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El acusado de matar a su hijo en Donostia en el año 2011 mantiene su inocencia

El acusado de matar a su hijo de una cuchillada en el pecho el 1 de diciembre de 2011 en Donostia, presuntamente para vengarse de su mujer que le había pedido el divorcio, mantiene su inocencia y dice que «el día del accidente« se lo encontró tendido en el suelo en el dormitorio principal del que fuera el domicilio familiar, tras escuchar un ruido cuando se encontraba en el salón.

Segunda sesiónd el juicio que se está celebrando en Donostia. (Gorka RUBIO / ARGAZKI PRESS)

El acusado, que se encuentra en libertad provisional, ha declarado este martes ante el jurado popular en la segunda jornada del juicio que comenzó ayer y se ha sometido a las preguntas del fiscal, Jorge Bermúdez, el letrado de la acusación particular, Iñigo Iruin, y el de la defensa, Miguel Castells.

A preguntas del fiscal ha explicado que el 1 de diciembre quedó con su hijo Julen de 13 años, antes de que este fuera al colegio, hacia las siete o siete y media de la mañana, como hacían «todos los días», unas veces en coche y otras andando.

Según ha relatado, el día de los hechos fue con su hijo a la que había sido la vivienda familiar, aunque no ha precisado la hora, en la calle Logroño del barrio donostiarra del Antiguo, para «ir recogiendo las cosas», ya que había finalizado el arrendamiento y, además, la pareja estaba en proceso de separación. El fiscal ha apuntado, en varias ocasiones, que se dan contradicciones entre la declaración de este martes y la que el acusado hizo en la fase de instrucción.

Luis S. ha explicado que, una vez en la vivienda, él se quedó en el salón y pidió a su hijo que recogiera las huchas de sus hermanos y «algunas cosas que viera por ahí». Después escuchó «un ruido fuerte» y preguntó a su hijo «qué pasaba» pero no obtuvo respuesta, por lo que fue «rápido» al que fuera el dormitorio conyugal donde se encontraban las huchas. Según ha explicado, antes de eso había visto desde el salón pasar al menor con una banqueta.

«Era mi hijo, no es un objeto. Hablan como si fuera una botella y es mi hijo», ha respondido llorando cuando el fiscal le ha preguntado qué encontró en el cuarto. «Para mí es como si hubiera muerto ayer», ha añadido. Después ha explicado que se encontró a su hijo con «caído en el suelo, entre el armario empotrado y la cama, en el hueco pequeño que podría haber».

Todas las partes descartan el suicidio

Antes de la declaración del acusado, los letrados de las partes han expuesto sus alegaciones previas. El fiscal Jorge Bermúdez, que pide 18 años de cárcel, ha sostenido que la tesis del suicidio «no tiene asideros» en un niño de 13 años que «tenía planes inmediatos» para aquel mismo fin de semana, al tiempo que ha descartado la posibilidad de que el niño sufriera un accidente basándose en los informes forenses.

Bermúdez ha considerado que la explicación «más razonable» es la de que el pequeño fue acuchillado por su progenitor de una forma «repentina e inesperada».

El abogado de la acusación particular, Iñigo Iruin, que demanda 20 años de prisión, ha avanzado que su estrategia a lo largo del juicio irá encaminada a probar que existía un «móvil», hacer daño a su exesposa «donde más le dolía». A su juicio se trató de un «asesinato, no sólo por exclusión» del resto de posibilidades, sino porque «existían evidencias» en la escena del crimen y también pruebas como las manchas de sangre y las muestras de ADN obtenidas.

El abogado defensor, Miguel Castells, ha planteado al jurado la tesis de que la muerte del niño fue un accidente sucedido en el domicilio del que la familia estaba sacando sus pertenencias cuando, en un momento dado, el menor, subido a una banqueta y provisto de un cuchillo para sacar unas monedas de una hucha, habría perdido el equilibrio para clavarse involuntariamente el arma en el pecho en su caída.

Castells ha explicado que el padre se encontraba en otra habitación del domicilio en el momento en el que escuchó el ruido de la caída y que cuando acudió a la habitación donde estaba su hijo se lo encontró tendido en el suelo con el cuchillo clavado en el pecho.

El defensor ha descrito seguidamente una escena en la que el padre con «la razón nublada» extrae el arma del cuerpo del niño, que muere desangrado entre sus brazos, lo que habría suscitado un estado de shock en el hombre, quien en un primer momento habría pedido el conocimiento, para intentar suicidarse después y terminar por marcharse del sitio deambulando sin rumbo durante siete días por el monte hasta que decidió regresar a la ciudad.