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En Australia, el esquileo no es un oficio solo de hombres

Las puertas de todas las profesiones se van abriendo para las mujeres en muchos puntos del planeta. Ejemplo de ello es el del esquileo en Australia, un mundo que hasta no hace mucho prácticamente estaba reservado a los hombres.


En el humedal de una granja australiana, cerca de la localidad rural de Trangie, Emma Billet arrastra hacia su puesto de esquileo a una oveja que ofrece resistencia. En este país, que es el mayor exportador mundial de lana, este oficio se abre poco a poco a las mujeres.

En un equipo de cinco esquiladores, Emma Billet es la única mujer pero ella está convencida de que las cosas están cambiando en las granjas australianas, sobre todo gracias a las nuevas técnicas de formación. «Este es un trabajo físico que me gusta. Me gusta trabajar duro», comenta a AFP esta joven de 28 años, capaz de esquilar 130 ovejas por día. «Al concluir la jornada, tengo la satisfacción del deber cumplido».

El número de mujeres cualificadas que trabajan con animales de granja –incluidas auxiliares veterinarias, esquiladoras y ayudantes de esquileo– ha pasado de cerca de 11.700 en el año 2006 a casi 19.200 diez años más tarde, según la Oficina de Estadísticas Australiana (ABS por sus siglas en inglés).

«Esto se explica por el hecho de que las mujeres están presentes de manera general en el sector agrícola», añade Billet. «Cada vez es más habitual ver mujeres propietarias de granjas o mujeres que dirigen las explotaciones. Simplemente, los tiempos han cambiado. Y esto es alentador».

En apenas unos años, el número de esquiladoras ha aumentado considerablemente, aunque todavía no llegan a sumar un centenar. Durante mucho tiempo, estaban confinadas a labores de menor cualificación, como la de recoger la lana, como relata Glenn Haynes, coordinador de formación en esquileo en TAFE South Australia, un reputado instituto profesional.

«Las actitudes hacia las mujeres eran bastante negativas respecto a sus capacidades para esquilar», prosigue. Pero las mentalidades evolucionan, la demanda aumenta y se han puesto en marcha nuevos métodos de formación, incluyendo programas exclusivamente femeninos.

Jim Murray, encargado del programa de esquileo en la organización profesional Australian Wool Innovation, confirma que la profesión es más mixta que antes: «Asistimos a un incremento del número de esquiladoras por razones diversas».

Australia produce 345 millones de kilos de lana bruta por año. Más de 70 millones de ovejas son esquiladas anualmente.

El oficio de esquilador, sea hombre o mujer, no está hecho para «almas sensibles», según explica Emma Billet, que lleva diez años de profesión a sus espaldas. Y recuerda un horrible accidente que ocurrió el pasado año en el que un amigo sufrió graves heridas, perdiendo parte de piel, a causa de utilizar un equipamiento obsoleto.