Jordi Turull ofrece diálogo al Estado en un pleno convertido en poco más que un trámite
A los pocos minutos de saber que la CUP no posibilitará su investidura, Jordi Turull, que este viernes podría ser encarcelado por el Tribunal Supremo, ha ofrecido el discurso de investidura más desapasionado que se recuerde en el Parlament. Ha leído un texto sin referencias a la independencia en el que ha reivindicado la paz y el diálogo como señas de identidad de Catalunya.
«No soy yo quien debería estar hoy aquí». El plan C de Junts per Catalunya, Jordi Turull, ha realizado hoy el discurso más incómodo en su larga trayectoria política. Algo que se ha dejado notar en la lectura acelerada y algo automatizada del discurso de investidura que se sabe inútil, pues poco antes de iniciarse el pleno, la CUP ha decidido mantener la abstención, convirtiendo en imposible su investidura hoy en primera votación.
Turull ha iniciado su discurso con algunos apuntes personales sobre la decisión de someterse a la investidura –«mucha gente que me quiere me ha dicho que pensase en mi y en mi familia, pero hay que estar a las buenas y a las maduras»–, tras lo cual ha mandado dos mensajes que miran, de reojo, a la cita que mañana tienen el candidato y otros cinco diputados con el juez del Supremo Pablo Llarena: paz y diálogo.
«Los catalanes somos gente de paz, me siento orgulloso de un pueblo que hace de la paz su bandera», ha reivindicado Turull, antes de ensalzar «el diálogo y el pacto» como algunos de los valores «que nos hacen pueblo». «Queremos seguir buscando consensos», ha añadido extendiendo de nuevo la mano al Gobierno español para entablar un diálogo: «Por nosotros no será».
Programa de gobierno
A partir de aquí, el discurso de Turull, en el que no se han asomado palabras como independencia o república, se ha convertido en una enumeración de medidas sobre las cuales ha asegurado que construiría el programa de gobierno si llega a ser investido. Un programa que ha repasado uno a uno las diferentes áreas competenciales del Gobierno autonómico, ahora suspendido por el 155.
De hecho, Turull ha concluido su discurso pidiendo la confianza del Parlament, precisamente, para poder acabar inmediatamente con el 155. Los aplausos solo han sonado en las bancadas de JxCat y ERC.