Frenesí policial previo a las protestas por la «ley mordaza»
El fantasma del «terrorismo anarquista» volvió a servir ayer a la Audiencia Nacional y a los Mossos para orquestar una gran operación contra activistas libertarios en Catalunya, en una jornada en la que se multiplicaron las operaciones policiales, también contra los ultras del Frente Atlético y contra una supuesta red yihadista.
¿Qué tienen que ver un anarquista catalán, un ultra del Frente Atlético y una joven musulmán de Ceuta? Nada. Pero por obra y gracia de la Policía y de la Audiencia Nacional españolas, el 16 de diciembre fue similar para los tres, detenidos en tres operaciones policiales que hicieron del día de ayer la delicia de los cronistas de sucesos y el tormento del periodismo, masacrado por las versiones policiales reproducidas a pies juntillas por buena parte de los medios de comunicación. Todo a cuatro días de que la movilización contra la «ley mordaza» del Gobierno español se extienda por ciudades de todo el Estado el próximo 20 de diciembre.
El caso más patente fue el del supuesto «terrorismo anarquista» en Catalunya, un viejo fantasma que ya sirvió en 1909 para condenar a muerte al pedagogo Francesc Ferrer i Guàrdia. Casualidades: el día anterior los gobiernos español y chileno abrieron «una nueva fase de colaboración reforzada en la lucha contra el terrorismo anarquista», según Interior.
Bautizada, quién sabe con qué intención, como ``Pandora'', la operación comenzó pasadas las cinco de la madrugada en la Kasa de la Muntanya, histórica casa okupa de Barcelona.
Bajo las órdenes del juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez, la Policía catalana -que también tumbó la puerta de la casa de dos jubilados por error- registró otros centros sociales de Barcelona como los Ateneos de Sant Andreu y Poble Sec.
Pese al numeroso material requisado, sobre todo ordenadores y teléfonos móviles, los Mossos no detuvieron a nadie en estos registros, que sin embargo fueron los más publicitados, lo que llevó a diversos colectivos libertarios a denunciar el intento de criminalización de estos espacios.
Sin nombre ni detalles
Los diez detenidos en Catalunya -a los que hay que sumar otro en Madrid- lo fueron en sus respectivos domicilios particulares y la Policía les acusa de formar parte de «una organización terrorista de tipo anarquista» a la que no acertaron a poner un nombre, pese a acusarla de estar detrás de «diversos atentados con artefactos explosivos» sobre los cuales no se ofreció ningún detalle, más allá de vagas explicaciones sobre ataques a entidades bancarias.
No fue, como ya se ha avanzado, la única gran operación policial del día en el Estado español. También por la mañana, la Policía española detuvo en Madrid y alrededores a 34 personas supuestamente vinculadas al Frente Atlético, entre los que estarían, según la Policía, los dos ultras responsables de la muerte del seguidor del Deportivo Francisco José Romero, Jimmy. Para acabar la intensa jornada policial, desde otro despacho de la Audiencia Nacional, el juez Santiago Pedraz ordenó la detención de cinco personas, acusadas de reclutar a mujeres jóvenes para integrarse en el Estado Islámico en Siria e Irak.
De esta manera, «terrorismos» y violencias islamistas, anarquistas y neonazis, fueron alternándose alegremente en las portadas de diarios y noticieros a lo largo de toda la jornada, allanando el camino a la justificación de la Ley de Seguridad Ciudadana en términos de populismo punitivo.
Una Ley rebautizada por la ciudadanía como «ley mordaza» y contra la cual se han convocado numerosas concentraciones en todo el Estado el próximo 20 de diciembre.
Una ley, en definitiva, que convertirá en ilegal una manifestación de recorrido espontáneo como la convocada ayer en las calles de Barcelona en solidaridad con los anarquistas detenidos.