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SIETE IDEAS PARA UNA CONVIVENCIA PACÍFICA ENTRE PASTORES Y LOBOS

Solo queda ya una manada de lobos en Euskal Herria y los pastores que echan sus rebaños al monte son cada vez menos. Ekologistak Martxan acaba de terminar un estudio basado en experiencias reales de pastores de zonas loberas en el que define una estrategia de siete puntos para revertir una situación agónica.


El conflicto entre pastores, ovejas y los lobos lleva miles de años salpicando hasta los cuentos infantiles, donde se transmiten los miedos atávicos hacia este animal slavaje. Sin embargo, el equilibrio natural hace tiempo que se quebró en favor de las presas y hoy es el predador la pieza más frágil. Esta reducción del número de lobos no vino acompañada por tiempos de bonanza para el pastoreo, que pasa unas horas muy bajas por ser un oficio muy sacrificado.

Es en esta complicada tesitura cuando Ekologistak Martxan presenta una batería de medidas para revitalizar a todos los implicados. El trabajo llega cuando tan solo corre por los montes vascos una única manada de lobos que se mueve entre Karrantza, Burgos y Cantabria. Las medidas surgen después de estudiarlas con medio centenar de profesionales de la ganadería que trabajan en zonas loberas del norte de la Península.

Del marco legal y de los mastines

Las conclusiones empiezan por modificaciones en la regulación autonómica para eliminar burocracias y establecer ayudas económicas que ayuden de forma efectiva a los pastores. Entre estas ayudas, proponen subvenciones específicas para recuperar las deterioradas infraestructuras de los montes: rehabilitar corrales, cabañas de pernocta, cerramientos... Y también, para adquirir algo que ha demostrado a lo largo de los siglos como uno de los mejores métodos de alejar al lobo de las ovejas: los mastines.

La segunda idea que desarrolla el documento se centra, precisamente, en estos enormes perros. El trabajo propone que se les considere animales de trabajo, lo que reducirían los gastos veterinarios. Asimismo, afirma que para que el manejo de estos perros sea realmente efectivo, los animales deben de ir sueltos y sin bozal mientras estén custodiando el ganado. Eso genera otras problemáticas con las personas que disfrutan del monte, por lo que se prevé necesario una señalización adecuada.

Uno de los elementos que más discordia genera en el conflicto moderno entre pastores y lobos (similar al de pastores y osos en las zonas pirenaicas de Euskal Herria) es el de las indemnizaciones por los ataques. El estudio señala como tercera idea que los seguros y los sistemas de compensación han de estar vinculados a la adopción de medidas preventivas. Dice, además, que es necesario homogeneizar las ayudas y que estas se tramiten de forma ágil. En este punto, el trabajo evidencia la importancia de «los daños indirectos» como la pérdida o la reducción de la producción durante un tiempo. Por otro lado, también se recoge la necesidad de sancionar «la picaresca».

La cuarta medida consiste en que la información fluya entre la Administración y los pastores de zonas loberas. Ekologistak Martxan subraya que hay que trasladar la importancia del lobo en el ecosistema, «sus características biológicas y ecológicas, las medidas que se pueden poner en marcha para evitar ataques, así como los ejemplos existentes de coexistencia». Y, en particular, instan a facilitar de forma temprana toda la información en zonas donde sea probable que aparezcan lobos, para que se puedan desarrollar medidas preventivas a tiempo.

Pastorear de forma extensiva en zonas donde hay lobo lo complica todo, pero la calidad del producto no se puede comparar con el de una oveja estabulada alimentada con piensos. De ahí que el punto quinto del estudio subraye la necesidad de crear canales «cortos» de comercialización, con los menos intermediarios posibles. En ese cometido entran las ferias y los mercados, que permiten la venta directa y puesta en valor.

La sexta idea pasa por implicar al Estado. La ganadería extensiva es uno de los oficios más antiguos, pero está muy poco regulado. El estudio subraya varios elementos que debieran contemplarse (sanidad animal, movilidad ambiental...) y, sobre todo, apuesta por una normativa dirigida a proteger las pequeñas explotaciones sostenibles.

El último punto interpela directamente a la sociedad. El estudio insiste en que, para revertir la situación, la ciudadanía debe entender lo importante que es encontrar un punto de convivencia estable entre los pastores, ovejas y lobos. Porque, de otro modo, puede que la de Karrantza acabe siendo la última manada de Euskal Herria.