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Ester Quintana, ante el tribunal: «Vi un mosso armado, me giré y recibí el impacto»

Ester Quintana, la mujer que perdió un ojo por la actuación policial en Barcelona durante la huelga general del 14N de 2012, ha afirmado ante el tribunal que juzga a un subinspector y a un escopetero por las lesiones que sufrió que la situación aquel día era de miedo: «Vi un mosso armado, me giré y recibí el impacto».

Ester Quintana, en un fotograma del documental ‘I a tu què et sembla’, que explica su caso.

En su declaración este martes en la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona, Quintana ha relatado que la manifestación había acabado una media hora antes y que había altercados más abajo pero no a la altura del paseo de Gràcia con Gran Via, donde presuntamente se produjo el disparo.

Precisamente por eso corrieron paseo de Gràcia arriba y vio furgonetas de los antidisturbios de los Mossos dando vueltas a la rotonda; observó a al menos un agente bajar de uno de los vehículos con un arma, escuchó la detonación e «inmediatamente» el impacto en su ojo, pero sin ver qué fue lo que le impactó.

Ha explicado al tribunal que se fijó en un agente con una escopeta porque se había bajado con el coche en marcha, pero cree que había dos o tres y no ha podido precisarlo; estaban a una distancia de unos 30 metros de las tres furgonetas policiales, según ha relatado.

A preguntas de la fiscal y de su abogada, ha sostenido que en ningún momento escuchó que los Mossos alertaran con altavoces a la gente para que se dispersara antes de su actuación ni tampoco vio ni oyó ruido de altercados como lanzamientos de piedras o cristales rotos.

Ha relatado que estaba muy asustada y bajó con su pareja por paseo de Gràcia pidiendo auxilio hasta llegar al cruce de esta calle con Ronda de Sant Pere, donde pudo sentarse y un agente de la Guardia Urbana llamó a una ambulancia.

Luego la llevaron al Hospital de Sant Pau de la capital catalana, la operaron al día siguiente, estuvo seis días ingresada y todavía sigue en tratamiento médico y psicológico después de la pérdida del ojo izquierdo, ha explicado al tribunal.

También ha declarado la mañana de este martes como testigo su pareja, que ha coincidido con Quintana en señalar que la situación estaba tranquila en esa zona, y ha dicho que cuando ella recibió el impacto él estaba a un metro de ella aproximadamente.

Ha dicho que él escuchó el disparo, que vio a un policía con un arma y que ella le dijo que le habían dado.

Peticiones

En el juicio, el fiscal pide dos años de cárcel y cuatro de inhabilitación en el ejercicio de la profesión para los dos mossos, E.C.P. y Ll.B.B., acusados de un delito de lesiones por imprudencia grave, mientras que la abogada de Quintana solicita para ambos una pena de nueve años de prisión y de inhabilitación, por un delito de lesiones con pérdida de miembro principal.

La defensa de los acusados sostiene que los dos imputados no son autores del lanzamiento que hirió a Quintana, hecho que achacan a un tercer agente no imputado.

En cualquier caso, la propia defensa reconoce que Quintana fue lesionada por el lanzamiento de un proyectil por parte de los Mossos d'Esquadra, algo que las autoridades tardaron tres años en reconocer. Eso sí, en contra de lo argumentado por fiscalía y la acusación, la defensa insiste en que el arma con el que fue lesionada Quintana fue una bala de ‘foam’, menos lesiva que la bala de goma. Una versión que contradice, según apunta ‘La Directa’, la versión que el entonces conseller de Interior, Felip Puig, dio en el Parlament el 13 de diciembre de 2012.

La Generalitat de Catalunya asumió de facto la responsabilidad de los Mossos d'Esquadra en la vertiente civil del caso, en la que decidió indemnizar a Quintana con 261.000 euros como gesto de buena voluntad.

Las responsabilidades penales se dirimirán ahora en el juicio que arrancó ayer con las cuestiones previas. El juicio oral durará hasta tres semanas, durante las cuales pasarán ante el juez, como testimonios, todos los cargos políticos y policiales con responsabilidades en el momento de los hechos, muchos de los cuales ya no están en sus puestos.

Destituciones, dimisiones, debate parlamentario y prohibición

La desastrosa gestión político-policial del caso Quintana, en el que las versiones oficiales fueron cayendo una tras otra, implicaron la destitución de cargos policiales como el comisario general de Recursos Operativos, Sergi Pla. También fue reemplazado el inspector de la brigada móvil, Manel Hermida. El caso también dejó tocado al entonces director general de la policía, Manel Prat, que aseguró que dimitiría si se demostraba que Quintana fue herida por una bala de goma de los Mossos. Finalmente, Prat presentó su dimisión el 27 de mayo de 2014, en pleno conflicto por el desalojo del Centro Social Autogestionado Can Vies.

La principal cara pública del caso, sin embargo, fue el entonces conseller de Interior, Felip Puig, encargado de defender en sede parlamentaria versiones de los hechos posteriormente desmentidas. Poco después de los hechos, con el nuevo Govern fruto del acuerdo entre CDC y ERC (la huelga general se produjo en plena campaña electoral catalana), Puig fue relevado al frente de la conselleria de Interior. Pasó a ocupar la cartera de Industria hasta este enero, en el cual quedó fuera del nuevo ejecutivo encabezado por Carles Puigdemont.

Las versiones oficiales fueron cayendo gracias a los testimonios aportados por infinidad de personas presentes en el lugar de los hechos y gracias a la presión social generada, que llegó al Parlament, donde tras el trabajo de varios meses en comisión parlamentaria, el pleno decidió finalmente vetar las balas de goma del arsenal de los Mossos d'Esquadra. Desde entonces, la policía catalana utiliza solo proyectiles de foam disparados con lanzadoras GL-06. Un armamento utilizado también por la Ertzaintza, que sin embargo no ha retirado de sus arsenales las pelotas de goma.