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La incógnita de Podemos

Laura Pérez, junto al resto de su candidatura, en la presentación realizada en Iruñea. (Iñigo URIZ / ARGAZKI PRESS)

Si los deseos de la cúpula de Podemos en Madrid se hiciesen realidad Nafarroa sería un agujero negro en el que no se celebrarían elecciones antes del asalto a Moncloa, objetivo estratégico del partido de Pablo Iglesias. El problema es que las cosas nunca suceden como uno desea y la formación morada llega a los comicios forales con una doble incógnita: la primera, sobre sus resultados, ya que las encuestas reparten suerte con tanta diferencia que resulta imposible establecer un patrón. La segunda, si la dirección respetaría el apoyo a un Gobierno del cambio si las matemáticas así lo permitiesen. Por primera vez en la historia reciente de Nafarroa es posible configurar un Ejecutivo alternativo sin la participación del PSN. La duda es si Madrid actuará como antaño lo hizo Ferraz y vetará el cambio. Por el momento, Laura Pérez, candidata y secretaria general en Nafarroa, ya se ha mostrado dispuesta a dejar fuera a tanto a Javier Esparza como a María Chivite, a quienes ubica como representantes de los partidos del régimen. Además, ha asegurado que no aceptará presiones de la dirección de Madrid a la hora de establecer pactos postelectorales.

Podemos ha tenido una corta pero agitada vida en Nafarroa. Las primarias, celebradas en febrero, supusieron un varapalo para la estrategia de la cúpula. Madrid abogó por el entonces portavoz, Joan Bosch, frente a Pérez, e incluso envió a Iñigo Errejón para brindar apoyo explícito. La jugada no salió y la actual secretaria general se impuso por amplia mayoría. Ya entonces los medios afines al régimen navarro habían puesto la lupa en la posibilidad de un Gobierno de cambio que contase con la participación o el voto de EH Bildu y Podemos. Un debate que generó inquietud en la dirección de Madrid, preocupada porque el escenario navarro perjudicase su objetivo de alcanzar el Ejecutivo español. Por eso, la candidatura «oficialista» abogaba por presentarse con una «marca blanca» con la que tener las manos libres a la hora de pactar y castigar lo menos posible las espectativas del partido en el Estado. La propuesta no convenció y finalmente Pérez se hizo con la secretaría general.

La elección de candidatos tampoco estuvo exento de pugna interna. La líder en Nafarroa optó por presentar su propio equipo, lo que provocó la ruptura con quienes le acompañaron en su candidatura por la secretaría general. Pese a la nueva tormenta, Pérez volvió a imponerse. Su lista incluye a personas conocidas en la política del herrialde. Entre ellas, Ainhoa Aznárez, exconcejala del PSN en Iruñea y Tere Sáez, exedil por Batzarre en la capital navarra.

Los resultados de las elecciones europeas, aún sin el concurso de Geroa Bai, demostraron que Podemos puede jugar un papel fundamental frente al bloque de UPN, PP y PSN. Resueltos, por el momento, los conflictos internos, queda por ver cuál será su impacto real en las urnas. Aunque en los últimos meses se han conocido más noticias sobre sus discusiones internas que sobre sus propuestas, lo cierto es que, al menos programáticamente, muchos de sus planteamientos concuerdan con las de otras formaciones presentes en ese bloque del cambio plural. Sin embargo, pende como una espada de Damocles la posición de Madrid y sus cálculos sobre el posible castigo al otro lado del Ebro por pactar con EH Bildu. Al final, aunque con otros protagonistas, se trata de una retórica ya conocida en Nafarroa. En manos de Podemos está cambiar su resultado.

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