La reforma laboral de Macron llegará a través de los «decretazos»
La amplia mayoría parlamentaria que arropa al presidente Emmanuel Macron le permitirá aprobar por la vía rápida los cambios que prepara en aspectos esenciales del Código del Trabajo. Pero el respaldo social a esa estrategia no parece tan fuerte y es posible que la «rentrée» llegue marcada por conflictos sociolaborales.
Al mismo tiempo que va anunciando recortes presupuestarios en materias tan sensibles socialmente como las ayudas a la vivienda –incluida las destinadas a estudiantes para el alquiler–, el Gobierno de Emmanuel Macron ha visto desbrozado el camino parlamentario para aprobar los cambios en el Código del Trabajo prometidos durante su campaña electoral.
El pasado martes, el Legislativo francés puso la luz verde definitiva para que el presidente pueda aprobar por decreto la reforma laboral, un proyecto muy criticado por la oposición de izquierda. El Senado fue la segunda de las dos cámaras en dar el visto bueno al proyecto de ley que permite a Macron afrontar esa controvertida reforma sin necesidad de más debate. El voto de los senadores, 225 a favor por 109 en contra, se produjo un día después del de los diputados, lo que dio por concluido el debate parlamentario.
El Gobierno tiene previsto presentar a finales de mes su proyecto definitivo de reforma a patronal y sindicatos, y las cámaras tendrán que ratificarlo posteriormente. Entre los puntos más polémicos que prevé aprobar figura la negociación en el seno de las empresas para establecer condiciones laborales en detrimento de los convenios sectoriales o la limitación de las indemnizaciones por despido.
«Ley de demolición social»
Mientras que desde la oposición han denunciado que el debate se verá «escamoteado» al optar por el método de decreto ley, los diputados de La República en Marcha (LRM), en un comunicado, realzaron las «treinta horas de debate en cada una de las dos cámaras» y criticaron la actitud de una «oposición limitada a la extrema izquierda (…) y a menudo caricaturesca».
Pero esta oposición no se toma a broma el posible impacto de la reforma, ya que comunistas e “insumisos” la califican como «ley de demolición social» y «golpe de Estado social».
Por ello, los diputados de la Nueva Izquierda (31, con los del PS), La Francia Insumisa (17) y la Izquierda Demócrata y Republicana (16, con los del PCF) ya han presentado un recurso ante el Consejo Constitucional contra el proyecto de ley que habilita al Gobierno a reformar por decretos el Código de Trabajo. A ellos se han sumado dos de los tres diputados nacionalistas corsos.
El recurso incide principalmente sobre «la inconcreción» del mandato confiado al Ejecutivo y sobre «el derecho a la plena indemnización en caso de despido improcedente». Tras destacar que «esta iniciativa común es la única que permite a nuestros grupos de oposición apelar al Consejo Constitucional para asegurar la validez de los proyectos de ley aprobados por la mayoría», se mostraron dispuestos a repetirla «cada vez» que lo juzguen necesario. Como indicó AFP, para presentar recurso ante el Constitucional es necesario el respaldo mínimo de 60 diputados o 60 senadores, y los tres grupos mencionados suman 64 diputados.
Además, el debate llegará a las calles con la rentrée, ya que la CGT y SUD han convocado una jornada de movilización para el 12 de setiembre y La Francia Insumisa, una «asamblea popular» para el 23 del mismo mes.
La popularidad del presidente, a la baja
El presidente francés ha sufrido en el último mes una caída de siete puntos en su nivel de popularidad, que ronda el 36% a menos de dos semanas de que cumpla, el 15 de agosto, sus primeros cien días como inquilino del Elíseo. Así figura en una encuesta de YouGov que coincide con la tendencia a la baja que perciben todos los estudios en relación a la imagen de Emmanuel Macron, que inició el mandato con unos niveles de apoyo inusualmente altos. El respaldo al mandatario cae entre todos los sectores políticos, si bien entre los centristas sigue habiendo un 81% de opiniones favorables.
También cae, aunque menos (dos puntos), la imagen del primer ministro, Edouard Philippe, que supera por primera vez a Macron al obtener un 37% de apoyos, según el sondeo elaborado a partir de 1.003 entrevistas realizadas entre el 26 y el 27 de julio. El equipo de Gobierno en su conjunto obtiene un respaldo del 33%, cinco puntos menos que en junio.
Casi la mitad de los entrevistados considera que el Ejecutivo tiene «buenas intenciones» y lo ve preparado para «tomar decisiones impopulares si son buenas para el país». El Gobierno obtiene su peor nota cuando se pregunta si creen que «protege los intereses de personas como ellos», a lo que solo responden afirmativamente un 20%. GARA