«Muchos músicos me han asombrado por su gran musicalidad y nivel»
«Soinu-Tresnak. Euskal Herri Musikan 1985&bs;-2010» es un compilatorio de cedé, deuvedé y amplio libreto que recoge un trabajo previo editado en vinilo por IZ en 1985 al que se le añade un deuvedé en origen VHS, 1996 (Ikuskin) y que ahora publica Elkar. Se trata de un trabajo de campo dirigido por el músico e investigador J. M. Beltran, reconocida autoridad en la tradición musical de Euskal Herria.
«Nunca olvidaré el año que pasé en esta maravillosa aventura. Fue verdaderamente especial. Todo lo que viví, conocí, aprendí.... La gente con la que me crucé, músicos, colaboradores... La aventura vivida a lo largo de 1984-85 ha sido una de las experiencias más gratificantes y enriquecedoras de mi vida», señala Juan Mari Beltran, director e investigador de lo que ofrece “Soinu-Tresnak”, que además de sonido e imágenes refleja por escrito 70 páginas que engarzan con toda la fuerza de la historia mediante diferentes textos de apoyo a la música y el vídeo con músicos rurales en general grabados en su entorno natural y con instrumentos tan sencillos como emotivos. También complejos algunos de ellos.
Juan Mari Beltran ha tomado parte en colectivos como el Grupo de Música Contemporánea, que fundó el pintor Rafael Ruiz Balerdi y creado los grupos Sustraiak, Azala y Txanbela. También ha formado pareja artística con Joxan Goikoetxea. Fruto de todo este trabajo, se han editado diversos discos. Ha publicado numerosos trabajos en el campo de la investigación de instrumentos y músicas populares. Imparte clases de alboka y txapalarta en el Conservatorio de Música de Hernani desde 1985, lugar en el que ha creado y dirige la Txalaparta Eskola. El 1 de marzo del 2002 Herri Musikaren Txokoa abre sus puertas a todos los públicos en Oiartzun, y desde entonces funciona tanto la exposición como el mismo centro de documentación.
¿Cómo planteó este trabajo de campo? ¿Cuáles fueron los ejes sobre los que báscula el proceso de investigación? ¿Cómo se localizaban a las personas adecuadas de toda Euskal Herria en tiempos donde la información no era tan fluida como ahora?
El trabajo de campo lo inicié el año 1965, formando parte del grupo de danzas vascas Argia de Donostia, a partir de que llegara al grupo Juan Antonio Urbeltz. Al principio muy pocas salidas y con el tiempo fueron aumentando y ampliándose en cuanto cantidad y a diversidad, comenzando por la música de danza y continuando con cantos, alboka, txalaparta, toberak, txistu, dulzaina, carnaval, maskaradak, Navidad, San Juan... La forma de enterarnos variaba. En mi caso fue muy importante la relacionada con mi dedicación actuando con el grupo a lo largo y ancho de Euskal Herria y también la tierra de procedencia de mi madre con la que tenía mucha relación.
¿Resultó ser un trabajo más laborioso de lo que esperaba? ¿Cuáles fueron los mayores inconvenientes y cuáles las mayores satisfacciones?
Para mí fue una aventura, que continúa, apasionante. ¿Los mayores inconvenientes?: la falta de tiempo libre para dedicarlo a esta tarea, ya que al ser totalmente por mi cuenta lo he tenido que realizar siempre fuera de mis días y horas de trabajo remunerado. En cuanto a las satisfacciones apuntaría el hecho de ir descubriendo ese universo musical, con su gran riqueza sonora, rítmica y melódica. Esa música tan viva en la que la interpretación y la creación van siempre unidas. Toda esta dedicación me ha puesto en contacto con esos músicos excepcionales de los que he aprendido mucho y que me ha hecho ser el músico que soy.
¿Qué instrumentistas le llamaron más la atención?
Han sido muchos los músicos que me han asombrado por su gran musicalidad y nivel interpretativo. Ellos han mantenido esa transmisión-tradición que ha posibilitado el que contemos hoy con una variedad y riqueza musical tan viva e innovadora. Se me hace muy difícil presentar una relación de nombres cerrada, ¡han sido tantos!
Comenta que convendría preparar monográficos que abundaran en las características de cada instrumento.
Esa era la idea original cuando se presentó el proyecto el año 1984. De hecho lo que se hizo no era otra cosa que la presentación del proyecto. Conocía otros proyectos parecidos y cercanos como el del Conservatorio Occitano, la Fonoteca de Materials de Valencia, la Fonoteca de Música Tradicional Catalana...
Habrá algunas líneas más complicadas que otras. Quizá como el de la sunpriñua, ya que da la sensación de que no hay demasiados ejecutantes.
Sunpriñua habría de hacerse aportando más información y junto con otras variantes de oboes de corteza y a los fabricados con pajas de avena.
En todo caso, ¿se refiere a los instrumentos que se detallan o recogen en el libro cedé/deuvedé o incluso a más instrumentos?
En principio a los que aparecen en el cedé, pero no debemos olvidar la gran variedad de instrumentos de percusión y otros que se dejaron de tocar hace mucho tiempo como zarrabetea, arrabita-rabel, xirolarruak (las variantes de gaita en Euskal Herria). También habría que incluir la gran variedad de juguetes sonoros utilizados.
¿Soinuenea y Herri Musikaren Txokoa son lo mismo o es un proceso de confluencia?
Desde que se instalan los materiales en el edificio cedido por el Ayuntamiento de Oiartzun para que se vaya organizando el proyecto (1995), pasando por su inauguración para el público (2002), hasta el año 2012 se denominó Herri Musikaren Txokoa y al adquirir la forma jurídica de fundación pasa a ser Soinuenea - Herri Musikaren Txokoa.
¿Las grabaciones de sonido se producen en los estudios IZ o básicamente en domicilios? Las grabaciones de video son de 1985, pero se publican por primera vez, 1996. ¿Son un todo desde el inicio, aunque esta sea la primera vez que se reúnan, cedé más deuvedé?
Hubo de todo. Para el disco se hicieron grabaciones tanto en el estudio de IZ como en los domicilios, casas y caseríos de los interpretes. Las filmaciones están hechas en los lugares de origen de los músicos. En algunos casos el audio y la filmación se realizaron a la vez. También se utilizaron grabaciones que yo tenía realizadas la década de los años 1970. El video se entregó en el departamento que dirigía Martin Ugalde junto con el disco pero su publicación en formato VHS tardó ese tiempo en poderse hacer.
Las imágenes no solo son el instrumento en sí, sino el personaje, el paisaje, los aperos de labranza que se ven, «el ir de pueblo en pueblo.. y siempre por muy poco dinero», como cuentan en el deuvedé...
Así es, el video nos permitía abordar otros aspectos relacionados con el instrumento y los instrumentistas: talleres y modos de fabricación, su entorno social, festivo, geográfico, paisaje...
Todas las historias son emocionantes, pero, aun así, ¿Tiene cariño especial o preferencia por alguna intervención?
Por todas. No hay más que ver el añadido que hicimos, al reeditar el año 2010 el deuvedé titulado “Una aventura sonora de hace 25 años”, donde cuento toda esa experiencia.
Parece claro que la música popular nacía de la naturaleza, de instrumentos hechos a mano y con los materiales que se tenían en el entorno cercano, sin manufacturación o muy poca. Y que las fiestas eran su destino final, en general. La trikitixa es la excepción mayor, ya un dineral y compleja de fabricar, quizá también el txistu, gaitas, dulzainas...
Hay instrumentos más complejos de fabricar como los que comentas, que siendo artesanales requieren de herramientas y materiales especiales: dulzainas, gaitas, xirulas, albokas, ttunttunes, atabales, tamboriles, panderos, tronpa-musugitarras, arrabitas, zarrabetes, instrumentos de rondalla... y hay otros como la txalaparta, toberak, muchos juguetes sonoros o el sunpriñu que se realizan con materiales de la naturaleza o con las propias herramientas de trabajo.
Más la diferencia entre lo académico y lo rural, tan próximo y tan alejado.
En la música popular vasca tenemos tanto la que corresponde al entorno rural, que se transmite por el sistema de tradición oral y la que funciona en el entorno urbano, más académica, más acorde con las músicas de época e interpretada en la mayoría de los casos por músicos formados en escuelas, academias y conservatorios de música. También hay muchos ejemplos de músicos (txistularis y dulzaineros principalmente) que funcionan en los dos entornos y ambientes.
También todo el proyecto es un recorrido por las diferentes formas del euskara con sus dialectos, riqueza y singularidades.
Sí, de hecho la ayuda económica que conseguimos para cubrir los gastos fueron concedidos por el departamento de promoción del euskara que dirigía Martin Ugalde, ya que en el proyecto cada uno de los interpretes presentaba su instrumento y su música en su propio dialecto, con lo cual además de acercarse al público que los veía y escuchaba, mostraban la particularidad, sonoridad y musicalidad de las variantes del euskara..