Silencio total en Madrid, poco eco en el sur vasco
La muga entre los dos estados ha supuesto un filtro evidente para la movilización de ayer, y en general para toda la dinámica abierta por los artesanos de la paz en torno a los presos. Noticias como el espacio común de trabajo abierto por la delegación vasca y el Ministerio de Justicia francés no habían tenido apenas reflejo en los medios españoles, y lo mismo ocurrió ayer con la manifestación. Ningún portavoz político español se hizo eco de ella. La cuestión catalana acapara completamente la atención de Moncloa, que en cualquier caso oficialmente está informada de lo que hace el Gobierno francés.
Aunque no es solo Madrid; esa muga también marca una distancia patente entre el norte y el sur vasco. El lehendakari, Iñigo Urkullu, no ha hecho ninguna alusión a esta movilización de París y ayer mantuvo ese silencio. El secretario general de Convivencia, Jonan Fernández, tampoco se mostró entusiasmado con la cita en declaraciones a Euskadi Irratia el pasado 29 de noviembre, cuando prefirió subrayar que para avanzar en la cuestión de los presos «hacen falta otras cosas además manifestaciones», entre las que citó el reconocimiento del dolor causado o que los presos pidan pasar del primer al segundo grado (iniciativa que ya está en marcha). El Ejecutivo navarro tampoco ha tomado posición sobre estas iniciativas de París.
En declaraciones ayer a ETB, la parlamentaria del PNV en Gasteiz Josune Gorospe se refirió a la marcha como «una acción más» para empujar a París y Madrid a acabar con una política que «está infringiendo un castigo no solo a los presos, sino también a sus familiares». No obstante, mostró cierto escepticismo al subrayar que el Gobierno español sigue «en posiciones muy rígidas».
El también parlamentario Eneko Andueza, del PSE, aseguró en la misma cadena que agentes como su partido «ya hemos hecho los deberes» y consideró que el acercamiento de los presos debe abordarse porque existen márgenes legales para ello.