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Detenido por narcotráfico un agente de Rodríguez Galindo, otro ‘pata negra’ de Intxaurrondo

El sargento de la Guardia Civil José Romero Béjar, destinado en la Comandancia de Algeciras y a punto de jubilarse, ha sido detenido por narcotráfico. Se trata de uno de los hombres del general Rodríguez Galindo, del Intxaurrondo del ‘GAL verde’.

Rodríguez Galindo, a la salida de un juicio celebrado en Donostia por un caso de narcotráfico. (Andoni CANELLADA / ARGAZKI PRESS)

La detención del guardia civl José Romero Béjar, dada a conocer por ‘El Independiente’, ha vuelto a relacionar a los ‘pata negra’ del acuartelamiento de Intxaurrondo, que granjearon su fama bajo el mando de Enrique Rodríguez Galindo, con delitos relacionado con la denominada «delincuencia común», en concreto con el narcotráfico.

Enrique Rodríguez Galindo fue condenado por el secuestro, torturas y muerte de los refugiados Joxean Lasa y Joxi Zabala. Fue condenado a 71 años, aunque solo ha permanecido cuatro en prisión. Según recuerda ‘El Independiente’, Romero Béjar también fue imputado por la Audiencia Nacional a mediados de los 90 en los sumarios de la guerra sucia, y su nombre apareció en el proceso del ‘caso Lasa-Zabala’. Según señala el citado medio, el propio general Galindo le exculpó a él y al resto de sus subordinados en una declaración firmada antes de entrar en la cárcel por su condena.

Guerra sucia y torturas son algunas de las características del acuartelamiento de la Guardia Civil en Gipuzkoa, aunque también otras sospechas lo han sobrevalorado. El ‘informe navajas’, elaborado en 1989 por el entonces fiscal jefe de la Audiencia de Donostia, Luis Navajas, relacionaba a los guardias civiles del cuartel con el narcotráfico.

En todo caso, no es Romero Béjar el único agente de aquel siniestro grupo el que ha sido detenido en relación con la llamada «delincuencia común». Destacan los dos más conocidos, Felipe Manuel Bayo Leal y Enrique Dorado Villalobos, condenados como autores materiales en el caso de Lasa y Zabala. Por ejemplo, ambos fueron detenidos el 20 de noviembre de 1987 por la Policía Municipal de Irun cuando cargaban en una furgoneta del cuerpo con matrícula trucada un buen número de prendas de vestir, valoradas entonces en 1.700.000 pesetas (algo más de 10.200 euros), que acababan de sustraer de una tienda situada en las inmediaciones.

Continuaron en el cuerpo militar con sus tropelías, impunes, pues la guerra sucia, las cloacas del Estado y la razón de Estado daban cobertura a las andanzas de personajes de tan baja estofa.