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Doce muertos en el ataque al Parlamento iraní y al mausoleo de Jomeini en Teherán

Las fuerzas iraníes han matado a los cuatro yihadistas que se habían atrincherado en el Parlamento con varios rehenes, poniendo así fin a un ataque que ha comenzado esta mañana y que se ha extendido al mausoleo del ayatolá Ruhollah Jomeini. En total, ocho personas han muerto y decenas han resultado heridas, según medios locales.

Un grupo de personas escapa del Majlis por las ventanas. (Omid VAHABZADEH)

«Las fuerzas de seguridad han puesto fin a la operación terrorista», ha dicho la agencia de noticias  Fars. De acuerdo con el balance preliminar, cinco personas han muerto y 25 han resultado heridas por el atentado en la sede legislativa de Irán.

Alrededor de las 7.00 (9.30 en Euskal Herria), cuatro hombres armados con fusiles de asalto y pistolas y disfrazados de mujeres se han abierto paso hacia el interior del Majlis –la sede legislativa de la República Islámica– disparando contra dos miembros de la Guardia Revolucionaria apostados en la entrada.

Las autoridades han asegurado inicialmente que uno de los atacantes había sido detenido y que la situación estaba controlada. De hecho, el presidente del Majlis, Alí Larijani, ha considerado en un principio que se trataba de un «incidente menor». La sesión parlamentaria ha continuado y los diputados han difundido selfies en las redes sociales.

Sin embargo, finalmente la Asamblea ha tenido que ser evacuada y la zona ha sido acordonada por efectivos de la Guardia Revolucionaria, la fuerza de élite de Irán. La prensa ha difundido imágenes de gente descolgándose por la fachada de la sede legislativa.

Los medios iraníes han informado de que se ha producido una fuerte explosión en el interior del Congreso. El Ministerio de Inteligencia, citado por Fars, ha confirmado que uno de los atacantes, al verse rodeado por los agentes, se ha inmolado.

El Estado Islámico, que ha reivindicado la autoría del doble atentado, ha difundido imágenes desde el interior del Majlis a través de sus canales habituales de propaganda. Ha publicado un vídeo en el que un asaltante se jacta de que Irán no se lo esperaba. Es la primera vez que la organización yihadista transmite en directo un ataque.

Mausoleo de Jomeini

Por otro lado, y casi de forma simultánea, se ha desatado un segundo tiroteo en otro punto de la capital iraní: el mausoleo de Jomeini. La tumba del ayatolá, el principal impulsor de la Revolución Islámica de 1979 que puso fin al régimen del sha en Irán, recibe la visita diaria de numerosos peregrinos desde distintos lugares del país.

En un principio se ha hablado de un solo atacante pero el gobernador de Teherán, Hossein Hashemi, ha precisado que se trata de cuatro: uno que ha sido abatido por las fuerzas de seguridad y tres que han sido detenidos. La prensa, por su parte, ha detallado que entre los yihadistas habría al menos dos suicidas y una mujer.

La agencia de noticias Fars ha señalado además que los artificieros han logrado desactivar un artefacto explosivo en los alrededores del mausoleo de Jomeini. 

Primer atentado en Irán

El Estado Islámico ha reivindicado este doble atentado con un comunicado en la agencia de noticias Amaq y ha detallado que se han utilizado suicidas. El Ministerio de Inteligencia iraní ha precisado que los atacantes son miembros de dos células y ha revelado que han interceptado una tercera que también planeaba atentar en Teherán.

Se trata del primer atentado perpetrado por Estado Islámico en la nación persa. Hasta ahora, el grupo que dirige Abú Bakr al-Baghdadi se había centrado en los países árabes, como Siria e Irak, donde combate directamente a las fuerzas de seguridad, y en los países europeos.

Estos sucesos tiene lugar en plena crisis entre los países del Golfo por la decisión de Arabia Saudí y sus aliados de romper relaciones con Qatar, a quien acusan de apoyar a «grupos terroristas» y favorecer la agenda política de Irán, potencia rival del reino suní.

La nación persa está implicada en los principales conflictos regionales. En la guerra civil de Siria lucha junto al Gobierno de Bashar al Assad, mientras que en Yemen favorece a los huthis, que desafían la autoridad del Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi, respaldado por Arabia Saudí.