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La madre de Julen S. dice que el cuchillo que lo mató no era de la casa en la que vivían

La madre de Julen S.L., el niño de 13 años que en 2011 apareció muerto en el domicilio familiar de Donostia con una puñalada en el pecho, ha asegurado hoy que en su casa no había cuchillos como el que causó la herida mortal al niño, al que veía feliz a pesar del proceso de divorcio de sus padres.

Imagen de la sesión del juicio que por la muerte de Julen S. está teniendo lugar en Donostia. (Gorka RUBIO/ARGAZKI PRESS)

Esta mujer ha declarado hoy en la sexta sesión del juicio con jurado que se sigue en Donostia contra el padre de Julen, Luis S., para el que la Fiscalía pide 18 años de cárcel por un delito de asesinato con la agravante de parentesco, pena que la acusación particular, que ejerce la madre, eleva hasta los 20 años.

Por su parte, la defensa sostiene la inocencia de acusado y sugiere que la muerte podría haberse producido de forma accidental, al clavarse en el pecho un cuchillo con el que el niño intentaba abrir la tapa de una hucha con forma de casco de motorista.

Este objeto se ha convertido en las últimas sesiones en uno de los principales focos de interés del juicio pues hasta el momento ninguno de los testigos que accedieron a la habitación inmediatamente después del fallecimiento –como un ertzaina y el tío del niño que descubrieron su cadáver o los agentes que participaron en la inspección ocular– han recordado haberla visto en allí.

Por este motivo, las preguntas sobre la hucha han centrado gran parte del interrogatorio al que esta mañana ha sido sometida la madre del pequeño, quien ha explicado que ella guardaba el casco, propiedad de Julen e igual a otro de uno de sus hermanos, en el armario del dormitorio del matrimonio, donde murió el niño.

La madre ha explicado que posteriormente –ya en febrero de 2012– fue ella misma quien retiró las huchas del armario cuando, levantado el secreto de sumario de la investigación, se le permitió acceder al piso si bien, más adelante, le fueron requeridas por el juzgado a lo largo de la instrucción de los hechos.

En la sesión de hoy, la mujer ha identificado además esta hucha con forma de caso en una fotografía tomada tras la muerte del niño en el domicilio familiar y que ha sido necesario ampliar en la pantalla de la sala de vistas para apreciar con claridad que estaba guardada en el armario, en el mismo lugar que ella había referido.

La testigo ha sido preguntada también sobre el cuchillo que causó la muerte de Julen, un objeto que la mujer no ha identificado como parte de los cubiertos de su casa y que se ha sorprendido de ver porque, según ha dicho, ella era la que cocinaba y conocía los cuchillos que había en la vivienda.

«Era un niño feliz»

En otra fase de la vista, la madre ha comentado que Julen era un niño «feliz», que «estaba bien» a pesar de la situación de separación familiar que atravesaba, y ha recordado que practicaba hockey sobre hierba, un deporte con el que se encontraba «ilusionadísimo».

El momento más emotivo de su declaración se ha producido cuando se ha remontado a la última vez en que vio a su hijo con vida, la víspera de su muerte, y se despidió de ella en el autobús. «Todavía lo veo con el palo de hockey cruzado –en la espalda–, le dio un beso a su hermana, a mí me dio un piquito y me dijo: hasta mañana ama. Todavía lo estoy esperando», se ha lamentado entre sollozos.

Esta mujer ha relatado también las razones que le llevaron a divorciarse del padre de Julen, cuando descubrió que en un año el hombre se habría gastado entre 120.000 y 140.000 euros en el juego y, tras darle una segunda oportunidad, volvió a darse cuenta de que se había gastado otros 12.000 euros en una sola semana.

En cuanto a la relación del acusado con sus cuatro hijos (Julen era el mayor de tres varones y una chica), la testigo ha dicho que era «bastante distante» ya que no tenía «ni idea» de las visitas a los médicos, no acudía a las reuniones de los colegios ni les ayudaba con los deberes y no participaba en sus cumpleaños. Cuando llegaba a casa se metía en su habitación e intentaba «esquivarlos en todo momento», ha dicho la declarante.

Respecto a la situación que ella misma vivió tras solicitarle el divorcio, ha afirmado que el hombre se volvió «obsesivo» y trataba constantemente de comunicarse con ella por teléfono, a través de mensajes y utilizando a un amigo común y a varios familiares, incluido Julen, como intermediarios, hasta el punto de «colapsarla».

Ha concretado además que, en una ocasión, el hombre trató de cortarse las venas delante del propio Julen y de la más pequeña de los hermanos, lo que motivó que lo denunciara por coacciones.

Declaración de la abuela paterna

Antes de la declaración de esta mujer, ha testificado la abuela paterna del niño, madre del acusado, quien ha afirmado que a ella «jamás» se le ha pasado por la cabeza que su hijo matara al niño porque «lo adoraba».

La abuela de Julen se ha lamentado además entre lágrimas por el hecho de que en el tiempo transcurrido desde la muerte del menor no se le haya permitido ver a sus otros nietos, y ha recordado que cuando su hijo acudió a ella, tras permanecer siete días desaparecido, le costó reconocerlo porque, además de estar cubierto con una capucha porque llovía, estaba muy demacrado y con barba.

Esta testigo ha indicado también que su hijo le preguntó entonces por Julen y ella le respondió que «estaba mal» y que se encontraba «ingresado». El juicio continuará mañana con la declaración de nuevos testigos.