Duran i Lleida, ha calificado en más de una ocasión a ERC como enemigo-.
Al mismo tiempo, para los republicanos era un hándicap la insistencia de Unió por llevar como candidato a Salvador Sedó, eurodiputado muy cercano a Duran i Lleida y miembro del grupo parlamentario del PP europeo. Asimismo, para ERC, una coalición catalana sin la CUP y sin ICV-EUiA perdía valor.
La última propuesta fue la confección de una lista conjunta con personalidades de la sociedad civil a la cabeza. Tras varias reuniones, la idea tampoco cuajó, por lo que ambas formaciones decidieron de mutuo acuerdo finalizar las negociaciones. Así lo anunció el jueves Junqueras, que confió en que cada partido pueda llegar a más personas por separado, con la esperanza de que después en el Parlamento Europeo defiendan conjuntamente el derecho a decidir de Catalunya, como lo han hecho durante esta legislatura Tremosa, el eurodiputado de ICV-EUiA, Raul Romeva, y el propio Junqueras, cuando ocupó el escaño compartido con EA y BNG.
CiU no se pronunció ayer sobre el asunto, aunque respondió filtrando una encuesta interna con el objetivo de quitar peso al argumento de que no quieren medirse con ERC en las europeas. Según esta encuesta, CiU conseguiría cerca del 25% de los votos en Catalunya, frente al 20,2% o 21% que conseguiría ERC. Beñat ZALDUA
El PNV espera cerrar un acuerdo con CiU, aunque la relación actual es fría
Tras la confirmación de que no habrá coalición catalana, el PNV espera poder reeditar su habitual entente con CiU. Su presidenta en Bizkaia, Itxaso Atutxa, lo presentó ayer como «un acuerdo natural» y afirmó que ya han tenido contactos estas semanas. Sin embargo, desde CiU por ahora impera el silencio, y es un hecho constatado que la relación entre ambas fuerzas se ha enfriado notablemente. Los catalanes no se lo han reprochado públicamente a su habitual socio vasco, pero echan en falta mayor apoyo a su apuesta soberanista por parte del PNV.
En una entrevista concedida a Europa Press, Itxaso Atutxa defendió ayer que el contacto de su partido con CiU «nunca ha cesado» porque «históricamente tenemos buenas relaciones».
Añadió también que «en los últimos meses es un tema que, con muchísima frecuencia, ha sido motivo de llamadas, encuentros y reuniones. Por lo tanto, estamos con esa fase abierta desde hace muchos meses». Sin embargo, el pasado domingo en una de las entrevistas concedidas a diarios el presidente del partido, Andoni Ortuzar, solo daba por segura la entente con Coalición Canaria y Compromiso por Galicia, que reúne a grupos escindidos del BNG, con quien concurrió en 2009 y que ahora está dialogando con ERC y EH Bildu. Se trata de una fuerza que obtuvo menos de 15.000 votos en las elecciones gallegas de 2012. Coalición Canaria sí arrastra más voto (96.000 obtuvo la coalición en las islas en las europeas de 2009).
A la espera de cómo se decante CiU, Atutxa dice que la decisión catalana «a nosotros nos posiciona donde estábamos. Tampoco habríamos tenido ningún problema para abordar un posible acuerdo con CiU si también ERC hubiera estado. Creo que somos un partido que también podría llegar a acuerdos con otros, y en este caso, con ERC», apuntó la burukide vizcaina. R.S.