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Rajoy rompe la tregua e insta a renunciar al 1-O

Una de las heridas en La Rambla de Barcelona el 17 de agosto murió ayer en el Hospital del Mar. El número de víctimas asciende a 16.


Aunque la tensión entre España y Catalunya ha estado en primer plano durante la gestión de los ataques de Barcelona y Cambrils, las principales autoridades habían evitado politizar directamente el asunto, limitándose a llamadas a la unidad. La implícita tregua tenía fecha de caducidad y ayer fue el propio presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, el que volvió a situar en el centro del debate el referéndum catalán del 1-O, en un segundo plano durante los últimos diez días.

«Nadie ha logrado vencer al terrorismo solo, desunidos», aseguró en el acto de inicio del curso político del PP en Galicia, donde añadió que «lo que debería suceder es que algunas polémicas rancias que nada aportan a la convivencia pasaran al olvido». Por si alguien no lo entendió, aclaró de inmediato que se refería al deseo de que «algunos responsables políticos renuncien a sus planes de ruptura, de división y de radicalidad».

«En nuestras manos está la responsabilidad de defender la soberanía nacional, la Constitución española y la legalidad de Catalunya (...), y no os quepa la menor duda de que así lo hará el Gobierno de España», añadió un Rajoy que dejó ver que el referéndum del 1-O es el tema que más le preocupa en este arranque del curso político. También se esforzó en quitar hierro a la sonora pitada con la que tanto él como Felipe de Borbón fueron recibidos en la multitudinaria manifestación de ayer en Barcelona: «Estuvimos donde teníamos que estar, estamos orgullosos de haber estado allí y de que estuviera también el jefe del Estado». «Las afrentas de algunos no las hemos escuchado», añadió.

Por su parte, el president, Carles Puigdemont, que en una reciente entrevista en el “Financial Times” aseguró que la Generalitat dispone ya de 6.000 urnas para el 1 de octubre, reiteró en otra entrevista publicada ayer en ElNacional.cat que el referéndum del próximo 1 de octubre se celebrará. «La gente debe tener la certeza de que cuando la convoquemos al referéndum, este referéndum se celebrará indefectiblemente», declaró Puigdemont, quien se comprometió en el mismo texto a implementar su resultado: «Propondré a Rajoy una transición corta a la independencia si gana el Sí».

«Nuestro compromiso de celebrar el referéndum es absoluto y el Estado no lo parará. Estamos determinados a autodeterminarnos», aseguró un president que insistió una y otra vez en la celebración del 1-O: «Estamos a cuarenta y pocos días del referéndum, llevamos muchos años con esto a la espalda; ¿alguien piensa que con lo que nos queda de tramo ahora es el momento de recular o decir que no?»

También considera que el Estado «tiene la responsabilidad más grande en la situación de Catalunya», pero mantiene la mano extendida: «Si el Estado decide acordar el referéndum no podemos decir no a cambiar la fecha». Sobre la respuesta española, Puigdemont asegura que «gestionar un conflicto político de raíz democrática a golpe de detenciones es ingestionable». «Creo que este no es un escenario contemplable», añade, aunque por si acaso, aclara: «A mi no me afecta una suspensión por parte del TC».

Nueva víctima

Una mujer alemana de 51 años se convirtió ayer en la decimosexta víctima mortal de los ataques de Barcelona y Cambrils, después de morir en el Hospital del Mar de la capital catalana, donde estaba ingresada desde el pasado 17 de agosto.

Según datos de la Conselleria de Salut, 22 personas heridas en los ataques siguen ingresadas en el hospital, de las cuales cinco permanecen a día de hoy en estado crítico.