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A punto para unas fiestas que avanzan hacia la izquierda

Iruñea quema las horas antes de sumirse en la locura. Mientras los escaparates de las tiendas se tiñen con el rojo y el blanco de pañuelos y camisetas horribles de toros con manchas de sangre, trabajadores y voluntarios se afanan en los montajes de txoznas y escenarios. El otro color fue el morado de la lucha institucional y popular contra las agresiones sexistas.


Estos sanfermines se han preparado desde abajo por primera vez. El equipo del alcalde Joseba Asiron tenía por fin la oportunidad de organizar los sanfermines desde el inicio. El año pasado, solo tuvo tiempo de hacer cambios de última hora sobre un programa festivo heredado. Aunque fueron unos avances de calado, de los que será complicado retroceder. El principal consistió en el gesto de renunciar a tirar el cohete y sacar este honor a votación. En esta ocasión, la ciudadanía escogió a la DYA, que asiste a los heridos del encierro.

La directora del área de Cultura del Ayuntamiento, Maitena Muruzabal, explica que la diferencia fundamental con respecto a otras ediciones ha estado en la forma de trabajar. «Todo lo que ha salido adelante se ha estado consensuando en distintas mesas con todas las partes implicadas, tanto en la programación como en la necesidad de nuevas áreas de esparcimiento», asegura la responsable.

Entre otras cosas, volvió el debate sobre si los sanfermines han de concentrarse en Alde Zaharra o expandirse a los barrios. «Se decidió que no, que la fiesta ha de permanecer en el centro, pero sí que hemos hecho un esfuerzo por descongestionar y ampliar los espacios donde se desarrolla».

La apuesta de este año es que las zonas con programación sanferminera se ampliarán hacia la izquierda de Alde Zaharra, es decir, al oeste de San Lorenzo. El punto de inflexión estará en las plazas de La O y de Los Ajos, que concentrarán las actividades del movimiento popular festivo de Herri Sanferminak con txoznas, actividades y conciertos. De ahí, se enlazará con la Taconera, el lugar donde se colocará una vez más la zona del Nafarroa Oinez. Junto a ello, en el Bosquecillo, estarán las casas regionales. Y remata esta zona de esparcimiento el área infantil rebautizada como Birziklatu, en la que se habrá varios juegos elaborados con material reutilizado, cuyo disfrute es gratuito. Por otro lado, se mantiene el área infantil en la Plaza de la Libertad y la zona de barracas en la orilla del río Arga.

El lugar que sí se reconfigura es el de la Plaza de los Fueros. Aunque se mantienen los conciertos durante los primeros días de la fiesta, el Ayuntamiento hace una apuesta por un área dirigida a adolescentes. «Durante los debates preparatorios, tuvimos que reconocer que el colectivo de jóvenes de 12 a 17 años no tenía nada para ellos. No puede ser que, si no bebes, no puedas disfrutar de la fiesta. Así que hemos apostado por llevar música de DJ y colocar unas barras en las que no se servirá alcohol», dice Muruzabal. «Veremos qué tal sale la experiencia. Es un colectivo complicado».

El otro punto especial, que se repite, es el punto de información contra las agresiones sexistas, que se ubicará en la Plaza del Castillo. Allí se atenderá cualquier duda y se dará asistencia de como actuar en caso de que se perciba o se sufra un comportamiento machista.

Mientras las instituciones hacen su parte, los colectivos populares de Iruñea se dedicaron a forrar balcones con mensajes contrarios a la violencia sexista que, todos los años, se convierte en la cara amarga de los sanfermines. Además de eso, en la noche del martes al miércoles, una vez más cientos de mujeres se echaron a la calle –muchas de ellas encapuchadas– en una marcha que gana adeptas en la reivindicación de la autodefensa feminista y que pone de relieve la necesidad de que «el miedo cambie de bando».