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ORIOL JUNQUERAS
PRESIDENTE DE ERC

«A Esquerra le toca poner aceite en los engranajes para lograr el acuerdo»

Oriol Junqueras (Sant Andreu de Palomar, Barcelona, 1969) es un historiador con un papel crucial en un momento histórico para su país. No suelta prenda sobre cuál será la fórmula para el acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP. Pero no duda: habrá pacto.


Pieza clave de Junts pel Sí y alcalde de Sant Vicenç dels Horts (Barcelona), además de presidente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras recibe a GARA en la sede del partido en Barcelona, convencido de que el 27S supone el aval para poner en marcha un proceso que debería culminar con la independencia en un máximo de 18 meses.

¿Satisfecho con los resultados del 27S?

Sí, por supuesto. Es evidente que la suma de Esquerra y Convergència siempre había tenido más diputados que esta vez, pero con la suma de la CUP nos situamos en las cifras tradicionales. Y el hecho de que la CUP sea imprescindible es un elemento positivo. Cuanto más transversal sea este proyecto, mejor. En cuanto a Esquerra, los cambios en el panorama político y social nos han situado en la centralidad política, que no se corresponde al centro ideológico.

Visto lo visto, ¿Junts pel Sí fue la mejor manera de maximizar el resultado independentista?

Es una evidencia que siempre habíamos sido más, pero también es verdad que esta fórmula fue la que, en su momento, garantizó que hubiesen elecciones. Así que asumimos esta fórmula y, además, estamos satisfechos con el resultado.

¿Por qué el acuerdo entre ERC y CDC fue posible en julio y no después del 9N?

Porque se trató de una propuesta muy diferente. El cabeza de lista, los independientes, los compromisos explícitos, la hoja de ruta con fechas concretas, etcétera. Fue una propuesta muy diferente y mucho mejor.

Se ha dicho que Mas amenazó con no convocar elecciones si no aceptaban una fórmula como Junts pel Sí. ¿Es cierto?

Lo que es evidente es que ha habido elecciones y esta lista garantizaba que así fuese. Eso es lo importante.

Volvamos al escenario postelectoral. ¿Qué le pareció el planteamiento de la CUP hace una semana?

A Esquerra le parece muy razonable. Nos sentimos muy cercanos en muchas cosas a la CUP. De hecho, en cuestiones nacionales y sociales decimos siempre cosas muy parecidas.

Dejando a un lado la cuestión de la investidura, ¿cree que CDC asumirá los puntos de ruptura y desobediencia planteados?

Seguro que habrá dificultades, pero son perfectamente superables. Nosotros lo que haremos será poner aceite en los engranajes para favorecer el acuerdo. Es normal que haya dificultades, son formaciones políticas muy diferentes, pero al mismo tiempo aquello que estamos haciendo hace que valga la pena ponerse de acuerdo. Estoy seguro de que llegaremos al acuerdo.

Entrando en la investidura, la CUP mantiene el veto a Mas y Convergència dice que es innegociable. ¿Esquerra qué dice?

Que seguro que encontraremos la solución. Haremos todo lo que sea necesario.

¿La investidura de Mas es irrenunciable para Esquerra?

Lo que hay en este momento son dos compromisos electorales explícitos. El de Junts pel Sí, que dice que el candidato a president es Artur Mas, y el de la CUP, que dice que no investirá a Artur Mas. Los dos compromisos son legítimos, lo que tenemos que hacer es convertirlos en compatibles.

¿Pero mantendrán a Mas como candidato a president?

Me parece perfectamente legítimo que mantengamos nuestro compromiso electoral, y entiendo que la CUP quiera mantener el suyo. Tenemos que buscar aquellos espacios, aquellos mecanismos y aquellas fórmulas que permitan que ambos compromisos sean compatibles. Y eso es lo que hará Esquerra.

¿Es legítimo que la CUP imponga un veto con diez escaños?

Entiendo perfectamente la legitimidad de su compromiso y seguro que ellos entienden la legitimidad del compromiso electoral de la otra parte. Encontraremos la fórmula.

¿Cree que hay quien piensa que Convergència no es imprescindible para el proceso?

Que en estos momentos Convergència es imprescindible para la independencia es una obviedad. Y afortunadamente, la CUP también es imprescindible. Es importante, porque eso nos liga a todos y nos obliga a todos.

¿Contempla la posibilidad de nuevas elecciones?

En estos momentos no lo contemplo, estoy seguro de que habrá un acuerdo muy positivo. Pero si llegase el caso de nuevas elecciones, que estoy seguro de que no habrán, ya actuaremos en consecuencia.

¿Entrar en una nueva fase del proceso independentista supone romper la gran unidad en torno al derecho a decidir?

No. La fuerza democrática para hacer valer la voluntad de los ciudadanos de Catalunya va mucho más allá del independentismo. Afortunadamente. Hay mucha gente que, sin ser independentista, es suficientemente demócrata como para respetar la victoria del independentismo. Y ante la actitud antidemocrática del Estado, se posicionarán al lado de la democracia. Por eso hay que mantener los puentes abiertos.

Las elecciones que sí que llegarán son las españolas. Convergència quiere repetir una fórmula como la de Junts pel Sí. ¿Qué dice Esquerra?

Ahora tenemos un trabajo mucho más importante en Catalunya. Tenemos que hacer un Govern, tenemos que ver cómo completamos la hoja de ruta con las aportaciones de la CUP y a ver cómo hacemos la independencia. El primer compromiso es intentar resolver esto tan rápido como sea posible. Las otras cuestiones son secundarias y vienen después. Sería una irresponsabilidad preocuparse ahora por una cuestión secundaria cuando tenemos un asunto tan central sobre la mesa.

¿Pero cuál cree que es la mejor fórmula para el proceso?

Insisto, resolvamos primero las cuestiones importantes y después ya se plantearán las demás. Hay muchas fórmulas encima de la mesa y muchas son de gran consenso.

 

«El Estado usará instrumentos poco democráticos, es evidente»

¿Cambia algo una victoria del PP o del PSOE en diciembre?

No. Nunca ha cambiado nada, por lo que sería poco racional esperar que ahora cambiara alguna cosa. Como mucho el tono.

¿No contempla ninguna oferta del Estado?

Estoy seguro de que no habrá nunca ninguna propuesta de ningún partido español que vaya en la línea de reconocer que los ciudadanos de Catalunya son soberanos para decidir su futuro. Lo que puede pasar, aunque parezca difícil, es que el Estado se cierre todavía más.

Una nutrida delegación de su partido participa hoy en la marcha por la libertad de Otegi. ¿Es su situación un recordatorio de hasta dónde está dispuesto a llegar el Estado?

El Estado ha utilizado tradicionalmente herramientas nada democráticas, así que sabemos que el Estado usará instrumentos poco democráticos también con nosotros, es evidente. Pero también estamos convencidos de que la fuerza democrática de los ciudadanos de Catalunya es la que acabará triunfando. El Estado que haga lo que crea que tenga que hacer, nosotros ya actuaremos en consecuencia.

¿Echa de menos otro frente independentista en Euskal Herria? ¿Sería todo más fácil?

Eso sería interpretar lo que debe hacer Euskal Herria en función de lo que hace Catalunya. En todo caso, lo que echo de menos es la ambición en la sociedad vasca para decidir por ella misma su futuro en función de sus propios intereses, no en función de los intereses de nadie más. Por dignidad frente a un Estado que hace todo lo posible por frenar la voluntad democrática de los pueblos.B.Z.