INFO

No ganan para sustos

Alex Remiro acabó en el hospital tras recibir un fuerte balonazo en la cabeza, si bien las exploraciones no revelaron ninguna lesión.


El Athletic parece no ganar para sustos esta temporada. Y no, no hablamos del mal fario que parece haber recaido sobre la portería rojiblanca. Si tiempo atrás nos merendábamos con la noticia del tumor detectado al joven Yeray Álvarez, ayer el desayuno casi se atraganta a los presentes en Lezama con la desafortunada jugada en la que un duro disparo de Williams durante el entrenamiento se estampó contra la cabeza de Alex Remiro, acabando con el guardameta trasladado al hospital con un traumatismo craneoencefálico, que a la postre quedó en nada reseñable más allá de la alarma y la obligación de permanecer en observación. «Un susto muy grande», reconocía luego Beñat, el que se llevaron sus compañeros.

Todo sucedió en un momento de la sesión matutina, el impacto del esférico en la cabeza del joven arquero le dejó tendido en el césped y conmocionado. Tras ser atendido allí mismo por el médico rojiblanco Paco Angulo, fue finalmente trasladado en una UCI, acompañado del jefe de galenos, Joxean Lekue. El club informaba poco después que Remiro se mantuvo consciente, para luego dar cuenta de que, tras las exploraciones, no «sufre ninguna lesión importante» e iba a permanecer en observación las siguientes horas.

Los impactos en la cabeza deben ser vigilados de cerca porque las consecuencias no aparecen muchas veces justo después del mismo sino a posteriori. En el caso del fútbol estos golpes pasan por ser los más alarmantes en el transcurso del juego. Lo vimos hace poco con Fernando Torres, la espectacularidad del encontronazo y su pérdida momentánea del conocimiento por encima de las consecuencias finales. Menos veces vemos que un traumatismo de este tipo se vea originado por un balonazo, pero, como se ve, puede suceder y sucede. En 1964 hay referencia de un futbolista salvadoreño, Óscar Quiteño, que falleció a los 24 años, horas después de un balonazo así.

A Carlos Busquets, el que fuera arquero del Barcelona, le pasó hace veinte años, cuando el entrenador de porteros disparó a puerta, la pelota golpeó con violencia en el travesaño y de ahí a la cabeza del jugador, que quedó inconsciente varios minutos. El chileno Carlos Labrían, del Wanderers, acabó hospitalizado en un partido en 2015 tras un balonazo en la cabeza. Bernd Leno, portero del Leverkusen, detuvo con el rostro un disparo en un partido el año pasado y se pasó varios minutos jugando sin recordar después nada de lo sucedido en ese espacio de tiempo; se calcula que la pelota iba a 93 km/h. Casos que por fortuna no tuvieron consecuencias, no como en Andy Wilkinson, que recibió un impacto del balón en la sien en un encuentro hace dos años con el Stoke City y en su caso sí las tuvo, tanto que se vio obligado a dejar el fútbol al sufrir desde entonces cefaleas, vértigos, náuseas, problemas visuales... Y hay hasta anécdotas como la de ese aficionado danés que el año pasado recibió un impacto de un jugador mientras calentaba y en el hospital se le detectó que tenía un tumor cerebral, salvando su vida.

El incidente fue la nota que alteró un entrenamiento por lo demás tranquilo, con presencia ya del lesionado Sabin Merino con el grupo, ausencia de Eraso y un Mikel San José que trabajó al margen y que será el gran ausente ante el Madrid por sanción, con lo que todo apunta a Iturraspe en el once.

 

Beñat: «Contra el Madrid hay que dar un plus»

Beñat Etxebarria tendrá mucho que decir ante el Madrid, y lo hará seguramente acompañado de Iturraspe, con quien no duda se desenvuelve también a la perfección. El de Igorre reconoce que la victoria en el derbi les ha dado «confianza y moral» pero no tanto por el rival sino por el cómo se produjo. «Anímicamente estamos muy bien y hay que aprovechar eso para apretarles», en referencia a los madrileños. El vizcaino cree que «se trata de seguir la racha en casa» pero reconociendo que con un «plus más porque es el Madrid y sabemos lo que son». En Anoeta «hicimos el partido que teníamos que hacer, incomodarles y estar cómodos nosotros con el balón» así que ante los merengues se trata de «que no estén cómodos y que no hagan su juego». Una victoria sería crucial, antes del parón liguero, para engancharse arriba y es que Beñat esgrime que «las segundas vueltas las hacemos buenas, sabemos terminar bien y esperemos que esta no sea diferente».J.V.