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Hamon aboga por una «izquierda moderna» tras vencer a Valls

Benoît Hamon, ex ministro francés de Educación, será el candidato presidencial del PS tras vencer al ex primer ministro Manuel Valls en la segunda vuelta de las primarias. Defiende un programa a favor de la ecología, la legalización del cannabis y una política de inmigración menos restrictiva. Ayer abogó por «una izquierda moderna».


El exministro francés Benoît Hamon será el candidato del PS a las elecciones presidenciales de mayo tras lograr el 58,65% de los votos en las primarias que le enfrentaban al ex primer ministro Manuel Valls, que obtuvo el 41,35%, según los primeros resultados provisionales.

Unos dos millones de personas participaron en total en la segunda vuelta de las primarias, frente a los más de 1,6 millones que lo hicieron en la primera y los 4 millones que lo habían hecho en diciembre pasado en las primarias de la derecha.

Hijo de una secretaria y de un ingeniero que trabajó en unos astilleros militares, Hamon se crió entre la portuaria Brest y Dakar, donde vivió de los 9 a los 13 años debido al traslado de sus padres a la capital de Senegal. De regreso a Europa, se licenció en Historia por la Universidad de Bretaña. Su militancia política en el PS empezó a los 19 años.

Entre 1995 y 2000 fue asesor del entonces líder del PS, Lionel Jospin, y posteriormente de Martine Aubry, cuando fue ministra de Empleo e ideó la semana laboral de las 35 horas.

De 2004 a 2009 ocupó un escaño en el Parlamento Europeo y más tarde se convirtió en portavoz del PS (2008-2012), hasta que en 2012 fue elegido diputado de la Asamblea Nacional.

En el primer Gobierno de Hollande ocupó el cargo de ministro de Consumo (2012-2014) y, después, se convirtió en el titular de Educación durante apenas cuatro meses. Dimitió en agosto de 2014 descontento con la «política de austeridad» del Ejecutivo, entonces liderado por Valls, quien ayer reconoció su derrota. En una comparecencia en la Casa de América Latina, Valls destacó los logros del Gobierno de François Hollande, entre los que remarcó el Acuerdo de París contra el cambio climático o las intervenciones en Mali y Oriente Medio. «La historia situará nuestra labor a la altura que merezca», manifestó.

Hamon ha puesto sobre la mesa un programa novedoso, en el que destaca la propuesta de instaurar una renta universal para todos los mayores de 18 años, que paulatinamente proyecta que llegue a los 750 euros. El ahora candidato del PS parte quinto en las encuestas.

También plantea imponer un impuesto especial a las empresas que usen robots para reemplazar mano de obra.

Los sondeos, sin embargo, le dan el quinto lugar, por detrás de la ultraderechista Marine Le Pen, del conservador François Fillon, del ex ministro de Economía Emmanuel Macron y de Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa. Pese a los malos pronósticos, Hamon afirmó mantener la fe en la victoria, para lo que consideró imprescindible «unir a la izquierda» tras las heridas surgidas en las elecciones primarias. Ya ha anunciado contactos con Mélenchon y Yannick Jadot, cabeza visible de Europa Ecología Los Verdes, para «construir una mayoría» que «pase la página» de los años de Hollande y evite el triunfo de «la derecha de los privilegios» que representa el conservador Fillon o «la ultraderecha destructiva» de Le Pen.

«Nuestro país necesita una izquierda moderna e innovadora. Hay que escribir una nueva página de nuestra historia. No puedo resignarme a la fatalidad», afirmó.

Ofensiva de Fillon

Coincidiendo con la proclamación del candidato presidencial del PS, la derecha francesa celebró un gran mitin a las afueras de París para relanzar a Fillon, quien acudió junto a su esposa, envuelta en la polémica por posibles empleos ficticios.

Según publicó "Le Canard Enchaîné" el miércoles, Penelope Fillon estuvo contratada durante ocho años (hasta 2012) como asistente parlamentaria por el líder conservador y por el diputado al que cedió su circunscripción para un puesto que en realidad no ejercía, y por el que recibió en total 500.000 euros del erario público.

Advirtió de que no perdonará a quienes «han construido un escándalo». «No tengo miedo de nada, tengo la piel dura. Si me quieren atacar, que lo hagan de frente, pero que dejen a mi mujer tranquila», dijo en tono desafiante, pero sin identificar a nadie. Hizo hincapié en que desde el principio de su carrera política en 1981 «Penelope está a mi lado, con discreción».