INFO

La Iglesia condena por abusos sexuales a Juan Kruz Mendizabal, ex vicario general de Gipuzkoa

La Iglesia Católica ha condenado en un procedimiento eclesial al ex vicario general de Gipuzkoa, el sacerdote Juan Kruz Mendizabal ‘Kakux’, por dos casos de abusos sexuales a menores sucedidos en los años 2001 y 2002, ha confirmado el obispado de Donostia en un comunicado.

El ex vicario general de Gipuzkoa, Juan Kruz Mendizabal, en una imagen de archivo. (J.C. Ruiz/ARGAZKI PRESS)

En un comunicado, la Diócesis donostiarra ha informado de que el pasado mes de marzo las autoridades diocesanas tuvieron conocimiento de las acusaciones que pesaban contra Mendizabal, en concreto, de «tocamientos deshonestos realizados a dos menores en el año 2001 y en el año 2005».

El Obispado ha decidido relatar los hechos tras constatar que los afectados por los abusos habían decidido hacer público el caso en un escrito al que ha tenido acceso Efe.

En este documento, los afectados explican que los abusos sucedieron cuando Mendizabal ejercía como sacerdote de la parroquia donostiarra de San Vicente de la Parte Vieja de Donostia y era responsable del grupo juvenil de tiempo libre Xirimiri Gazte Taldea.

Los afectados han indicado en su comunicado que, tras presentar las denuncias, se sintieron «correctamente acogidos y atendidos por el obispo y por la Iglesia».

«Otro posible caso»

Sin embargo, ha «llegado a sus oídos» otro «posible caso» de abuso sexual por parte de este sacerdote, por lo que «ha llegado el momento de manifestar la verdad de los hechos», entre otros motivos «para animar a las posibles víctimas que pudieran permanecer ocultas a que salgan a la luz». «A nosotros nos ha ayudado mucho haber dado el paso de denunciar los hechos ocurridos y pensamos que también ayudará a otros», señalan.

Desde que tuvo conocimiento de las denuncias, la Diócesis donostiarra, «en colaboración con la Congregación Romana para la Doctrina de la Fe y siguiendo ritualmente el protocolo canónico establecido para tratar estos casos», ha creado «las condiciones jurídicas materiales y procesales para que, con imparcialidad y equidad, se pudiera comprobar la veracidad de los hechos denunciados, se tutelaran debidamente los derechos de las víctimas y del sacerdote acusado y se salvaguardara la integridad y la buena fama de todas las partes implicadas».

Además, la Diócesis ha explicado que se informó a los dos denunciantes de su legítimo derecho de entablar en todo momento las oportunas acciones civiles, pese a «la prescripción en este foro de tales hechos», y se acogió a «su voluntad expresa de preservar su anonimato».

Según ha apuntado, una vez probada «la veracidad de las acusaciones» y tras haber sido valoradas «en justicia y equidad todas las circunstancias de la comisión de tales delitos», el proceso administrativo penal a cargo de Mendizabal concluyó con su declaración de culpabilidad y la imposición a este de «diversas penas expiatorias», así como de «medidas administrativas y disciplinares» por parte de la Diócesis.

Esta ha trasladado su «compromiso con la tutela del bien público general y de la Iglesia en particular», que se concreta en «la vigilancia y protección de los derechos de todos los fieles, pero de un modo especial, en la salvaguarda jurídica y pastoral de los menores de edad y de los adultos vulnerables».

«Dolor y vergüenza»

Por otro lado, la Diócesis, desde «el dolor y la vergüenza» por estos hechos ha pedido «a todos perdón» y ha trasladado su compromiso para que «en la medida de lo posible estos actos no se repitan».

Al mismo tiempo ha manifestado su «solidaridad con todos aquellos que están sufriendo» por estos hechos que «han motivado el citado proceso penal, principalmente con las víctimas, pero también con el reverendo Juan Kruz Mendizabal», quien «sigue en estos momentos un proceso terapéutico psicológico y espiritual, colaborando en la reparación de lo ocurrido».

Mendizabal es natural de Ormaiztegi. Tras ser sacerdote auxiliar en Tolosa, fue secretario diocesano de Pastoral de Juventud de 1996 a 2006 hasta que el obispo Juan María Uriarte lo cesó después de que celebrase una misa en la iglesia de San Vicente de Donostia, en la clausura del congreso ‘Cristianismo y homosexualidad’ que colectivos de gays y lesbianas realizaron en Donostia.

En 2006 se hizo cargo de las labores pastorales en Antzuola y Bergara. Mendizabal, un sacerdote muy conocido en la diócesis guipuzcoana, fue uno de los 131 religiosos que firmó en diciembre de 2009 una carta de protesta por la designación de Jose Ignacio Munilla como obispo de Donostia, quien tomó posesión en enero de 2010.

Munilla lo nombró vicario de Pastoral en abril de 2010, mientras que en 2013 lo ascendió a vicario general de la diócesis, el segundo en la jerarquía eclesial de Gipuzkoa tras el prelado.

En abril del pasado año, un mes después de recibir las denuncias, Mendizabal fue apartado del cargo y también de su responsabilidad pastoral en una parroquia del barrio de Gros.

Durante estos años también ha participado como tertuliano en ETB.