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Pío, pío, pío...

Mala imagen de nuevo de un equipo rojiblanco que echó por tierra veinte primeros buenos minutos y perdió por deméritos propios.


U.D. LAS PALMAS 3

ATHLETIC 1

 

Después de unos días en los que se ha hablado más que jugado, lo que tocaba era hablar pero sobre el césped. Una victoria colocaba a los leones empatados en el quinto puesto con la Real. El rival, un equipo que se gusta con la pelota, tocón, pero que venía de sumar una victoria en los últimos ocho encuentros. Y en el horizonte, al final de los 90 minutos, el objetivo lo había trazado el propio Ernesto Valverde, sumar puntos para engancharse de manera definitiva ahí arriba antes del parón navideño. Con todo a su favor, equipo de gala incluido, los rojiblancos remataron por primera vez entre los tres palos rivales en el minuto 78, desde los once metros, gol de Raúl García que ya con 2-0 en contra solo sirvió para mantener viva una llama que se había consumido mucho antes y que recibiría la puntilla con un tercer gol casi sobre la bocina. Dolorosa derrota sobre todo por el cómo. Porque volvió a ser el equipo lánguido, fallón, bipolar que por desgracia se ha convertido en habitual en bastantes momentos de este tercio de temporada. Y eso ante un rival que tampoco hizo tanto como para llevarse los tres puntos y sacar un marcador tan holgado; tan solo ser efectivo de cara a puerta y aprovechar las concesiones que le dieron los leones.

Un tropiezo inesperado porque el estadio insular era un buen caladero para pescar, máxime como se había puesto la tabla y las muchas posibilidades que abrían un triunfo allí. Sobre todo cara a ese derbi ante el rocoso Eibar, para el que de paso pierde a sus dos principales baluartes arriba como son Aduriz, que fue expulsado, y Raúl García, que vio la quinta, en ambos casos, por protestar. Y si debemos encomendarnos a los otros jugadores ofensivos, vamos apañados a la espera de que alguno dé un paso al frente y marque un gol. Lo cierto es que el resultado supone una decepción, sobre todo después de ver cómo había encarado el Athletic los primeros minutos.

El primer defensa es el delantero. Con esa máxima, habitual ya en el Athletic, encararon de inicio los de Valverde el choque ante un rival canario que trataba de monopolizar el balón desde su portero. Y esa presión le dio resultado a los rojiblancos que asomados casi sobre el balcón del área grande local, conseguían cortocircuitar una y otra vez esos intentos amarillos por proyectarse hacia adelante. Una pose que a los rojiblancos les duró veinte minutos, justo hasta el primer acercamiento a las inmediaciones de un Kepa que hasta ese momento solo había seguido con la vista un libre directo que se fue fuera, cerca de unos de sus palos. Los de Quique Setién ni habían pisado el área bilbaina, en tanto los de Txingurri habían merodeado la meta rival, merced sobre todo a ese trabajo de presión, pero sin conseguir traducirlo en nada.

Bien plantado, cerrando espacios, adelantándose al rival, los rojiblancos habían saltado al césped como debían. Enfrente, un Las Palmas incómodo que no acertaba por dónde filtrar balones interiores con los que catapultarse en ataque. Un Aduriz fajador no logró atinar ninguno de los balones que le enviaron, Lekue –titular en detrimento de Muniain y, por qué no, de Susaeta– era el hombre que más se proyectaba por banda, Beñat y San José mordían, Yeray firmaba un par de cortes, pero un dominio a la postre que se iba diluyendo hasta tal extremo que esa primera llegada canaria a Kepa fue un punto de inflexión.

Los locales fueron quitándose de encima el agobio bilbaino, el Athletic se veía obligado a recular en exceso, las faltas de los leones se sucedían hasta acabar la primera mitad con más de media docena. Los anfitriones disponían de más balón, el Athletic pareció bajar alguna marcha, el juego se volvió insulso y esas combinaciones veloces y en corto de los amarillos terminaron por dar fruto. Tres toques imprimiendo velocidad a la pelota, el brasileño Macedo que gana la línea de cal, centra y Boateng se adelanta a Bóveda y a un sorprendido Kepa que dejó el suficiente espacio junto al palo corto para que el gol se colara. Era el primer tiro a portería de toda la primera mitad. La cara del banquillo rojiblanco, un poema.

Las Palmas había hecho lo justo; el Athletic ni eso. Salieron briosos los de Txingurri de vestuarios, disparo cruzado de Aduriz, remate fuera de Lekue, pero a los cinco minutos, error a la altura del círculo central, mal posicionamiento defensivo y Momo, recién salido, aprovecha para ganar el mano a mano a Kepa. De ahí al final, el Athletic desdibujó cualquier esquema, más corazón que cabeza arriba, a punto de recibir otro par de goles en una elaborada jugada canaria y un taconazo de fútbol-sala que se fue al palo, y vio la luz al final del túnel en un penalti que solo Álvarez Izquierdo percibió. Anotó Raúl porque Aduriz había sido expulsado, a los canarios les entró la angustia, y más tras la doble ocasión de Raúl y Lekue que no entró porque estaba escrito que no. Y con el Athletic volcado, un córner a favor acabó en una contra mortal y el tercero local, vaselina sobre Kepa mediante. Era la puntilla a una imagen que volvió a dejar mucho que desear. El Athletic no anda fino y es una realidad. Le está costando horrores encontrarse a sí mismo y nadie duda de que los jugadores serán hoy los más autocríticos, los principales interesados en recuperar sensaciones. Porque no siempre la pegada te va a salvar. Porque puede caer del lado contrario, como ayer.

El Athletic se vuelve de vacío por méritos propios, porque no estuvo a la altura, se queda donde estaba, un poco más lejos de su objetivo y con mucho que remendar. Viajaba con muchas aspiraciones, con crédito, pero al final... pío, pío, pío... Menos hablar y más jugar.

 

Valverde asume que no estuvieron acertados

El entrenador del Athletic, Ernesto Valverde, admitió que su equipo no había estado acertado, y el segundo gol encajado, al inicio de la segunda parte, les había hecho «mucho daño» y les había dejado «tocados». El técnico del conjunto vizcaíno dijo que el encuentro tuvo «muchos tramos», porque empezaron «mejor» que su rival, pero después Las Palmas «sacó mejor su juego y ha venido su primer gol». Valverde explicó que en la segunda mitad intentaron lanzar la presión más alta, pero una pérdida de balón provocó el 2-0, a pesar de que después, tras la expulsión de Aduriz, dominaron, marcaron de penalti y no empataron «de milagro» tras una gran parada de Javi Varas. Sin embargo, reconoció que no dominaron el juego como les hubiera gustado, con muchas pérdidas de balón, y todo se les puso «cuesta arriba», porque la Unión Deportiva tuvo «espacio» cuando arriesgaron

Respecto a la expulsión de Aduriz, dijo: «Sabemos cómo es, estaba nervioso, a veces protesta y no tengo mucho que decir, es una apreciación del árbitro».

Valverde considera «difícil» que se puede recurrir la expulsión y admitió que será una baja «importante» para el próximo partido.GARA

 

Aduriz y Raúl no estarán ante el Eibar

Aduriz y Raúl García se pierden el debir ante el Eibar del próximo domingo, el primera tras ser expulsado y els egundo al ver la quinta amarilla, con lo que se pierden las referencias atacantes.

 

El Leganés habría solicitado a Iago Herrerín

El Leganés habría solicitado al Athletic la cesión inmediata de Iago Herrerín tras las grave lesión de ligamento para toda la temporada del también exguardameta rojiblanco Jon Ander Serantes.