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El paro de la OTA irá para largo si no hay readmisiones

En el conflicto laboral de la OTA de Bilbo se mezcla la negociación del convenio y el despido de siete trabajadores por una sanción.


Antes de iniciarse la manifestación de ayer ante el ayuntamiento de la capital vizcaina, el presidente del comité de empresa de la UTE Eysa-Cycasa, concesionaria del servicio de la OTA de Bilbo, Javier Escobar, criticó que la dirección «haya puesto encima de la mesa» a los empleados despedidos. Recordó que los siete trabajadores llevan despedidos desde el 21 de diciembre, para a continuación preguntarse por qué, si la dirección aludía a que hubieran visto el Tour de Francia durante su jornada, ha esperado hasta ahora para hacer efectivo el expediente disciplinario. Esta decisión fue la que rompió la negociación del convenio.

«Hemos decidido salir a la huelga porque nos parece una situación de chantaje de la patronal de cara a solucionar el conflicto ocasionado por más de seis años sin negociaciones del convenio», añadió, para resaltar que llevarán el caso de los despidos por «vía jurídica».

«Si la empresa no readmite a los trabajadores esto va a ir para largo, y los únicos responsables serán la empresa y el Ayuntamiento por no querer mediar en este conflicto», sentenció. Fuentes de la UTE descartaron la readmisión alegando el incumplimiento de sus funciones como controladores de la OTA.

Según datos que aportó el comité de empresa –integrado por tres delegados de ELA, dos de UGT, otros dos de Denok, uno de LAB y otro de USO–, la convocatoria estaba siendo «un éxito» y solo unos diez trabajadores, de una plantilla de 140, habían acudido a su puesto de trabajo.

Por su parte, tanto la dirección de Eysa-Cycasa como el Ayuntamiento incidieron en que, pese a la huelga, los parquímetros –unos 500 para 15.000 plazas de aparcamientos– siguen en funcionamiento, por lo que las personas que utilicen el servicio estarían obligadas a abonar las tasas.

El presidente del comité indicó que no van a dejar que «nadie ponga una multa» porque «los ciudadanos no tienen que ser los paganos de este conflicto» y puntualizó que los huelguistas tratarán de convencer «pacíficamente» de que «hay que parar» a los compañeros que no secundan el llamamiento.

El paro también afecta al mantenimiento de los parquímetros, que funcionan con baterías que permiten que permanezcan encendidos durante tres o cuatro días. Las máquinas «irán poco a poco cayendo», vaticinó Escobar.