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Barkos pone en valor las «relaciones fluidas» antes de un órgano común

La derecha españolista se ha puesto alerta ante las afirmaciones de Uxue Barkos sobre la colaboración «permanente» entre Nafarroa y otros territorios vascos, frente al «antivasquismo declarado» anterior. La lehendakari navarra lo reiteró ayer y apostó por hacerlo «fluir» antes de barajar un órgano común, que vería como consecuencia natural.


La normalización paulatina de las relaciones institucionales entre Nafarroa y el resto de territorios vascos es un hecho, y la presidenta navarra, Uxue Barkos, aboga por continuar en esa senda sin prisa pero sin pausa. Así lo recalcó ayer en una entrevista a Radio Euskadi.

El viernes, en una conferencia ofrecida en Bilbo y organizada por la fundación Sabino Arana del PNV, Barkos afirmó que esta colaboración «ya es permanente, por vocación y por realidad». La frase ha puesto la mosca detrás de la oreja a la derecha españolista navarra, que ve ahí una referencia al Órgano Común Permanente (oficialmente Órgano Permanente de Encuentro) Iruñea-Lakua aprobado en 1996 pero abortado fulminantemente por el contraataque de UPN. Al respecto, Barkos matizó ayer que esta cuestión no está en la agenda próxima (no figura en el acuerdo programático), pero sí podría llegar a ser consecuencia natural del despliegue paulatino de la colaboración.

«Me atrevo a predecir que sí»

Preguntada por un eventual órgano conjunto entre los dos gobiernos, Uxue Barkos señaló que recuperarlo no le preocupa ahora «en absoluto», pero sí desea que haya «una relación real permanente» entre las instituciones de los territorios vascos.

Abundando en la intervención de Bilbo, explicó que «lo que yo planteo es que, en estos momentos, nos interesa romper lo que ha sido una política de los gobiernos de UPN a lo largo de tantos años de vivir de espaldas a la CAV, al resto de territorios forales, y hacer fluida esa relación, hacerla real, efectiva en tantos ámbitos diferentes».

Cree Uxue Barkos que «esa relación, esa fluidez y esa estabilidad» serán las que terminarán mostrando «si efectivamente un órgano común permanente entre ambas instituciones es un elemento positivo y una herramienta satisfactoria para el conjunto de la sociedad navarra y para el resto de la sociedad de la Comunidad Autónoma Vasca».

«Yo me atrevo a predecir que sí, pero lo van a decir los hechos y los hechos van a venir dados de la mano de esa relación. Seguramente, hay que dejar que la realidad demuestre que aquellos que se empeñaron en tumbarlo [el órgano aprobado en 1996] se equivocaron».

Eurorregión, en el programa

El programa de gobierno pactado por Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E explicita tres compromisos en este terreno. El primero es «mantener buenas relaciones de vecindad y cooperación con las comunidades limítrofes», y más concretamente «normalizar e impulsar las relaciones con la CAV». En paralelo, «profundizar las relaciones con los municipios de la Baja Navarra recuperando y estrechando así los especiales lazos históricos, sociales y culturales que unen a la población de ambas Navarras». Y en tercer lugar, «recuperar el Protocolo de Cooperación entre Navarra, la región de Aquitania y la CAV con el fin de mejorar nuestras oportunidades en el ámbito europeo».

La reincorporación de Nafarroa a esta eurorregión será un hecho pronto. Se pondrá fin así a una «espantada» de quince años, impuesta por Miguel Sanz y continuada luego por Yolanda Barcina. Paradójicamente, un gobierno de UPN fue el principal auspiciador de aquella entente allá por el año 1992, bajo la batuta de Juan Cruz Alli, que afrontó esta cuestión con un prisma bastante más racional que sus sucesores.