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San Miguel de Goñi, una ermita vinculada a la leyenda de Teodosio

Goñibar es un valle perteneciente a la Merindad de Lizarra, pese a que geográficamente está en Iruñerria. Cerca del pueblo de Goñi existe un lugar vinculado a la leyenda de Teodosio, el guerrero que mató a sus padres creyendo que eran su mujer y su amante. Se trata de la ermita dedicada a San Miguel, cuya festividad, muy arraigada en Nafarroa, se celebra el 29 de setiembre.

Imagen de la ermita de San Miguel de Goñi. (FOTOGRAFÍAS: Iñaki Vigor)

La ermita de San Migueltxo, como también se le conoce, es un lugar referencial para los montañeros que se adentran en la sierra de Andia. Está ubicada a escasa media hora de camino de Goñi, rodeada de hayedos y misterio. Cuenta la leyenda que fue allí donde el arcángel San Miguel se le apareció a Teodosio de Goñi cuando estaba cumpliendo la penitencia impuesta por el Papa, consistente en llevar una cruz a cuestas y una gruesa cadena atada a la cintura. Cuando la cadena se rompiese, habría conseguido el perdón.

Teodosio pasó después a la sierra de Aralar, donde la leyenda sitúa de nuevo la aparición de San Miguel para librarle de un dragón, representativo del mal. Fue en aquel lugar donde se levantó el santuario de San Miguel, en cuyo interior cuelgan las cadenas que Teodosio habría arrastrado durante siete años consecutivos.

San Miguel está considerado como un ser protector. Su imagen, con la inscripción «Mikel gurea, zaindu Euskal Herria», recorre cada año la mayor parte de los pueblos de Nafarroa, donde su arraigo histórico es innegable. Probablemente su origen se remonta a tiempos de Constantino, el emperador romano que impuso el cristianismo como religión obligatoria y que en las representaciones artísticas de su época aparece triunfante en su lucha contra el dragón.

Esta iconografía se trasladó en la Edad Media al propio San Miguel, que aparece vestido de guerrero alado, con coraza romana y escudo, dando muerte al monstruo que representa el mal, y que en ocasiones aparece con figura humana.

Sin embargo, la Iglesia optó por suprimir esta alusión violenta y representar a San Miguel sosteniendo una cruz sobre su cabeza. Así es como fue tallado hace ocho siglos en la puerta de la iglesia de Berriobeiti, siendo probablemente la representación más antigua de esta figura alada que existe en Iruñerria. Dos siglos antes ya había sido representado en un relieve prerrománico de la iglesia San Miguel de Villatuerta.

Este santo fue considerado protector de todo el antiguo Reino de Navarra. Un reflejo de la devoción que se le tenía es que, en la actualidad, existen más de 300 referencias directas a él en ermitas, iglesias, monasterios, retablos y otro tipo de imágenes. Dentro de Iruñerria, aparece en localidades como Ainzoain, Altzuza, Antsoain, Barbatain, Elia (Amokain), Olatz (Galar), Arraiza, Badostain, Barbatain, Ziritza, Egillor, Noain, Orkoien, Sagues, Getze Ibargoiti e Iruñea.

En la capital navarra, donde el Ayuntamiento organiza una feria de ganado equino en la festividad de San Miguel, este santo es el patrón de la Policía Municipal, sin duda por su significado protector.

San Miguel también tiene su reflejo en diversos nombres vascos derivados de él, como Mikel, Mikelats, Mikeldi y Mikelitza o Mikeleitza. Curiosamente, dos de sus variantes se documentaron por primera vez en localidades de Iruñerria. Se trata de Mikele, nombre femenino que ya aparece en el siglo XIII, y Mikela, recogido en Bidaurreta en 1518.