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‘Wo bu shi Pan Jinlian’: En el más kafkiano de los países


En lo argumental Xiagang Feng sigue una línea muy próxima a la del maestro Zhang Yimou, y “Wo bu shi Pan Jinlian” muestra un recorrido gráfico de la obstinación personal a través del tiempo similar al representado en “Regreso a casa” (2014), lo que queda aún más reforzado por el protagonismo femenino a contracorriente en una China machista. La heroína de Feng lucha por restituir su buen nombre, al ser tildada de mujer adultera con el nombre tradicional que en la cultura del país asiático es el de Pan Jilian, y que los traductores han equiparado con Madame Bovary como su correspondiente occidental. Con el transcurrir de la historia se irá descubriendo que dicha reivindicación oculta otras motivaciones más intimas, desveladas en un desenlace que tal vez llega demasiado tarde y sabe a decepción en una narración que se alarga demasiado, dada su naturaleza deliberadamente reiterativa.

Ni que decir tiene que la trama de la película es por demás kafkiana, y encierra una sátira muy crítica de la burocracia china. Se desmontan las estructuras del partido en el poder, dentro de un organigrama centralista que desemboca invariablemente en la capital de Pekín, una vez que las demandas judiciales de provincias no son atendidas debidamente. En la cadena de mando todos se van pasando la responsabilidad desde la autoridad municipal a la gubernamental. En consecuencia no es de extrañar que la reclamación de la protagonista dé lugar a un proceso irresoluble de diez largos años.

La originalidad de la historia reside en su curiosa presentación formal, con la utilización de tres formatos de pantalla diferentes: circular, cuadrado y rectangular. Se corresponden con lo rural, el tránsito por carretera y lo urbano. En todos la plasticidad visual es máxima.