Confebask aplaude el pacto de PNV, PSE y PP para bajarles impuestos
El aplauso llegó con la solemnidad elegida. La patronal de la CAV, Confebask, publicó ayer un comunicado conjunto con sus asociaciones miembro –Adegi, Cebek y SEA– para asegurar que el pacto fiscal de PNV, PSE y PP para rebajarles impuestos es «positivo», «refuerza el atractivo de Euskadi» y «aportará claras ventajas económicas y sociales».
«Veremos qué dice la patronal cuando se conozcan los detalles del acuerdo», clamaba el lunes el senador del PSE Tontxu Rodríguez, en una tertulia radiofónica, intentando hacer ver que su partido no se había «bajado los pantalones» –como le reprochaba su contertulio– ante las exigencias de PNV, PP y Confebask de rebajar el tipo nominal del Impuesto de Sociedades, del 28% al 24%. La prueba del algodón llegó ayer, conocidos ya «los detalles» del pacto: la patronal aplaude. Aunque quizá por pudor –para, ante medidas que saben impopulares, exonerar a esos partidos diciendo que no les han dado todo lo que pedían– o por pura gula, introducen el apunte de que el «endurecimiento de las deducciones» que contiene el pacto puede resultar «excesivo en algunos supuestos». Y eso que PNV y PSE han cedido también en este terreno.
En un comunicado hecho público por Confebask junto con sus asociados Cebek, Adegi y SEA, las patronales se felicitan de que el pacto fiscal de PNV, PSE y PP para rebajarles impuestos es «positivo», «refuerza el atractivo de Euskadi» y «aportará claras ventajas económicas y sociales». Añade que el acuerdo «impulsará decididamente la recuperación económica actual y, en consecuencia, la creación de riqueza y más empleo».
Apoyo político más de fondo
Pero la nota de las patronales de la CAV incluye también una valoración política más de fondo, cuando sostiene que «la voluntad e implicación mostrada por los tres partidos políticos vascos involucrados en la negociación para llegar a un acuerdo, refuerza la forma de hacer política en Euskadi y pone en valor –apostilla– un modelo propio basado en la negociación, el diálogo y el pacto en beneficio de la estabilidad institucional, el progreso económico y el bienestar social de Euskadi».
Camino de contradicciones
Hace año y medio, el diputado general de Bizkaia decía en Madrid que el Impuesto de Sociedades en la CAV era «competitivo» porque el tipo efectivo, con las deducciones y bonificaciones era más bajo que en el Estado. A mediados de este año, el consejero de Hacienda sugirió la necesidad de recaudar más por este concepto, la patronal se quejó y los diputados generales de Bizkaia y Gipuzkoa se aliaron con las empresas.
PNV y PSE acordaron hace unos días unos cambios que no tocaban en Impuesto de Sociedades, por oposición del partido de Idoia Mendia, pero las exigencias del PP, voto necesario para la aprobación de los presupuestos, les hacen cambiar su propio pacto. Y ahora, la secretaria general del PSE, intenta hacer ver que los cambios no son para tanto. Confebask aplaude el nuevo pacto y CCOO y UGT lo critican. Prueba del algodón.
Lakua admite la relación del presupuesto con la reforma fiscal y cede 30 millones al PP
El lehendakari y el propio Gobierno intentaron inicialmente marcar diferencias entre la negociación presupuestaria y otros debates como el de la reforma fiscal; pero los intereses del PNV y del PP resultaron coincidentes y acabaron cruzándose. El consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, y el responsable de la materia en el PP, Antón Damborenea, firmaron ayer el pacto presupuestario con las parlamentarias Jone Berriozabal (PNV) y Alexia Castelo (PSE) ejerciendo de testigos. Y en ese texto se reconoce que el acuerdo es producto del «acercamiento concertado» entre las partes para « una actualización tributaria coherente con la suficiencia financiera de las instituciones públicas sin socavar la competitividad del tejido productivo». En el pacto suscrito también consta –como lo hacía para el presupuesto de 2017– que lo firmado forma parte de «una proyección plurianual», y en lo relativo a los ingresos se habla de la relación del pacto fiscal con las cuentas de 2018 y «con mayor intensidad en las sucesivas». Con estos apuntes se ve cierta voluntad entre las partes de dar estabilidad a este tipo de acuerdos económicos y políticos.
Lograda la voluntad del PP de facilitar la aprobación de los presupuestos, la concesión del Gobierno es la de ofrecer a la derecha unionista 30 millones con cargo a la Sección 99, diversos departamentos, para que los dediquen a lo que deseen. A falta de ultimar las enmiendas, ya se sabe que parte de ese dinero irá a financiar líneas “concertadas” en Sanidad y Educación
El pacto tendrá también traslación a los presupuestos de Araba, y el PP está ya exigiendo que se retiren algunas partidas acordadas el año pasado con EH Bildu. I.I.