INFO

Enrocado en el poder, Temer dejará como herencia recortes draconianos

Michel Temer pretende transformar su fácil victoria en la votación que le libró de un juicio por corrupción en un nuevo impulso para aprobar medidas de austeridad, aunque en el camino el impopular presidente puede hallar nuevos obstáculos. Su menguada base política le salvó el mandato y le dio carta blanca para aplicar nuevos recortes.


El presidente de Brasil, Michel Temer, se libró el miércoles del juicio penal que amenazaba su mandato con la fuerza que conserva su menguada base política, que se impuso en la Cámara Baja para archivar los cargos de corrupción formulados por la Fiscalía, y tratará de sacar provecho a su victoria para aplicar los recortes draconianos con los que pretende sacar de la recesión al país. Pero el fiscal general, Rodrigo Janot, que dejará su puesto en setiembre, podría presentar antes cargos adicionales contra Temer por obstrucción a la Justicia y conspiración.

La fácil victoria parlamentaria lograda por Temer –al conseguir 263 votos, 91 más de los necesarios, frente a los 227 en contra– no hará olvidar, sin embargo, que el 81% de los brasileños querían que los diputados votaran a favor de enjuiciar al derechista presidente, que con un índice de popularidad que ha caído al 5%, ha roto todo los registros desde el fin de la dictadura.

Tampoco supone su inocencia, porque podrá ser juzgado por un tribunal ordinario cuando concluya su mandato a finales de 2018 o por el Supremo Tribunal Federal, sin necesidad de la aprobación de la Cámara, en caso de que mantenga un cargo aforado.

Pero en el ámbito económico le permitirá llevar a cabo las nuevas medidas de austeridad que tiene en mente. Según el diputado Darcisio Perondi, del PMDB la popularidad es lo de menos. «Un Gobierno que hace reformas no es popular y Temer sale fortalecido», aseguró Perondi, quien avanzó que el presidente retomará la próxima semana las discusiones sobre la reforma de las jubilaciones e impulsará la reforma fiscal.

«Con el apoyo de la Cámara Baja aprobaremos las reformas que el país necesita», aseveró Temer. «Ahora es tiempo de invertir en nuestro país», añadió tras conocer los resultados de una votación «clara e incontestable» que, según dijo, le permitirá «trabajar sin descanso hasta el último minuto de mandato».

Tras haber bloqueado el techo de gasto por 20 años y flexibilizado la legislación laboral, su prioridad es ahora la reforma de las pensiones, que contempla un endurecimiento de las normas para la jubilación y requerirá de una mayoría cualificada de tres quintos en la Cámara y en el Senado, por tratarse de una reforma constitucional.

La mayoría de los diputados que votaron en contra de enjuiciar Temer puso de relieve la necesidad de implementar esas draconianas medidas y se escudó en la «necesidad» de que continúe en el Gobierno para garantizar la continuidad de la ligera recuperación económica del país.

El resultado de la votación muestra que Temer cuenta con «números suficientes para movilizar a su base para votar reformas importantes», señaló a AFP el analista Gesner Oliveira, de la consultora GO Associados.

Aunque el PT, en la oposición, va a tratar de movilizar al país en contra de las reformas y por unas elecciones directas ya.

 

AI denuncia que Brasil usa la crisis para restringir derechos

Ahogado por la crisis económica y política, Brasil vive una ofensiva para recortar derechos con medidas de «enorme impacto», denunció Amnistía Internacional (AI) en la presentación de la campaña “Los derechos no se liquidan”, que promueve la denuncia y movilización contra el retroceso de derechos que ha comenzado con la aprobación de polémicas propuestas, como la reforma laboral o el techo de gasto en políticas públicas.

Según AI, «la crisis política y económica funciona como una cortina de humo mientras el Congreso trabaja para aprobar a toda prisa leyes que suponen un retroceso en derechos sin que nadie lo discuta y, de aprobarse, pondrán en peligro la vida y derechos de millones de personas que sufren ya discriminación y marginación».

Mientras, subrayó, la violencia avanza en todo el país ante un «Estado ausente, incapaz de aplicar políticas para reducirla». Y ese cuadro se agrava en Río de Janeiro, que «vive una crisis dramática en todos los niveles» y donde se registran «niveles cada vez más altos de violencia letal, inseguridad y militarización», apuntó AI, que constató que allí la violencia policial se ha multiplicado. «Si en Río la Policía deja de matar, cae un 20% el número de homicidios», sostuvo.

Según estimaciones del Instituto de Seguridad Pública, en lo que va de año Brasil registra una media de 19 muertes violentas diarias, un 16% más que el pasado año.GARA