Más de 150.000 personas participan en una cadena humana histórica por el derecho a decidir
La cadena humana organizada por Gure Esku Dago ha dejado este mediodía una impactante y emotiva fotografía para la Historia en Euskal Herria. Superando todas las expectativas, más de 150.000 ciudadanos han entrelazado sus manos entre los 123 kilómetros que separan Iruñea y Durango por el derecho a decidir. En un ambiente festivo y reivindicativo, en algunos puntos se han formado dobles cadenas humanas, dada la masiva afluencia de participantes. En su mensaje final, los organizadores han remarcado que «a este pueblo le ha llegado el momento de escribir las palabras ‘futuro’, ‘juntos’ y ‘decidir’.
El 8 de junio de 2014 será una fecha señalada en la Historia de Euskal Herria y un hito en el camino hacia el derecho a decidir. La cadena humana impulsada por la dinámica Gure Esku Dago ha roto todas las expectativas y ha dejado una impactante fotografía entre Iruñea y Durango, con más de 150.000 vascos y vascas –según los datos ofrecidos por la organización– y también de otros lugares que han querido con su presencia contribuir a que la reivindicación del derecho a decidir de este país llegue a todo el planeta.
Iñaki Gorritxategi, niño de la guerra de 83 años; Maribi Estankona, andereño y fundadora de la ikastola de Durango de 71 años; , Rakel Odiaga, trabajadora de Berbaro y miembro de Gure Esku Dago de Durango; Peru Arrasate, estudiante de periodismo de 20 años; Xabier Barreña, de la Bertso Eskola de Durango de 14 años; e Izar Zubiaga, de 7 años, han formado el primer eslabón de la cadena humana, en el kilómetro 1, en Landako.
Entrelazando sus manos con las de miles y miles de personas, la reivindicación del derecho a decidir se ha extendido durante 123 kilómetros hasta Iruñea, donde les esperaban en el último kilómetro la iruindarra Amaia Arrieta, en paro y madre de tres hijos; Marcela Abarzuza, iruindarra propietaria de una librería; Libe Urroz, iruindarra de 71 años nacida en Venezuela, hija de un gudari de Eusko Gurarostea; el pensionista Fernando Saralegi; el trabajador de Volkswagen Fernando Saralegi; la trabajadora de Eroski Nerea Aranguren; la catalana Eva Molina; Susana Campaña, granadina afincada en Iruñea; el africano Yuseef, cuyos hijos estudian en el modelo D, y otras muchas personas anónimas, protagonistas principales de este evento histórico que con su presencia han escrito una nueva página en la Historia de este país.
El momento culminante ha llegado de 12.00 a 12.30, cuando todos los eslabones se han unido y se ha conformado la gran cadena humana. En un ambiente festivo, los participantes han dado cuerpo a la iniciativa y han permanecido unidos durante media hora. En algunos puntos la cadena ha sido doble, dado que no cabían todos. Las «olas» se han sucedido de forma permanente a lo largo del recorrido, donde los mensajes a favor del derecho a decidir han sido numerosos. En Goierri, los segalaris han cortado la hierba de una campa donde se podía leer ‘Erabakitzeko eskubidea’, mientras que el mensaje se repetía en las faldas de Udalaitz.
Mensaje final
En el mensaje común que se ha leído en Bergara, Durango, Iruñea, Lazkao y Etxarri Aranatz, los organizadores han remarcado que más que una iniciativa, Gure Esku Dago es «una actitud, la actitud que toma la ciudadanía ante su futuro y de unas personas que toman conciencia de que el futuro está en sus manos».
Han abogado por la participación de «todas las personas de este país» para decidir «qué queremos ser», porque «lo normal es poder decidir» Han apelado a la «legitimidad democrática» para hacer «viable» esa decisión y han defendido que a la ciudadanía vasca le corresponde ahora «construir la base que garantice que esa decisión, cualquiera que fuese, sea realizable».
«Esa base se llama democracia. Si somos 3.000.000 de personas, la legitimidad que darán esas personas al ejercicio del derecho a decidir es la que convierte a esta en una decisión que se puede materializar», han destacado.
Gure Esku Dago ha llamado a «seguir avanzando para convertir la ilusión en actitud y esta en decisiones».
Tras señalar que «las personas que hemos entrelazado nuestras manos somos testigo de la creación de esa nueva ilusión. Pero, aquí hemos llegado gracias al trabajo realizado en cada pueblo y barrio. Lo que hoy proclamamos mañana será una realidad gracias a esta red ciudadana», han insistido en que «a este pueblo le ha llegado el momento de escribir las palabras ‘futuro’, ‘juntos’ y ‘decidir’».
«Para que las manos que hoy se han unido la cadena mañana puedan decidir, debemos incidir en este camino. Es momento de difundir esta confianza y trabajo en común a cada rincón de este pueblo. Porque esa será la clave para lograr que la decisión sea legítima y lo legítimo sea realidad», han apostillado.
Dos horas antes
Desde primera hora de la mañana las imágenes que han llegado desde todos los municipios y ciudades de Euskal Herria son un fiel reflejo del deseo del pueblo vasco de ser dueño de su futuro, de poder decidir libremente. 2.500 voluntarios se han encargado de que todo saliera como estaba previsto.
La imagen ha sido espectacular, además de por el número de personas que se han movilizado, también por la diversidad de gentes que se han sumado a la cadena humana. Familias enteras han puesto sus pies (y sus corazones) en la carretera para no dejar pasar la oportunidad de participar en esta relevante jornada. Entre ellas, una familia que ha viajado a Euskal Herria desde Boise.
Algunos, que han acudido con los más pequeños de la casa, han tenido que ampliar la infraestructura. Furgonetas, sombrillas, neveras, carritos... todo lo que hiciera falta para poder estar presentes en la cadena humana.
900 autobuses llenos de esperanza y miles y miles de vehículos privados se han trasladado a los 123 kilómetros que separan Durango e Iruñea. La ilusión ha sido palpable en todo el recorrido, donde el ambiente festivo ha sido el protagonista en las horas previas de espera antes de que comenzase la cadena humana.
El sol ha acompañado, y mucho. A veces demasiado. Pero el tiempo no ha sido impedimento para establecer el «campamento» en una cuneta, un parque o simplemente, allá donde se ha podido. Bebidas, hamaiketako y la espera ha sido mucho más llevadera. La música también ha ayudado a los ciudadanos que ya desde sus casa han llevado cargada la mochila con el deseo de poder decidir libremente su futuro. Cánticos, trikitilaris, gigantes y grandes ikurriñas han ambientado el recorrido.
La organización ha llevado a cabo los preparativos para la cadena humana en los minutos previos a la gran cita. Ensayos y entrenamientos para esta gran movilización. Tú aquí, este allá, un poquito más cerca, a tu derecha, ahí, ahí… Y por fin ha llegado. Los eslabones se han entrelazado formando una histórica cadena humana durante media hora. Olas por aquí y olas por allá, fiesta e ilusión en un ambiente totalmente reivindicativo. Para el final, lluvia de aplausos de los asistentes.
El camino ha sido el espejo de los rostros de más de 100.000 personas que han protagonizado una imagen que pasará a la historia. Un camino que ya han emprendido los ciudadanos vascos. La cadena humana está formada; solo falta seguir caminando hasta alcanzar los objetivos. Ser dueños de nuestro futuro.