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La inauguración del Navarra Arena, la inocentada de IRUINDARRA NAIZ

El frontón del Navarra Arena seguirá vacío y pendiente de ser utilizado, ya que la inauguración del día 31 anunciada por IRUINDARRA NAIZ era, en realidad, la inocentada del 28 de diciembre. Así que ese día no habrá partidos entre parlamentarios y periodistas, ni un lunch para todo el mundo que se pasara por allí, aunque las cifras de su coste que se recogen en el texto son reales, a pesar de que puedan parecer una broma pesada.

Por el momento, el frontón del Navarra Arena seguirá vacío y a la espera de una fecha para su inauguración. (Iñigo URIZ/ARGAZKI PRESS)

La presunta inauguración del frontón del Navarra Arena tres años después de su construcción fue la aportación de IRUINDARRA NAIZ a la jornada de los Santos Inocentes. Por lo tanto, el próximo día 31 no habrá inauguración simbólica con partidos de pelota a paleta goma entre parlamentarios y periodistas de diversos medios navarros.

A pesar de ello, las cifras que incluía la información sobre la ficticia inauguración son tremendamente reales, ya que el pabellón sí que ha costado casi 60 millones de euros y también es cierto que se están pagando 250.000 euros en vigilancia y mantenimiento.

Como era de esperar, ha habido lectores que se han dado cuenta del engaño («Ya, claro... os he cazado... 28D» o «Es trola!») y otros que, al hilo del evento, han planteado una inauguración diferente, con reminiscencias a la antigua Roma: «Yo soy más partidario de hacer una arena a la antigua usanza, meter a los parlamentarios que lo promovieron y soltar unos leones y unos gladiadores con ellos. Seguro que lo petaban».

Incluso no ha faltado algún gran pelotazale que se ha indignado: «Que choŕrada!!, un fronton tienen que inaugurar pelotaris me es igual de pala de mano o remonte , como si va un pelotari a inaugurar el parlamento, sin comentarios !!!». Para posteriormente darse cuenta de que ha sido víctima de una inocentada: «Ostiasssss! , he caido».

Veremos si en un futuro no muy lejano anunciamos en IRUINDARRA NAIZ que de alguna manera se busca utilidad a esa enorme masa de hormigón a la que la población espera obtener alguna rentabilidad, después de una inversión millonaria por ahora inútil que suena a broma pesada.