Juan Carlos de Borbón afirma que su hijo «encarna la estabilidad, que es seña de identidad de la Corona»
En un mensaje grabado, Juan Carlos Borbón ha dado a conocer los motivos de su abdicación tras comunicárselo al presidente del Gobierno español. Ha dicho que empezó a pensar en el relevo en enero, cuando cumplió 76 años, que su hijo Felipe «encarna la estabilidad, que es seña de identidad de la institución monárquica» y que tiene «madurez, preparación y el sentido de responsabilidad necesarios para asumir jefatura de estado».
En un mensaje de cinco minutos emitido por televisión pasadas las 13.00, Juan Carlos de Borbón afirma que empezó a pensar en su sucesión en enero, cuando cumplió 76 años.
Con «singular emoción», el monarca español ha explicado que ha decidido abdicar en favor de su hijo para que este pueda «abrir una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación».
«Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando», ha señalado.
Tras señalar que ha querido ser «el rey de todos los españoles», ha enmarcado su decisión en un contexto en el que «la larga y profunda crisis económica» ha originado «serias cicatrices en el tejido social», si bien ha añadido que al mismo tiempo se abre «un camino de futuro cargado de esperanza».
El monarca entiende que «una generación reclama con justa causa el papel protagonista» y que por ello «merece pasar a primera linea una generación mas joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando y a afrontar con renovada intensidad y dedicación los desafíos del mañana».
En ese sentido, ha indicado que su hijo Felipe «encarna la estabilidad, que es seña de identidad de institución monárquica» y que tiene «madurez, preparación y el sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la jefatura del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación». A su juicio, el heredero «se encuentra en inmejorables condiciones de asegurar esa estabilidad».
Por todo ello, «guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles y una vez recuperado tanto físicamente como en mi actividad institucional, he decidido poner fin a mi reinado y abdicar la Corona de España, de manera que por el Gobierno y las Cortes Generales se provea a la efectividad de la sucesión conforme a las previsiones constitucionales» concluye el mensaje.