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La derogación de la cadena perpetua pende de nuevas argucias de PP y Cs

La proposición de ley del PNV para derogar la prisión permanente revisable continúa adelante después de que el Congreso rechazara ayer las enmiendas a la totalidad del PP y Ciudadanos con 167 votos a favor, 178 en contra y una abstención. Pero los abolicionistas temen que PP y Cs utilicen su mayoría en la Mesa para paralizar la tramitación.


Tras un debate bronco y muy emocional, en el que la «demagogia punitiva» se coló desde las bancadas de la derecha, con familiares de víctimas de terribles crímenes entre el público invitadas por PP y Ciudadanos para presionar a los abolicionistas y con la conmoción en la opinión pública causada por la muerte del niño Gabriel Cruz, el Congreso de los Diputados acabó ayer rechazando las enmiendas a la totalidad contra la proposición de ley del PNV que propone derogar los artículos que introdujeron la prisión permanente revisable en el Código Penal. El PP quería incluir más delitos y Ciudadanos, que en su día estuvo contra esta pena, pedía ahora endurecer las concesiones de permisos y terceros grados.

A pesar de que la derogación de la prisión permanente revisable sigue adelante, su promotor, Mikel Legarda, del PNV, mostró su temor de que PP y Cs utilicen su mayoría en la Mesa del Congreso para seguir ampliando el plazo de presentación de enmiendas parciales, con el fin de bloquear de hecho la aprobación de la proposición de ley jeltzale.

De hecho, el debate de las enmiendas a la totalidad que llegó ayer estuvo paralizado durante meses, hasta que Ciudadanos decidió elevar el tono de su enfrentamiento con el PP en un momento de choque entre ambos partidos. Sin embargo, los de Rajoy y los de Rivera tienen ahora posiciones muy parecidas sobre la prisión permanente revisable –ayer votaron juntos en las dos enmiendas– y también hay un acercamiento en relación con los Presupuestos.

Además, parece que el PSOE apoyaría retardar la tramitación hasta que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre el recurso de inconstitucionalidad que presentó en 2015.

De hecho, ayer, tanto PP como Ciudadanos se centraron en intentar presionar al PSOE para que se abstuviera, y los familiares de víctimas que apoyan esta fórmula de cadena perpetua le amenazaron con las repercusiones electorales que puede tener que dejen de asegurar «la protección de los más jóvenes y los niños». «Si no tienen alternativa, que callen», declaró Juan Carlos Quer, padre de Diana.

Sin embargo, en la votación final los textos alternativos del PP y de Ciudadanos fueron rechazados por 178 diputados de PSOE, Unidos Podemos, ERC, PNV, PDeCAT, Compromís, Bildu y Nueva Canarias, mientras que la diputada de CC, Ana Oramas, optó por abstenerse.

PP y Cs –que en octubre se abstuvo ante la proposición del PNV– se apoyaron entre sí, sumando únicamente a UPN y Foro Asturias, socios electorales del partido de Rajoy.

No es una buena ley ni eficaz

El diputado del PNV Mikel Legarda sostuvo desde la tribuna de oradores que «como señalan más de cien catedráticos de Derecho Penal en un manifiesto firmado recientemente, la prisión permanente revisable no es una buena ley, no hace de nuestra sociedad una sociedad mejor, no añade eficacia a la evitación de delitos graves y sí que comporta un significativo riesgo y deterioro de nuestros valores básicos».

También Marian Beitialarrangoitia, de EH Bildu, se posicionó en contra de «la cadena perpetua camuflada» y, citando al Relator contra la Tortura, recordó que la permanencia en prisión 20 años tiene consecuencias irreversibles, más aún si no hay esperanza de salida».

A preguntas en una entrevista en TVE, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, recordó que la prisión permanente revisable no es aplicable a presos de ETA, puesto que la organización vasca dejó la actividad armada en 2011 y el nuevo Código Penal entró en vigor en 2015.

Sin embargo, cabe recordar que los presos de ETA están sometidos a condiciones que en la aplicación estricta que se está dando pueden ser peores que la prisión permanente revisable.