La Querella Argentina presenta nuevas denuncias, entre ellas la de una mujer presa en Saturraran
Siete asturianos han entregado a la jueza argentina María Servini sus denuncias en el marco de la causa que investiga los crímenes del franquismo. Entre ellas se encuentra la de una mujer que estuvo presa en la cárcel de Saturraran.
Siete asturianos, entre ellos familiares de desaparecidos y fusilados durante la dictadura franquista, y víctimas directas de la represión y la tortura del régimen fascista, han acudido hoy al consulado de Argentina en Madrid, en el marco de la causa que investiga los crímenes del franquismo, instruida por la jueza María Servini.
Entre las demandas que han entregado al cónsul para que las haga llegar a la jueza está la de una mujer, Josefa Ávila Álvarez, cuyo marido, José Abargues Perles, fue condenado a muerte y fusilado en setiembre de 1939. Josefa Ávila, embarazada y con seis hijos, estuvo presa en Pravia y Uviéu, donde dio a luz a su última hija, y después fue encarcelada en Saturraran, donde estuvo hasta abril de 1943. Dos de sus nietas serán las encargadas de explicar el relato de esta mujer y de su familia.
Además del de Josefa Ávila, se han denunciado los casos de Aida Alvaré y José Martínez Vázquez; Clemente Amago López-Villar, Jesús Fernández Pérez, Manuel José García Valle y José’l Gallegu, Faustino Sánchez García, Vicente Gutiérrez Solís y Anita Sirgo Suárez.
Uno de los denunciantes, José Miguel Suárez, ha explicado que de las demandas presentadas se distinguen dos tipos: por un lado, las de personas que sufrieron torturas y represión de la dictadura y, por otro, las denuncias de nietos que perdieron a sus familiares.
Otra de las personas que ha viajado desde Asturias a Madrid es Vicente Gutiérrez Solís, que se significó por su labor en el Partido Comunista en los pozos mineros desde 1955.
«Como aquí no se ha hecho justicia, ni se ha juzgado ni condenado al régimen franquista la única vía que tenemos es venir aquí, al consulado, para que Argentina juzgue los hechos», ha señalado en declaraciones a Efe.
Gutiérrez ha explicado que él y otros compañeros sufrieron numerosas detenciones y palizas cuando hacían huelga en la mina, circunstancias que le llevaron a escapar al Estado francés, lo que no le libró de más palizas y detenciones que continuaron hasta 1977.